La escuela es tu segunda casa. lo sabes, tu mamá lo sabe y el mundo entero lo sabe. Sin embargo, también es tu campo de guerra y donde sufres la mayoria de tus cicatrices...¡No es tan malo! Siempre tendras la opción de quedarte en una esquina y obse...
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Futuro
No es raro que diga que en la universidad estuvimos en una especie de respiro de nuestra relación. Los que han estado en el estrés de las materias y las exigencias de los maestros, saben o al menos la mayoría, como podemos colapsar y nosotros decidimos separarnos para concentrarnos en nuestros planes y amigos que comenzaron a llegar. No voy a mentir, hubo peleas donde nos lastimamos, algunas por los celos y otras por el cansancio que se acumuló por aquellas desveladas.
Inuyasha fue quien decidió regresar e intentarlo porque "Eres lo más importante para mi y hare todo para tenerte a mi lado." Esas fueron sus palabras exactas y como si fuera una adolescente hormonal, lo acepte.
-¿Acaso te arrepientes, conejita?—Me abrazo y olio mi cabello. —Ah, hueles a fresas.
-Ugh, conejo. —Sacudí mi cabeza y seguí hablando con el perro. —No, la verdad creo que el descanso nos vino de maravilla.
-¿Si? Porque sufrí aún más que cuando Naraku nos separó.
-Te volviste más celoso...
Inuyasha sonrió y me dio un beso en la mejilla. —Claro, todos esos lobos hambrientos querían un bocado de la conejita que me pertenece.
Rodee los ojos y le advertí que si seguía con sus actitudes de pepino lo dejaría de inmediato. Inuyasha sonrió, aseguro que es la última vez que nos vamos a separar por cosas tan tontas como las inseguridades. Lo acepte, le di un pequeño beso en los labios seguimos caminando para dirigirnos a la casa de los hermanos Taisho.
-¡Ah! Sesshomaru Pyon ¿ya se encuentra en la casa?
-Creo ¿por qué?
-¡Kagura pyon me dijo que le tiene una sorpresa!—Sonreí y le enseñe el mensaje de whats que me envió esta mañana. —Seremos quienes le ayuden.
-Ah... ¿Debo hacerlo?
-¡Sí, cara de mono!
Inuyasha suspiro, hizo un puchero y me miro con los ojitos más abiertos delo normal y aunque a veces eso es lindo, esta vez me dio miedo y le di un manotazo. Mi novio dio un brinco por el susto, hizo un berrinche pero acepto al final en ayudarme.
-Un día me voy a defender.
-Ajá, ahora muévete. —Le di una nalgada.
-¡Diablos, señorita!
Junto nuestras cabezas y rió, me contagió de su gran humor y le seguí la corriente.
-Hablando de perdedores. —Comenzó a decir. —Koga coqueteo con una chica en el bar de Kaede la otra noche.
-¿En serio?—Sonreí. —Que audaz.
-La chica se llama Ayame y dijo que hace tiempo hicieron una promesa. —Suspiro. —Algo del kínder y como de mocosos se prometieron casar o algo así.
Doblamos en una esquina, mire a Inuyasha sorprendida, no puedo imaginar a un pequeño Koga haciendo eso promesa...Bueno, sí.
-¿Entonces?
-Nuestro bebé se asustó y salió corriendo. Ayame lo persiguió por toda la calle.
-¿No lo ayudaste?
-Iu no, ya está grande.
-¡Zopenco!
-¡Hey, no me golpees!
Le di una patada en su pantorrilla y camine sin él, solo pude escuchar las groserías del chico y cómo trataba alcanzarme.
Inuyasha Taisho es un conejo del demonio...Pero lo amo.
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¡Al fin acabemos con este fic!
Gracias por seguir esta historia son sentido pero que me divertí en escribiéndola. Extrañare al conejito :c y las palabras raras que usaba.
Bueno, LOS AMOOOOO MUCHOOOOOOOOOOO.
Siempre vean las cosas positivas de las cosas, bebés <3