Love Story

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"Y los dos muchachos estaban caminando por el castillo, cuando el mayor le pide que vaya a la habitación. El castaño, extrañado, hace lo que le fue pedido. Al llegar, esperó sentado en la cama. Cuando el azabache llegó, estaba solo en esos pantalones ajustados que volvían loco al contrario.

–¿Te gusta lo que ves?– Preguntó con un tono sensual.

–Siempre me gusta– Respondió el latino con el mismo tono.

El asiático se sentó sobre el regazo del mayor, y lentamente le comenzó a sacar la remera.

–Oh si, se a dónde va esto– Murmuró el moreno.

–Creo que quieres llegar lo antes posible, bebé– Y así como si nada, el menor en altura se bajó los pantalones.

Nunca imaginarías las cosas que salían de una boca tan pura. Oh dios, el castaño no lo soportó y agarró las caderas del contrario para meter lentamente su miem"

–¡Okey Pidge! ¡Creo que ya entendimos el punto!– La frenó el mayor.

–Yo solo cuento lo que veo– Se excusó la castaña.

–¡Oh! ¡Oh! ¿Puedo contar mi historia yo?- Pidió el paladín amarillo.

–Adelante– Sonrió Shiro.

"–Es un lindo atardecer, ¿no es así?– Preguntó el castaño mientras miraba el horizonte.

Si, lo es– Por primera vez en varios días, el asiático estaba tranquilo.

Habían peleado y discutido incontables veces, pero estos momentos lo valían todo.

Estar así, sentados, sin tener que preocuparse por ganarle al otro. Eso era lo que el morocho apreciaba, y no podía evitar sonreír.

¿Sabes que otra cosa es bonita?– Insinuó el contrario.

Esperando uno de sus clásicos ligues, le respondió.

¿Qué?– Dirigió la cabeza hacia su compañero, pero el cubano ya tenía todo el cuerpo hacia el muchacho de tez pálida.

Un anillo de compromiso, en tu dedo– Los ojos del morocho se abrieron como platos.

Sentía lágrimas en sus ojos, aún sin caer. Se tapó la boca para no gritar de felicidad. El de ojos celestes sacó una pequeña cajita de su bolsillo, y la abrió frente a su novio.

Contenía un hermoso anillo de oro, con un rubí en el centro. Era bellísimo.

Yo...– Intentó explicar sus sentimientos, siquiera decir algo, pero aún estaba sorprendido.

¿Y? ¿Qué dices?– Los nervios del castaño eran inexplicables.

El ex-paladín rojo miró los claros ojos de su amado.

Si, te diría que si una y mil veces– Abrazó al mas alto, sin contener el agua que corría por sus pómulos.

Te amo ahora y por siempre, samurai– Murmuró en el hombro del muchacho de ojos púrpura.

|:Klance One-Shots:|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora