¡Es un idiota!
No puedo creer que se lo haya contado a Olivia, quien no tiene nada que ver con el tema, y no a mi... ¡Yo, quien estaba acostándose con el padre de la criatura! Debieron decirme, tirarme indirectas al menos. Pero no, el idiota prefirió quedarse callado y que todo el odio fuera hacia él.
¡A veces lo odio por ser tan magnifico! Venga, ¿Cuántos soportarían estar en la mira de tu familia por no querer decir "No es mi hijo" desde el principio? Se quedó callado, sin negar nada que lo relacionara con Susy. Lo peor de todo es que tuvimos feas peleas por culpa de eso, donde creí que él había...
¡Eres tonta, Cristal!
Por cierto... ¿Dónde estoy?
—Esta calle lleva hacia... ¿Qué calle es esta? —miré el letrero de un restaurante, el cual nunca había visto en mi vida—. Tonta, te perdiste.
Saqué mi teléfono y antes que tragarme mi orgullo, puse el GPS para buscar mi locación, pero como la vida no es bonita para las personas malas, me di cuenta que no tenía cobertura en Los Ángeles porque es una línea de Francia. Genial, ¿cierto? Olvidé el teléfono internacional en la habitación. Sin tener otra opción, entré en el restaurante, deseando que tuvieran wi-fi o un mapa, algo que me ayudara a llegar al apartamento sin tener que contar a Gregg que me perdí.
No quiero verlo riéndose de mis desgracias con su sensual risa y sus adictivos labios... ¡Que estoy molesta con él! No tengo que pensar en cosas así, menos cuando estoy en un restaurante con un muy atractivo hombre sin camiseta y tatuajes frente a mí.
—Estás bloqueando la pasada —dijo el ardiente hombre musculoso. Creo que ya no querré irme de Los Ángeles— ¿disculpa?
—¿Qué? —pregunté horrorizada. Su sonrisa me dijo todo— Lo pensé en voz alta...
—Lo hiciste —afirmó y para mi sorpresa, se mordió el labio, mirándome de arriba hacia abajo—. No estás nada mal, bonita. ¿Cómo te llamas?
A ver, ¿coqueteo con un desconocido ardiente o le pido información y me voy lamentando el tener que pasar encerrada en un apartamento, furiosa con Gregg?
—Cristal, ¿y tú? —le pregunté, dando mi mejor sonrisa.
—Seth, el hombre que te volverá mala —susurró invadiendo mi espacio personal, su calor corporal hacía que el mío aumentara—. ¿Quieres ser mala, gatita?
Que oferta tan tentadora...
Sentí un empujón en mi espalda, seguido de un grito femenino. Me voltee justo cuando vi al tal Seth devolverle el golpe en el rostro a Gregg, mientras Olivia le pedía al único hombre en el restaurante que le ayudara a separarlos. Los hombres no paraban de lanzarse golpes uno a otro, desquitándose la furia que era muy notoria ante el impacto de sus puños. Finalmente pudieron separarlos, después de un labio roto y posible morete en el ojo, ambos en el rostro de Gregg.
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Hamilton Playboy |Serie Hamilton| #2.7 (TERMINADA)
RomanceUna apuesta, llevándonos a sufrir las consecuencias de no medir las palabras estando enfurecidos, lastimándonos, terminando lo poco que habíamos conseguido. Para Gregg Hamilton, enamorarse era clavarse otra espina en el corazón. ¿Para mí? Enamorar...