Una apuesta, llevándonos a sufrir las consecuencias de no medir las palabras estando enfurecidos, lastimándonos, terminando lo poco que habíamos conseguido.
Para Gregg Hamilton, enamorarse era clavarse otra espina en el corazón.
¿Para mí? Enamorar...
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Apreté la mano de Cristal, mirando los papeles frente a nosotros y queriendo salir corriendo. Bien, realmente no quiero salir corriendo, pero se me hace muy raro estar firmando estos papeles cuando años atrás dije que no lo haría, jamás.
—Firma rápido, tengo una cita en cinco minutos —dijo Zac gruñendo, mirando su reloj.
—Podemos atrasarla —le dijo Mackie, aferrándose al brazo de Zac y sonriendo—. Ver a Gregg nervioso es mejor que ver una película de Adam Sandler.
—¿No te gustan sus películas? —pregunté confundido, recordando que ella ama sus películas.
—Si, pero tu rostro de idiota es mas gracioso —respondió Zac por ella, haciéndola reír.
Odio a este par... ¡No es justo que se unan para burlarse de mí!
—¿Por qué no se burlan de Cristal? —la señalé, a lo que ella negó rápidamente— ¡Ella tampoco ha firmado!
—Es de mala educación burlarse de la novia en la boda —respondieron al mismo tiempo, molestándome aún más.
Agarré el lapicero y miré a Cristal. Tenía una bonita corona de flores que Wen, Wendoly y Nicky hicieron para ella, un vestido blanco más de fiesta que de novia, un bonito collar que mamá le regaló y una maravillosa sonrisa que mejoraba aun más la hermosa vista. Pensamos en planear una boda hermosa, grande, con toda nuestra familia junta. Luego pensé en la realidad: mi familia es un desastre. Por supuesto que haremos una gran boda en un futuro, pero por el momento, solo quiero un momento romántico y sencillo junto a ella, una boda solo para los dos.
Estaba aterrado de que ella diera marcha atrás, que dijera que lo nuestro nunca fue una relación real o que la hice sufrir más que reír. Creí que no merecía ser llamado su esposo, realmente estuve por acobardarme y decirle que merecía ser feliz con alguien que no fuese tan idiota como yo.
Pero no lo hice.
Pensé en como sería una vida sin ella, sin sus besos, caricias, su melodiosa risa y el brillo en sus ojos. Imaginé una vida sin ella, y en cada escenario, mi vida era gris, triste, sin razones para vivir.
Una vez encontrado el amor, es difícil poder vivir sin él.
"Cristal Hamilton" ... Mi esposa.
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