𝚂𝚎𝚜𝚜𝚑𝚘𝚖𝚊𝚛𝚞 𝚃𝚊𝚒𝚜𝚑𝚘 ¡𝙲𝚘𝚛𝚛𝚊𝚗!

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Inuyasha y su hermano se miraban como si quisieran matarse, incluso juro que pude escuchar un gruñido por parte del menor de los Taisho. Sango fue la primera en toser incomoda y dirigirse a los hermanos.

-Bueno, espero que terminen pronto con esto. —Señalo nuestra mesa. — Queremos comer.

-¡Mi hermosa Sango!— Miroku sonrió. —Siempre tan valiente.

Sesshomaru sonrió e ignoro al otro chico, se sentó enfrente de mí. —Lo siento, no quería interrumpir su comida.

Koga y yo nos miramos, no entendíamos que sucedía pero tampoco tratamos de hacerlo. Optamos por seguir comiendo.

-Este pendejo. —Inuyasha suspiro. — Juro que pensé que nunca te vería cuando te graduaras.

Su hermano rodo los ojos. —Seguimos viviendo en la misma casa.

Sango le restó importancia a su plática y empezó a contarnos sobre algo que sucedió en sus clases de piano. Olvidamos la pelea de hace unos momentos de los hermanos.

Sesshomaru Taisho se graduó el año pasado, dicen que fue más feroz que Inuyasha y que nadie, ni siquiera Bankotsu, se atrevía a retarlo. Las otras escuelas también lo respetaban, nadie podía sostenerle la mirada y decir que salió ileso.

Es el hermano mayor de Inuyasha, todos lo saben, pero ellos no se llevan bien, en los días que Sesshomaru era el rey de Shikon, su hermano menor nunca lo apoyo en sus peleas. Algunos rumores dicen que Sesshomaru nunca le perdono ese detalle.

Cuando se fue, Inuyasha pasó a ser el rey de aquí.

Sango cerró el libro de geometría y me miro, esperando mi respuesta por su larga historia sobre el peli plateado que apareció en la hora del almuerzo. Pero, yo seguía en trance y no sabía que decir.

-Oh, santo pepino.

Mi mejor amigo empezó a reír.

-No creo que debas preocuparte por él. —Sango bostezo. —Nunca se mete con los amigos de Inuyasha.

Trague saliva y asenté con la cabeza. Aunque eso no me daba paz.

 Aunque eso no me daba paz

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Narrado por Inuyasha.

Deje mi mochila en mi banca y mire a Miroku, quien trataba de conseguir un número de la chica del salón de alado. Suspire, ese mujeriego juraba amar sólo a Sango desde que la vio, pero en cinco segundos lo olvidaba y corría detrás de otra.

Voltee a la ventana del aula, admirando el patio de nuestra escuela y recordando cuando conocí a Kagome. Al principio sólo la molestaba porque me gustaban sus expresiones pero algo cambio recientemente, como si fuera una necesidad saber de ella, de apreciar cada mueca que hace, oír cada palabra que suelta por sus nervios y la sonrisa que le regala a cada persona que la saluda.

Ella, simplemente ella, se convirtió en la persona que tanto anhele desde tiempo.

Y

Tengo

Miedo

De

Perderla.

Aparte la mirada al recordar por qué Sesshomaru jamás será bienvenido a la escuela.

-Dios, conejita. —Cerré los ojos. —Esto se pondrá feo.

"Inuyasha, perdón. Por favor, no me odies."

Abrí mis ojos y mire directo al pizarrón.

"Es tu culpa".

-Kikyo. —Susurre.

promise of the windDonde viven las historias. Descúbrelo ahora