Hay algo sobre Mackenzie que me molesta, pero a la vez hay algo que me hace comprender su actitud. Más que una arpía interesada, parece una arpía desesperada, buscando conseguir algo con desesperación, algo más de Gregg y no solo su amor. Pero... ¿En serio es la herencia?
—Nunca es tarde, Gregg —le dije después de un largo silencio, a unas calles de mi apartamento—. ¿Por qué no hablas con ella? Tal vez hasta consigan...
—Ni lo digas, Cristal —me interrumpió con rudeza, apretando el volante con fuerza—. Si vuelves a dudar de mi amor por ti, terminaré dejándote de verdad.
Miré su rostro serio, la mandíbula apretada, el ceño fruncido y sus ojos más oscuros por la furia. Suspiré, intentando controlar mis sentimientos, no queriendo ponerlo de peor humor y mordí mi labio inferior cuando puse mi mano en su muslo, cerca de su entrepierna.
—¿Puedes demostrármelo haciéndome el amor?
—Más sexo aburrido... —suspiró, pero una pequeña sonrisa apareció en sus labios— ¿No quedamos de cenar con tu padre?
—No, tus padres lo invitaron a cenar y Marcus quedó con Dimi para una reunión de negocios después de la cena —subí mi mano al zipper de su pantalón, el cual bajé lentamente—. ¿Así es como se calienta a un hombre?
—Si, pero tú me calientas con solo tu presencia, amor.
Estaba por intentar arriesgar un poco más, cuando mi teléfono sonó con la melodía de un anime romántico cuyo nombre también me causa tristeza. Dejé el zipper de su pantalón abajo e ignorando su queja, atendí la llamada.
—¡Estoy enloqueciendo! No puedo dormir, Asheron tuvo que salir porque Susy tuvo un pequeño accidente en el aeropuerto y Sherlyn no deja de llorar por su padre —dijo Demi al momento en el que respondí, dejándome escuchar el llanto de la pequeña junto a su voz de desesperación—. Creo que yo también empezaré a llorar por Sher...
Vuestro Sher y vuestra Sherlyn, que románticos.
—¿Quieres que vayamos a ayudarte? —empezó a canturrear una canción infantil, logrando que la pequeña calmara un poco su llanto—. Tomaré eso como un sí.
—Nanana vengan rápido nanana.
Colgó la llamada con rapidez, y Gregg ya había dado vuelta en "U" con dirección al apartamento de la familia Gates-Hamilton, acelerando un poco más de lo normal, acudiendo a la ayuda de su hermanita como un príncipe en su corcel. O...
—Tu solo quieres cargar a tu sobrina, ¿cierto? —le pregunté riendo al ver su rostro de ansiedad.
—Demi es demasiado sobreprotectora —respondió de inmediato, quejándose de su dulce hermanita—. El doctor dijo que no podían sacarla para evitar que sus pulmones tengan algún problema, no que debería encerrarla en su apartamento sin visitas. ¡Es injusto!
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Hamilton Playboy |Serie Hamilton| #2.7 (TERMINADA)
RomanceUna apuesta, llevándonos a sufrir las consecuencias de no medir las palabras estando enfurecidos, lastimándonos, terminando lo poco que habíamos conseguido. Para Gregg Hamilton, enamorarse era clavarse otra espina en el corazón. ¿Para mí? Enamorar...