𝓮𝔁𝓽𝓻𝓪 1

533 59 11
                                    

Miroku y Sango.

Cuando Sango conoció a Miroku fue en una de las tardes que pasaba en la casa de los hermanos Taisho, el chico era mejor amigo de Kikyo pero después comenzó a estar más Inuyasha, siendo la mano derecha del menor de los Taisho. Ella no pensaba enamorarse de ese mujeriego, pero sus propios pensamientos la traicionaron.

El tiempo paso y tuvieron una relación, aunque Miroku coqueteo con dos personas distintas esa noche. Sango se prometió no volver a caer ante el maldito idiota, por ello lo ignoro cuando trato de arreglar las cosas.

Al entrar a Shikon, la amistad con Inuyasha finalizo junto con sus sentimientos hacia Miroku, trato de concentrase en otras cosas y en ese momento conoció a Kagome, quien fue su salvación. Las dos chicas prometieron ser amigas por siempre, tratando de cuidarse la espalda y tomar sus manos cuando sentían que el mundo se cae.

Sí, todo estaba resultando bien en sus días de escuela hasta que Inuyasha fijo sus ojos en su amiga, temio que la dañara pero observo algo diferente y termino aceptando su relación... Aunque eso significara tratar de nuevo con Miroku.

-¡Hola, bonita!—Miroku sonrió al verla en la entrada de la escuela, como siempre luce tan bien. —Pensé que te encontraría aquí.

Sango lo ignoro, no es necesario seguirle la corriente, sabe que sigue siendo un mujeriego y no está dispuesta a tratar con esa mierda. Miroku dejo de sonreír, sabe que la cago de la peor manera, sin embargo no se va a rendir hasta demostrarle que realmente ha cambiado y solo quiere estar a su lado.

-Kagome e Inuyasha están avanzando en su relación, ayer almorzaron juntos de nuevo. —Dijo con emoción. — Me encanto también verte allí.

-No tenía opción. —Contestó, levanto su mano y llamo a Koga que se encontraba cerca. —Koga, vamos por una soda.

La castaña volvió a ignorar a Miroku y se fue junto a su amigo a la tienda de la escuela, tratando de que su corazón dejara de latir tan de prisa.

..

-Ah, estoy cansado. —Miroku se acostó en el sillón en la sala de Inuyasha. —Sango realmente no quiere hablarme, ¿Qué hare?

Inuyasha dejo por un momento de ver los títulos de los videojuegos y volteo a ver a Miroku.

-Bueno, nada de esto hubiera sucedido si no fueras un puto. —Levanto uno de zombies y se lo enseño al moreno. —Sango te quería demasiado y lo arruinaste.

El de ojos azules le dio aprobación al juego pero agacho su mirada al sentir asco por él del pasado, ¿por qué fue tan estúpido para arruinar la relación que tuvo con Sango? Ahora entiende el odio de la chica.

-¿Debo rendirme?—Pregunto con un nudo en la garganta.

-¿Quieres hacerlo?

-No. —Contesto sin pensarlo.

-Entonces pelea por ella, ¿Qué tan difícil es?—Bromeo su mejor amigo.

Miroku también sonrió, aunque por dentro se moría de nervios por crear un plan perfecto para volver a acercarse a Sango y demostrarle que esta vez hará bien las cosas.

Claro, ¿Qué tan difícil es conquistar a una chica?



promise of the windDonde viven las historias. Descúbrelo ahora