|:Klance One-Shots:|

Young New Love

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Pedido por Marialelapapah

–¿Lance?– Llamó el mayor.

El nombrado lo miró con una ceja alzada y una sonrisa. Una sonrisa que hacía que el corazón del azabache se derritiera.

Estaban sentados en el patio del latino, ya que el azabache había sido invitado a jugar. Ya casi era hora de que lo vinieran a buscar, pero Keith no tenía ninguna intención de irse.

Porque, con tan solo trece años, Keith se había enamorado de Lance.

Era raro enamorarse de un chico. Bueno, él no sabía la diferencia ya que jamás se había enamorado de alguien, pero al estar rodeado de parejas conformadas por hombre y mujer, querer tener una relación de dos hombres se sentía extraño.

Lance era solo un año menor, se habían hecho amigos al tener nueve años, y ahora debían estar separados en primaria y secundaria. Aún se veían, se juntaban en alguna heladería o parque, o simplemente se invitaban a jugar o dormir.

Pero eso no evitaba que sintiera millones de mariposas en el estómago cada vez que ese castaño le hablaba o sonriera. Era una sensación estresante pero hermosa, tanto que ni siquiera sabía explicarla.

Pero Lance no sentía lo mismo. Le había hablado de chicas desde que tuvieron confianza, y aunque ahora ya no lo hacía, solo era cuestión de esperar a que volviera a suceder.

–¿Estás bien?– Preguntó el de ojos claros.

No se había dado cuenta que se había quedado mirando.

–Ah, sí, por supuesto– Respondió intentando ocultar su nerviosismo.

–¿Estabas admirando mi belleza?– El moreno rió, y Keith solo le sonrió.

Porque, en parte, lo hacía cada vez que lo veía.

Se quedaron en silencio un rato más, simplemente admirando las estrellas. Había una pregunta que el asiático quería decir, pero la vergüenza se lo impedía.

Miró a su amigo una vez más y suspiró.

–Lance, ¿alguna vez te gustó un chico?– Preguntó con el corazón en la boca.

–¿Qué? Yo, em, bueno, yo...– Tartamudeó el menor.

Las mejillas canela se estaban tornando carmesí, algo que Keith tomó como vergüenza.

–Olvídalo, es una pregunta tonta, es raro que los chicos se enamoren de chicos– Evitó el de tez pálida.

Lance abrió la boca para decir algo, pero luego lo pensó mejor. No quería arruinar las cosas.

–Sí, me he enamorado de un chico– Respondió lo más calmado que pudo.

El coreano se sorprendió ante esas palabras. Se acomodó en su lugar debido a los nervios, había esperanza.

–¿Y cómo terminó?– Murmuró tímidamente.

El cubano soltó una pequeña risa.