La escuela es tu segunda casa. lo sabes, tu mamá lo sabe y el mundo entero lo sabe. Sin embargo, también es tu campo de guerra y donde sufres la mayoria de tus cicatrices...¡No es tan malo! Siempre tendras la opción de quedarte en una esquina y obse...
Deje sobre la mesa la cinta adhesiva, un bote de pintura y brillantina, mire con emoción a mi, de nuevo, novio y señale las cosas. Inuyasha sonrió y acaricio con cariño mi cabello.
-Bueno, no es ilegal. —Se sentó en el sillón de su sala. —Al menos me hubieras dicho que los raros iban a venir.
-¡Hey!—Dijeron en unísono Sesshomaru y Bankotsu.
Sesshomaru murmuro un: "yo vivo aquí, estúpido".
Inuyasha ignoró a nuestros acompañantes, volvió a concentrar su atención en mí y en el plan que pensé en la noche de ayer. Cuando los do estuvimos de acuerdo que era el momento de nuestro golpe hacia Naraku y Kikyo, de inmediato formule muchas travesuras para esos dos; realmente sigo lastimada por su jugada, me enojo que usaran las inseguridades de Inuyasha para separarnos, eso fue bajo y malvado...Y, conejo, mi venganza es de esperarse.
Saque la hoja del bolsillo de mi pantalón y lo revise de nuevo, debo recordar cada detalle, nada se debe quedar olvidado. Me concentre tanto en mis apuntes color verde que no note cuando Inuyasha me rodeo con sus brazos y apoyo su barbilla en mi hombro. Su cercanía me hace muy bien.
Nos quedamos un poco más en esa posición, tratando de alejar todos los pensamientos feos. Tal vez vamos a cometer más errores y, por supuesto, más peleas entre nosotros pero deseo cruzar ese camino junto a él, de la mano y pequeñas promesas.
-Uhm, nos parece muy feito verlos tan juntos y empalagosos. —Bankotsu nos separa. —Yo vine por venganza ¡venganza!
Sesshomaru también se levantó e hizo una pose ridícula. — ¡Venganza contra esos bastardos!
Me cruce de brazos indignada, ¿Quién se creían para interrumpir mi momento con Inuyasha? Obviamente les lance mis zapatos a cada uno al rostro. Se quejaron pero no volvieron a interrumpir.
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Inuyasha bostezaba mientras que vigilaba el salón de Kikyo desde un lugar alejado pero lo suficiente cerca para observar todo, Bankotsu se posiciono alado de la puerta esperando a nuestra víctima. Me encontraba lista para saltar de mi escondite y lanzarle los globos con agua, tal vez estoy haciendo lo mismo que me hizo esa chica—enviada por Sesshomaru—pero yo sólo quería darles una lección y olvidar el asunto.
La campana de salida sonó; los tres nos pusimos en alerta para atacar. Kikyo salió del salón junto con una amiga, Bankotsu fue rápido y no dejo que los demás alumnos avanzaran. Salte de mi escondite y lance los globos llenos con agua y se lo lance a los zapatos, la chica dio saltos desde su lugar y chillo como rata.
-¡Hijos de su madre!—La chica de piel pálida grito, su amiga se alejó de ella de inmediato cuando note que Inuyasha también se acercaba con una cubeta con agua. —Ni te atrevas, perro del mal.
Inuyasha sonrió y alzo la cubeta, y lo que paso luego lo vi en cámara lenta; Kikyo siendo mojada por completo, Inuyasha sonriendo y bailando y Bankotsu tratando de no aventarse al suelo para seguir riendo.
-¡Los odio!—Grito y camino con sus puños cerrados hacia el baño de las mujeres.
Inuyasha choco su palma con la mía y guiño el ojo cuando le sonreí. Sí, una menos, ahora falta el conejo mayor.