𝙼𝚊𝚖𝚋𝚘

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Es un capítulo muy corto pero es para conducir al final de este fic, espero que sea uno o dos capítulos más y acabemos :3

PD.- El capítulo esta muy idiota JAJAJAJ

Miroku miraba una revista mientras que se encontraba acostado en el sillón café de la guarida de Inuyasha, Sango se pintaba las uñas de las manos junto conmigo y Bankotsu jugaba cartas con mi novio

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Miroku miraba una revista mientras que se encontraba acostado en el sillón café de la guarida de Inuyasha, Sango se pintaba las uñas de las manos junto conmigo y Bankotsu jugaba cartas con mi novio. Cada uno se concentraba en la tarea que tenía, todo en una paz que surgió después de nuestra venganza contra los malos conejos. Sí, después de la tormenta viene la calma.

-¡Ya llego por quien lloraban!—Koga interrumpió nuestra tranquilidad con su aparición, su sonrisa significaba peligro. —Adivinen quien tiene boletos para el parque de diversiones~

-No nos importa. —Bankotsu dejo sus cartas sobre la mesa y miro a mi amigo. — Y más te vale que no decir que debemos ir todos.

-¿Quién te dijo que estás invitado?

El moreno se levantó enojado, apunto a Koga y le dijo que viniera para pagar por sus ofensas. Por supuesto que él no fue y se escondió detrás de Sango, quien le advirtió al jefe que ni siquiera se atreviera a ponerle un dedo a su dulce bebé. Inuyasha suspiro y también se levantó, camino hacia mí y me dio un pequeño beso en la frente.

-Bueno, iremos al parque. —Agarro su sudadera y camino a la puerta. —Vamos.

-Pero tenemos clases. —Le susurré a Sango.

Ella levanto los hombros, cerro el esmalte y le sugirió a Miroku que se levantara si no quería sufrir la ira del jefe de los perros. Koga se emocionó y abrazo a Inuyasha, quien se separó del chico tratando de no ser rudo, Bankotsu sonrió y corrió para avisarles a sus amigos para no estar solo con nosotros. No me quedo de otra que seguirlo aunque yo sí me preocupaba por las faltas en las clases de hoy.

-Espero que no le hablen a mi mamá, perro. —Agarre mi suéter color rosa y camine hacia Inuyasha para agarrar su mano. —No quiero un castigo.

-Yo me ocupo de eso, conejita. —Miro a Miroku, esté entendió de inmediato y salió rápido del lugar para arreglar algunas cosas antes de irnos.

Confié en sus influencias y acepte acompañarlos.

¿Qué puedo salir mal?

...

-¡Te dije que era una mala idea!—Seguí bailando junto con Inuyasha, él sonreía hasta que sus mejillas se tornaron rosas.

Conté en mi mente uno, dos, tres y di una vuelta. Mis manos se alzaron y seguí el ritmo de la canción, tratando de ignorar las cámaras que pasaban frente a nosotros. Maldito el momento en que acepte participar en un programa familiar.

Levante mis brazos y moví mi cadera de un lado al otro, los baje y seguí con los pasos que nos enseñaron. Inuyasha reía a mi lado, mientras que podía escuchar las voces de mis amigos atrás nuestro, quienes solo contaban bromas, claramente todos se están divirtiendo.

-Vamos, conejita. —Inuyasha movió su cabeza al ritmo del Mambo. —Es divertido.

Sí, lo es pero me preocupa que mi mamá vea esto y después venga un regaño legendario con chanca incluido.

-Ay, pepino. —Dimos otra vuelta.

-¿Qué?—Inuyasha me miro divertido.

Lo mire enojada.

-¡PEPINO!

En ese segundo la canción acabo y todos escucharon mi grito y la mi palabra. La cámara me enfoco de inmediato y mi rostro fue visto por todos lados, incluso la palabra pepino se grabaría en las mentes de todas las personas que se encontraban en el sitio y en la audiencia.

-Ah, conejo...

Mis amigos estallaron en risas.

Si quieren ver el baile donde me inspire y se lo puedan imaginar JAJAJAJAJA



promise of the windDonde viven las historias. Descúbrelo ahora