La escuela es tu segunda casa. lo sabes, tu mamá lo sabe y el mundo entero lo sabe. Sin embargo, también es tu campo de guerra y donde sufres la mayoria de tus cicatrices...¡No es tan malo! Siempre tendras la opción de quedarte en una esquina y obse...
Es muy cursi, pero siempre mis especiales son muy cursis :3
¡Feliz navidad!
Espero que hoy la pasen muy bien con las personas que quieren y coman mucho.
Los amo.
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La semana de navidad, la mágica y hermosa semana donde todos están emocionados por la gran noche; algunos por la comida y otros por los regalos, pero lo que es cierto, cada uno de nosotros esperamos con ansias el día. Al menos yo lo hacia y nada ni nadie iba a arruinar mi felicidad.
-¡No!—Le di un golpe en su pecho a Inuyasha y me aleje. —No puedes hacer esto.
-Pero ya lo hice. —El chico me abrazo y me dio un beso en la mejilla. —Sólo es una noche, conejita.
-¡Noche buena!—Suspire. —Donde la familia se reúne y todos comen cosas deliciosas.
-Sí, Sí. —Acaricio con cuidado mi cabeza. —Pero no te matara pasarla con nosotros, aparte los chicos están emocionados cuando les dije que estarías, ya sabes que te aman como una hermana menor.
Era cierto, los compañeros de Inuyasha no son tan malos cuando los conoces y por alguna razón, me quieren mucho y procuran en darme lo que quiero cuando los visito. Les debo ir a la pequeña fiesta que están organizando de navidad.
-Bien, iré.
-¡Sí!—Inuyasha me dio un pequeño beso en la mejilla. —Les diré que asistirás. Esos chicos estarán tan emocionados.
Sonreí. Realmente nos hicimos una familia tan pronto.
..
-¡Sonríe, Kagome!—Miroku alzo su cámara y nos fotografió. Inuyasha movió sus manos como si tratara de captar mi atención e hizo caras graciosas.
-¿Qué? ¿Qué rayos estás haciendo?
Mi novio se detuvo y sonrió, se notaba muy feliz y eso me alegro pero sus acciones siguen siendo muy raras.
-Estoy haciendo idioteces para que sonrías en la foto.
¿Se puede morir de ternura?
Lo abrace y esa fue la oportunidad de Miroku para tomarnos una fotografía.
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Los dos nos separamos y tratamos de disimular nuestro sonrojo, el castaño empezó a reír y decirnos que pareces dos bobos por tal acción, haciendo que Inuyasha le diera un golpe en el brazo.
Sango llego un poco después, de inmediato Miroku corrió y la abrazo, alzo su cámara y tomo una fotografía antes de que mi mejor amiga le diera un golpe y se alejara con las mejillas rosas. Inuyasha y yo intercambiamos miradas y sonreímos.
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La noche se basó en comer, peleas entre los miembros y muchos juegos, donde claro, Inuyasha me dijo que no podía golpear a nadie cuando perdiera porque según él: No gritaste uno y debes aceptarlo.
A media noche, nos alejamos de los demás y salimos para poder hablar un poco mejor sin tanto ruido. Inuyasha me abrazo de la cintura y recargo su barbilla en mi hombro.
-Sabes, nunca pensé que sería así.
-¿Cómo?
-Estar rendido a los pies de alguien más. —Inuyasha se posiciono detrás de mi y me abrazo. —Y creo que me gusta. No, me encanta. Gracias, conejita.
-Feliz navidad. Inuyasha.
-Feliz navidad, Kagome.
Nos quedamos abrazados hasta que Miroku y Sango llegaron con gritos.
-¡Bankotsu vino!
Inuyasha me abrazo más fuerte cuando el moreno llego junto con Sesshomaru y Jakotsu.
