𝙴𝚜𝚝𝚘𝚢 𝚋𝚒𝚎𝚗

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*Capítulo inspirado en la canción de I'm Okay  de iKON.

Ha pasado una semana desde que me separe de Inuyasha, de nuestra despidida y de aquellas palabras hirientes

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Ha pasado una semana desde que me separe de Inuyasha, de nuestra despidida y de aquellas palabras hirientes. Cada día me doy ánimos para no pensar en lo sucedido y concentrarme en la escuela, incluso he dejado en claro que no pienso hablar de ese día. Sango y Koga lo respetaron, tratan de hablar de otras cosas, no quieren verme llorar de nuevo.

-Estoy bien. —Deje mi mochila en el suelo y me senté en mi lugar. Esa ha sido mi respuesta en esta semana a todas las preguntas de Inuyasha.

Sango se resignó, se sentó también y trato de hablar de la tarea para esta asignatura, aunque aún notaba su mueca inconforme. Suspire, también me estaba cansando de esto pero ¿Qué puedo hacer? Solo quiero seguir tratando de superar lo que sucedió.

El maestro llego cinco minutos tarde pero eso no le quito las ganas de hacernos trabajar más sobre el tema que actualmente estamos viendo.

"Estoy bien"

Me recordé cuando sentí una presión en mi pecho cuando visualice a Kikyo caminando fuera del salón junto con una de sus amigas.

...

Koga anoto nuestro pedido y camino a la cafetería, hoy vamos a comer en el patio para no toparnos con personas no deseadas, así que nos posicionamos debajo de un árbol, Sango se recargo en el tronco mientras que yo me acosté y apoye mi cabeza en su regazo. Cerré los ojos por unos momentos, tratando de aliviar ese dolor cuando recordé las palabras hirientes de Inuyasha.

"Déjame por un momento de joder y vete"

Mordí mi labio cuando sentí las ganas de llorar. Mi mejor amiga solo acaricio mi cabello y comenzó a contar.

-Estoy bien...

Susurre con mi corazón doliendo.

Después de eso me quede dormida.

..

-¿Estamos haciendo bien dejando pasar las cosas?—La voz de Koga se escuchaba molesta incluso dolida. —Ella está sufriendo.

-Lo sé. —Sango coloco un mechón mío detrás de mi oreja. —Pero ella no quiere hablarlo, no podemos forzarla.

-Sango, que ella diga que está bien no es sano. Llora en el baño cuando piensa que nos adelantamos al nuestro salón.

Oh...Lo sabían.

Mi mejor amiga se quedó callada, sus caricias también se detuvieron y eso me asusto. Koga siguió hablando un poco más alto.

-Ella se lastima con cada día que pasa, debemos detenerla antes de que se dañe a tal grado que no podamos controlar.

-¡Lo sé!—El grito repentino de mi mejor amiga me hizo abrir los ojos y levantarme asustada, cuando la mire ella estaba con sus puños cerrados y sus lágrimas bajando por su rostro. —Sé que ella esta lastimada, pero ¡¿Qué puedo hacer?! ¡¿Eh?!

-Sango...—Susurre.

-¡Te dije que te alejaras de él!, ¡te lo advertí muchas veces y aun decidiste estar a su lado!

Koga se levantó de su lugar, sentó alado de mi mejor amiga y se agacho para abrazarla.

-Inuyasha Taisho tarde o temprano te iba a lastimar y yo solo me quede quieta viéndolo, tratando de respetar tu decisión.

-Pero, estoy bien. —Sonreí aunque me dolió hacerlo. —Completamente bien.

Mis dos amigos se quedaron callados.

...

Recogí el lápiz que se me cayó y lo metí a la mochila sin importarme donde iba a caer, cerré mi mochila y suspire. Ya era la hora de salida pero seguía en mi salón tratando de controlar mis emociones, prefirió mentirles a sus amigos y decirles que iba a esperar a un maestro, así podría quedarse sola un poco más y volver a casa sin tener que mentir sobre su estado emocional.

Coloco la mochila en mis hombros, camino hasta la puerta pero mi botella para agua se cayó del bolsillo del costado, haciendo que me detuviera.

-Ah, conejo. —Me agacho para tomar de nuevo el utensilio, aunque unos pasos me hicieron levantar la vista.

-Ah, ¿sigues diciendo conejo?—Inuyasha se cruzó de brazos. —Bueno, la verdad no ha pasado tanto desde que nos separamos.

-¿Q-Qué haces aquí?—Me levante de inmediato, apegue la botella a mi pecho y mire asustada al chico, quien noto mi acción y se alejó unos pasos.

-Lo Siento, vine porque Sango me lo pidió.

-¿Qué?

-Ella dijo que dices que estas bien.

Sonreí. —Pero lo estoy, ¿acaso es tan malo que no me afectara tanto?

-Lloras en el baño.

Cerré mis manos, mis piernas me temblaban y la rabia empezaba a apoderarse de todos mis pensamientos. Es increíble que hasta ese detalle le contara al causante de todo, pensé que estaba de mi lado, pero al parecer le importaba más que Taisho se enterara de mi patética posición en esta situación.

-¿Te lo dijo?—Lo mire muy enojada, no quería decir malas palabras pero mi paciencia se esta agotando.

-No, te he escuchado. En los tiempos de descanso trato de averiguar si te encuentras bien y bueno, me tope cuando te encerrabas en el baño y llorabas.

-¿Vienes a burlarte?

-No. —Negó de inmediato y avanzo dos pasos. —Vengo a decirte que dejes de fingir y decir que estas bien.

Y es cuando no pude más, deje deslizar la mochila por mis brazos y que cayera al suelo junto con la botella de agua y corrí a abrazar al peli plateado, quien abrió los brazos para recibirme y acariciar mi cabeza con cuidado. Me aferre a él como si mi vida dependiera de eso, trataba de llenarme completamente de él antes de que nos separemos de nuevo.

-Lo siento. —Susurró cerca de mi oído. —Pero aun necesito tiempo.

-Lo sé.

-¿Podrás apoyarte de tus amigos?

Asentí con la cabeza, me recargue mi cabeza en su pecho y suspire al sentir sus manos en mi espalda dándome mimos.

-¿Dejaras de decir que estas bien cuando realmente no lo estás?

-Lo hare. Lo prometo.

Inuyasha rompió nuestro abrazo, sus manos dejaron mi espalda y se dirigieron a mis mejillas, me toco con delicadeza y sonrió. Ninguno dijo palabra, aun no estamos listos para revelar todo lo de nuestros corazones, así que nos conformamos con un corto beso en nuestros labios y una despedida rápida.

Cuando vi alejándose de mí, me permití llorar y sentarme en uno de las bancas para desahogarme lo que más pueda.



promise of the windDonde viven las historias. Descúbrelo ahora