𝚂𝚎𝚜𝚜𝚑𝚘𝚖𝚊𝚛𝚞 𝚂𝚎𝚗𝚙𝚊𝚒 𝚙𝚢𝚘𝚗- 𝙲𝚑𝚘𝚌𝚘𝚕𝚊𝚝𝚎

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*Pyon.

Es como el nya (lo de gatos) pero el pyon es de los conejos :) me sentí en la secundaria al estar investigando esto.

PD.- Me gusta ese apodo asi que lo dejare JAJAJAJAJ No importa si suena ridículo.

- Me gusta ese apodo asi que lo dejare JAJAJAJAJ No importa si suena ridículo

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-¡Detente!—Corrí detrás del chico peli plateado que trataba de alejarse de mi. — ¡Hermano mayor!

Sesshomaru negó con la cabeza y siguió escapando. Hace unas horas le pedí la dirección de los Taisho a Sango, quien me advirtió que no fuera sola, que llevara a Miroku o incluso a Koga. Y no la obedecí, quería enfrentarme a este conejo reto con mis fuerzas y demostrar que puedo luchar sola.

Cuando llegue a la casa, me abrió una señora muy agradable, quien me invito a comer galletas mientras que esperaba que Sesshomaru bajara para hablar "tranquilamente" con él. En cuanto bajo por las escaleras y me observo hablando con su mamá, corrió para salir de la casa y es cuando yo me levante de la silla donde me encontraba y comencé a seguirlo.

Y bueno, ahora los dos estamos corriendo por las calles. Uno trataba de escapar de mis preguntas y yo, bueno, solo quería que se detuviera porque me duele mis piernas.

-¡Sesshomaru conejo!—Me detuve, me incline y recargue mis manos en mis rodillas y comencé a controlar mi respiración. —E...En serio...Uff...Mis piernas duelen...Ah... Detente.

Y como si fuera algo mecánico, el hermano mayor de Inuyasha se detuvo y me miro. Suspiro, camino hasta llegar conmigo y se cruzó de brazos, realmente quería tomarlo como una mala persona, pero cuando note sus, casi inexistentes, mejillas ruborizadas, pensé que se ve muy lindo y tierno. Sonreí y me levante.

-Sesshomaru pyon. —Extendí mi mano. —Hablemos comiendo pasteles, ¿te parece?

-Bien. —Estrecho mi mano. —Conozco una cafetería con buenos pasteles y café.

..

El lugar realmente se ve muy bueno, el ambiente es tranquilo y olía a café. Los sillones combinaban con el lugar, incluso se podía apreciar un mueble lleno de peluches y muestras de los pasteles que vendían.

Sesshomaru pidió un americano y yo un chocolate caliente junto con un pastel de vainilla. Caminamos a dos sillones individuales que se encontraban frente a frente, nos sentamos con nuestras bebidas, deje mi pastel en la mesa de medio y sonreí al notar que el peli plateado miraba con atención algunos pasteles que se mostraba en el menú del mostrador.

-Sesshomaru pyon. —Acerque mi bebida a mi rostro para oler su dulce aroma. — ¿Ya puedo preguntarle?

El mayor suspiro. —Sí, pregúntame lo que quieras.

-Bien... ¿Por qué se sonrojo? ¡Ah! ¡¿Acaso le gusto?!—Deje mi taza en la mesa y lo señale. — ¡¿Peleas con Inuyasha por mi?!

Sesshomaru me miro de arriba abajo y negó con la cabeza.

-Ni lo sueñes.

-Uh. —Me cruce de brazos e hice un puchero. —Lo decía de broma, no debía ser tan grosero, conejo.

El chico sonrió, miro un momento a la ventana, se notaba sumergido en sus pensamientos, asi que no lo interrumpí y preferí probar el pastel. Agarre el tendedor y me acerque para agarra el plato y empezar a comer, pero antes de que pudiera probar un bocado, Sesshomaru comenzó a hablar.

-Sí, yo fui quien ordeno que se te molestara en la escuela. —Dejo de observar la ventana y concentro su atención a mí. —Quería molestar a Inuyasha, aunque lo logre, me sentí mal cuando me di cuenta que te involucre en nuestros asuntos.

Asentí con la cabeza, no comprendía mucho sobre su relación de hermanos pero al menos él notaba que estuvo mal que me atacara cuando yo soy ajena a todo el asunto.

-Entonces cuando te vi...Entre en pánico. —Se tocó su lóbulo nervioso. —No quería enfrentarte.

-Ajá. —Deje el tendedor alado del plato. —Pero, Sesshomaru pyon, ¿por qué está peleado con Inuyasha?

-Larga historia. —Sonrió triste. —Y no quiero desperdiciar tu tiempo.

-¡Tengo mucho chocolate y pastel!—Señale los alimentos. —Tengo todo el tiempo que usted necesite. —Ladee un poco mi cabeza. —Cuénteme, por favor.

Taisho Sesshomaru tomo su café, sus manos temblaban pero sonrió hasta llegar a sus ojos, estos brillaban con dulzura.

-Bien, ponte cómoda y pide más pastel. —Dio un trago de su taza. —Estaremos un tiempo aquí.

-¡Yei!

-¡Yei!

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promise of the windDonde viven las historias. Descúbrelo ahora