Look Me Dead In The Eyes

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Eran altas horas de la noche.

Lance miraba el reloj. Solo unas horas hasta que su turno terminara.

Bueno, no era su turno. Hunk iría a su primera cita con Shay, la chica nueva en el café al que siempre iba, y él accedió a cubrirlo.

Debía sentarse frente a la habitación de un anciano muy enfermo y esperar. No sabía para qué, pero ahí estaba.

Agarró su celular y abrió los mensajes. Su amigo le mandaría uno cuando la cita haya terminado, y no podía esperar a preguntarle sobre los detalles.

Pero no había ninguna notificación.

Suspiró y tiró la cabeza para atrás. Solo unas horas más.

De repente, sintió unos pasos. Dirigió la mirada al corredor frente a él.

Ojalá fuera el guardia. Hablaban muy seguido últimamente, y era muy interesante.

También era bastante gracioso, aunque podía matarte si así quisiera. Tenía una gran cicatriz en el puente de la nariz gracias a un ataque de intrusos, pero aún lastimado pudo con ellos.

No volvió a escuchar pasos, así que cerró los ojos y se acomodó en la silla. Se colocó unos auriculares y se dejó llevar por la música.

Pasaron unos minutos antes de sentir una brisa helada golpear su cara.

Al abrir los párpados, se encontró con una figura humana caminando por el pasillo, justo hacia él.

Se sobresaltó en su lugar. No distinguió quien era, tal vez otro trabajador.

Al ver que no significaba peligro, siguió disfrutando la canción, sin querer hablar con su compañero.

Con los ojos entreabiertos, notó que la figura frenaba frente a la puerta de la habitación que debía cuidar. Llevaba una gran túnica negra con capucha, una vestimenta un tanto extraña.

También tenía los pies descalzos. Muy antihigiénico.

Una mano pálida se dejó ver por esas mangas oscuras y agarró el pestillo.

–Hey, no se permiten visitas a estas horas– Avisó antes de que el extraño pudiera abrir la puerta.

Se sorprendió al ver que la figura volteaba hacia él.

Tenia mechones de cabello oscuro en su cara, y sus ojos púrpura parecían brillar ante el pequeño foco sobre ellos.

–¿Me puedes ver?– Preguntó con una voz grave pero curiosa.

–Por supuesto –respondió intrigado–. ¿Y qué es eso en tu mano?

El muchacho se miró la mano que se ocultaba tras él, y al dejarla al descubierto, Lance notó la guadaña que portaba.

Rápidamente, sacó su celular y marcó al 911.

–¡Espera! No deberías hacer eso– El desconocido se acercó a él, asustándolo.

–¡Shiro! –gritó por el pasillo– Si no te alejas llamaré a la policía.

–No deberías ni llamar a la policía ni a Shiro, escúchame

–¿Como sabes quién es Shiro? ¡Aléjate de mí!

–¡Solo déjame explicar!

Lance divisó al guardia corriendo hacia ellos y sonrió.

–¡Shiro! Ayúdame, por favor– Rogó el cubano al ver que el nombrado frenaba junto al desconocido.

–Lo siento Lance– Sus ojos se abrieron de par en par cuando el mayor esquivó al intruso y lo agarró a él.

–¿¡Qué haces!?– Y luego de decir esas palabras, el japonés colocó un pañuelo en su boca.

Comenzó a sentirse mareado y a ver borroso.

Miró al extraño, quien hablaba tranquilamente con Shiro.

Los dos hombres lo miraron antes de que todo se volviera oscuro.
















...

Re feo, ah.

PERO MEN.

SOMOS #3 EN KLANCE.

LOS RE AMO, GRACIAS. BESOS PARA TODOS. MUAK.

MUCHAS GRACIAS, AY.

♡♡♡♡

'k bye, los amo.

|:Klance One-Shots:|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora