|:Klance One-Shots:|

Sickness

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Dedicada a: zazcarmelitavazquez

La operación había sido exitosa, como todas.

El hombre caminaba entre todos los cumplidos. El doctor que debía hacer la operación estaba en su casa gracias a un celo inesperado, y él lo había reemplazado.

Algunos decían que era mejor él hubiera realizado el transplante de corazón en vez del doctor Griffin.

-¡Doctor McClain! ¡Por aquí!- Llamó su enfermero.

-¿Qué pasó?- Preguntó sin ganas y mirando a las demás trabajadoras.

El enfermero resopló ante la actitud.

-Debe ir a hablar con la familia del paciente.

-Oh, por supuesto.

-Y luego debe atender al hijo del señor Hudson.

-Sí, sí.

-Y después debe...- Un dedo en sus labios lo interrumpió.

-Lo que sea, ¿puedes decirle tú a la familia? Debo ir a hablar con Allura- Pidió mientras le tiraba un guiño a la recepcionista.

-¡Pero doctor!- Para cuando se quejó, Lance ya estaba caminando hacia la sala de espera.

-¡Gracias Keef!- Exclamó sin dar la vuelta.

-Es "Keith"- El morocho apretó los puños y resistió sus ganas de tirarle la agenda en la cabeza a su superior.

Solo porque McClain era el primer beta en conseguir un puesto tan alto siendo tan joven no le daba el derecho de tratar a los demás como moscas.

Gruñó para sí y respiró hondo. Debía darle a la familia las buenas noticias.

Luego de terminar todo su trabajo al día, podía irse a casa. Estaba agarrando su mochila cuando escuchó una voz.

-¡Kogane!- Llamó el jefe del hospital.

-¿Sí?- Estaba agradecido de que Shiro le haya ofrecido trabajo, pero era extraño que ahora él fuera su jefe.

-Keith, el doctor McClain se siente muy mal, dice que pudo haber sido algo en la torta de felicitaciones, pero debe irse a casa- Explicó el japonés.

-¿Lo siento?- Respondió confundido, sin saber qué se suponía que dijera.

-Y tal vez deba irse contigo.

-¿Qué?

-¡Por favor! Sé que no es tú doctor favorito...

-Shiro- Replicó.

-¡Pero! Todos los alfas comieron la torta, y no podemos arriesgarnos a que se enfermen todos.

-¿Y qué hay de ti?

-Yo, um -el mayor se aclaró la garganta-. Estoy ocupado.

-¿Haciendo qué? ¿Pensando en Adam?

-Digamos que no solo pensando.

-Eso es asqueroso.

-¡Keith! ¡Tendré una cita con él, por dios!

Por un lado, el coreano estaba feliz por su hermano, había estado enamorado de Adam desde que tenía memoria, pero por el otro, debía cuidar de Lance.