La escuela es tu segunda casa. lo sabes, tu mamá lo sabe y el mundo entero lo sabe. Sin embargo, también es tu campo de guerra y donde sufres la mayoria de tus cicatrices...¡No es tan malo! Siempre tendras la opción de quedarte en una esquina y obse...
Mi cuñado y Kagura se miraban por unos segundos y después apartaban la mirada, ninguno quería iniciar con la conversación pero no dejaría que lo arruinaran de nuevo. Aun con las protestas de Inuyasha por entrometerme en asuntos que no son mios, me acerque a la pareja de conejos tontos y los observe.
-Hablen.
-¿Qué?—Sesshomaru me miro con el ceño fruncido. —Te dije cientos de veces que no quería hacerlo y tú.
-Ella hizo lo que yo no me atreví hacer. —La chica de cabello castaño sonrió. —Me junto contigo de nuevo, Sesshomaru.
El recién nombrado se quedo callado y observo a la chica que le roba los suspiros todos los días, dejo que siguiera hablando. Kagura apoyo sus codos en la mesa y entrelazo sus dedos, su postura se encontraba relajada, como si hubiera imaginado y ensañado todo desde hace tiempo.
-Nunca me gusto como terminamos nuestra relación y aunque me digas que me dejaste en libertad. —Suspiro. —Lo sentí como si me hubieran encerrado en una jaula para siempre. Te lo dije desde hace tiempo, tú eres quien me da verdadera libertad.
Sesshomaru negó de inmediato, su rostro se tornó rojo por la vergüenza pero su expresión también se notaba la tristeza .Me aleje unos pasos, no quiero seguir invadiendo este momento íntimo, Inuyasha se posiciono a mi lado y beso mi cabeza.
-Lo hiciste bien, conejita. Deja que ellos arreglen sus asuntos ¿sí?
Lo abrace y asentí con la cabeza. Mi trabajo termino y ahora dejar que decidan, son los únicos que realmente saben que sucedió y cómo arreglar este problema. Me aleje de Inuyasha y entrelace nuestros dedos, caminos a la salida de aquel café de la esquina.
...
-Llegue. —Sesshomaru cerró la puerta principal de la casa Taisho y nos saludó.
Inuyasha y yo nos levantamos de inmediato del sofá, claro que yo fui quien lo ataco con preguntas sobre Kagura y su reunión.
-Ah, eso. —El mayor de los hermanos me acaricio la cabeza. —Todo está bien entre nosotros.
-¿Eh? No entiendo.
Inuyasha también pregunto, ninguno entendía lo que significaba eso. Sesshomaru nos invito a sentarnos y asi hablar sobre lo que sucedió con su persona más querida en el mundo. Los dos de inmediato nos sentamos y prestamos atención al mayor, quien al ver nuestra acción solo sonrió.
-Kagura y yo nos queremos, sí, sin embargo no estaremos juntos como pareja.
-¡¿Qué?!—Me levante. — Los odio, hice todo lo que pude.
-Ese es el problema, Kagome.
Lo mire enojada, Inuyasha sonrió y se quedó en silencio.
-Tú fuiste quien nos junto de nuevo, tú, no yo o ella. —Movió la mano de un lado a otro. —Debemos dar el primer paso si queremos estar juntos, no terceros.
-Espera, ¿qué?
-Hasta que uno decida buscar al otro, estaremos separados.
Sesshomaru se levantó y se despidió, quería dormir un poco antes del examen que tiene programado para mañana. Subió a su habitación y nos dejó solos, yo con un nudo en la garganta e Inuyasha con ganas de dormir conmigo.
-¡Conejita, vamos a dormir!—Me alzo y me coloco en su hombro, dejándome de nuevo viendo su inexistente trasero.
-¡Ah, pepino!—Le di golpes en su espalda, aunque solo sonreí.
Comprendo un poco a Sesshomaru-Pyon. Cuando Inuyasha y yo nos separamos y trataron de ayudarnos para volver, lo único que se sintió bien fue cuando Inuyasha dio el paso para sanar nuestras heridas, es cuando acepte juntarnos de nuevo, porque él fue quien al final hizo su movimiento por nuestra relación.
Espero que los dos no tarden mucho en buscarse, yo vi el amor que sienten hacia el otro cuando los deje en esa cafetería y solo se miraban.
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Terminamos con estos extras el próximo será el último.
