𝙷𝚘𝚐𝚊𝚛

589 76 41
                                    

Hogar.

-¡No!—Inuyasha se aferró a mis caderas y trato de que no avanzara ningún centímetro. —En serio demandare a la escuela si te vas.

Mire a mi alrededor, mis compañeros nos miraban con una sonrisa y otros tomaban fotos a la situación. Claro, estar en medio de la puerta de la escuela un sábado en la mañana cuando los alumnos de segundo estaban por iniciar el viaje para la materia de Biología, nos hacia notar más.

-Inuyasha, debo ir. —Sonreí. —Por favor. Ya déjame, inutilo.

Sango camino hacia nosotros y le dio una palmada a las manos de mi novio quien me soltó de pronto y miro feo a mi mejor amiga. Los dos tuvieron su lucha de miradas hasta que la voz de nuestra maestra se escuchó.

"Tienen menos de cinco minutos para subirse al camión"

Acomode mi mochila en mi hombro, me despedí con un beso en los labios de Inuyasha y corrí hasta el autobús que me tocaba, Sango me siguió unos segundos después y nos sentamos juntas, claro que yo en la ventana para continuar despidiéndome de Inuyasha, mientras que él solo trataba de subir al autobús pero siendo sostenido por los maestros. Sonreí y deje de ver por la ventana para concentrarme en la plática con Sango.

Sí, extrañare este día a Inuyasha pero es bueno que nos separemos de vez en cuando, ¿no? Debemos extrañarnos para que esto funcione bien.

Sí, extrañare este día a Inuyasha pero es bueno que nos separemos de vez en cuando, ¿no? Debemos extrañarnos para que esto funcione bien

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Narrado por Inuyasha.

Kagome se fue hace unos minutos, me quede en silencio mirando por dónde el autobús se dirigió, sin saber lo que debo hacer ahora ¿ir por un helado y seguir esperándola?

¿Muy patético? Tal vez.

Pero desde que comenzamos de nuevo, después de vengarnos de los idiotas que nos hicieron separarnos, queríamos estar todo el tiempo posible juntos, y yo no me quejaba para nada, tenerla conmigo, besarla, acariciar su piel y respirar su perfume es lo mejor de mis días.

-¿Estas llorando?—Bankotsu lamio su paleta rosa y me miro con una sonrisa burlona. —Que idiota.

-Cállate, estúpido.

-Ugh, ¿con esa boca besas a conejita? Que asco. —El moreno metió la paleta en su boca y negó con la cabeza.

Le di un golpe en su cabeza, haciendo que el chico abriera la boca y me observara ofendido, me señalo con su dedo y comenzó a gritar como el idiota que es. De inmediato cinco de sus amigos vinieron dispuestos a dejarme en el hospital.

-Ah~ Tengo ganas de golpear a mocosos. —Incline un poco mi cabeza.

Bankotsu sonrió. —Hace tiempo que no hacemos esto, será divertido.

 —Hace tiempo que no hacemos esto, será divertido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Narra Kagome

El paseo fue genial, conocí mucho sobre algunas plantas y conocí un poco sobre la historia del pequeño pueblo al que fuimos. Sango y Koga estuvieron bromeando todo el tiempo y eso hizo que el día se fuera más rápido. Aunque sigo extrañando a Inuyasha, bueno solo faltan unas horas para que llegue de nuevo a mi ciudad y pueda pasar tiempo con él.

-¡Uno!—Grito Koga y levantándose mientras que bailaba al ritmo de una canción en su cabeza. —En sus caras, arpías.

-¿Disculpa?—Sango se cruzó de brazos. —Pídeme perdón, estúpida.

-¡Que no soy una de tus amigas! ¡Soy hombre!

Reí por la pelea de mis amigos, deje mis cartas en el suelo y mire a la ventana de nuestra habitación, ya es de noche y de seguro Inuyasha dormía como un ángel. Ah, realmente lo extraño. Conejo, debí decir que estaba enferma para no venir.

 Conejo, debí decir que estaba enferma para no venir

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Narra Inuyasha.

Sesshomaru cerró los ojos e inhalo aire para no tratar de ahorcarme enfrente de todos. Sonreí, tratando de verme adorable como Kagome, siempre le funciona cuando me hace enojar entonces ¿por qué no?

-Esa mierda no funcionara. —Mi hermano mayor se cruzó de brazos.

-¡No digas feas palabras!—Le dije alterado y volteando a mis lados, es cuando me di cuenta que Kagome no se encontraba. Baje mi mirada y sentí esa presión en el pecho odiosa.

Es cuando comprendí esas novelas ridículas, las películas románticas y los poemas que veía o leí una vez en mi vida. Realmente cuando te encuentras tan enamorado de esa persona es imposible no pensar en ella en cada momento, es como si el aire que respiras es gracias a ella. Sus brazos son tu hogar donde ir cuando tu día es una mierda y, estoy seguro, Kagome es la persona que me hace sentir mariposas en m estomago pero también el mismo fuego quemándome cuando no está mi lado.

La extraño tanto.

-No puedo creer que hayas dejado a tres chicos en el hospital. —Sesshomaru siguió con su regaño. —Di que ellos declararon que fue su culpa.

-Fue su culpa. —Murmuré.

Sesshomaru me dio un golpe en la cabeza.

Fruncí el ceño, aunque no estoy enojado con Sesshomaru, si no estoy pensando en cómo secuestrar a un conejo.

Fruncí el ceño, aunque no estoy enojado con Sesshomaru, si no estoy pensando en cómo secuestrar a un conejo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Narrado por Kagome

Al llegar a la escuela, después de dos días sin estar aquí, lo primero que hice fue mandarle un mensaje a Inuyasha para avisarle que ya me encontraba en la ciudad pero cuando quise sacar mi celular y hacerlo, una mano me jalo de mi brazo y choque contra un cuerpo.

La colonia de Inuyasha llego a mi nariz y me tranquilice, me alce de puntas y enrolle mis brazos en su cuello.

-Extrañe tanto a mi hogar. —Su voz fue baja, como si temiera que alguien interrumpiera nuestro espacio.

-También extrañe a mi hogar. —Me aferre a él. —Fue un conejo todo este tiempo.

-Sí, que conejo fue el tiempo. —Rió y su risa es hermosa. —Ah, espero no volver a pasar por esto, en serio.

-¡Por un pepino no lo haremos!—Me separe un poco, lo suficiente para mirarlo al rostro y sonreír al notar su rubor en las mejillas. —Te extrañe, home.

-Te extrañe, conejita. —Beso mi nariz . —Mi hogar.

Sango pasó a un lado de nosotros e hizo sonidos graciosos, mientras que Koga me grito que dejaría mis cosas a mi costado.

Inuyasha y yo juntamos nuestras frentes y sonreímos.

promise of the windDonde viven las historias. Descúbrelo ahora