LMC.5

784 91 28
                                    

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

Y ahí iba otro profesor. Directo al campo de fusilamiento.

No sentía piedad por ellos, al contrario, los quería fuera de este mundo. Todos los androides son una inteligencia artificial que habla. No sienten, no lloran, no ríen, solo enseñan. Y ni siquiera en eso eran buenos.

Corregir a los profesores era casi natural en Keith. Ellos decían algo mal, como siempre, luego Keith les corregía, su detector de fallas se activaba, y jamás se volvían a ver. Los androides sin la inteligencia suficiente eran basura. Todos lo eran, pero solo esos eran exterminados.

El décimo docente ya estaba en la silla del docente anterior al volver del recreo. Piel morena, cabello castaño, ojos claros y bastante alto. El azabache ignoró los murmuros de sus compañeras, el tipo era solo metal, no entendía como podían sentir un gramo de afecto por él.

Cuando todos se sentaron, el superior se levantó, mostrando una sonrisa llena de dientes blancos y metálicos.

–Soy su nuevo profesor, la fábrica me llama Androide LMC.5, pero ustedes pueden decirme Lance– El profesor hizo una especie de reverencia, sacando risas de parte de las señoritas.

–Yo creo que es genial, y sexy– Comentó la chica frente a él.

El asiático rodó los ojos y siguió dibujando, olvidándose del mundo.

Desgraciadamente, no se concentró en los pasos que venían al último asiento de la última fila, justo dónde él se sentaba.

–¿Qué dibujas?– Los ojos del morocho se abrieron mientras frenaba el lápiz.

Se suponía que los androides no se movían del pizarrón, simplemente escribían cosas que Keith ya sabía. ¿Por qué este no?

–No te interesa– No se gastaba en hablarles formalmente, después de todo, no se lo merecían.

–Si no me interesara no estaría preguntando, ¿no crees?– Un incómodo silencio indundó la sala.

–Solo dibujo lo que siento cuando estoy con profesores como tú– Se movió, dejando ver un talentoso dibujo mayoritariamente en blanco y negro.

Dentro de la hoja, una mano estaba agarrando un cuchillo, la otra mano estaba junto a este, roja sangre saliendo de la punta del dedo donde el filo del cuchillo se encontraba.

–No dibujas mal, deberías guardar tu talento para otro momento, no se si te diste cuenta, pero estamos en clase– Una egocéntrica sonrisa se expandió con el rostro del docente.

Ese maldito. De seguro fue un error.

–Solo escribirás cosas que ya sé, no me importa mucho esta clase– De hecho, matemáticas era una de las armas más poderosas del morocho.

–Eso lo comprobaremos luego– El profesor guiñó y caminó de vuelta a pizarrón.

¿Quién se creía que era? Iba a reportarlo lo más rápido que pudiera.

La explicación comenzó, números y signos escritos por ahí, formando cálculos que Keith podía hacer mentalmente. Pero no se concentraba en eso. Debía corregir a esta máquina. Le probaría que nadie se mete con Kogane.

Y ahí llegó, su momento.

–¡Profesor!– Se levantó de la silla lo más rápidamente posible.

Otra vez esa sonrisa.

–¿Sí, Kogane?– Ah sí, los androides tenían reconocimiento facial, que sorpresa.

–En la operación de la derecha, debajo de la que da -1267, debía ir un 7 en vez de un 8– Esperaba la boca abierta.

Esperaba que el detector de fallas se activara.

Esperaba deshacerse de ese profesor.

Pero nada pasó.

–¡Así que no eres tan tonto después de todo! Felicidades– Luego de eso, siguió escribiendo cálculos.

¿Nada? ¿El androide sabía que esa operación estaba mal? Pero... No, no podía ser.

Se volvió a sentar, dejando esa dignidad perdida en el suelo. Estaba demasiado confundido como para pensar.

–Parece que ya no eres el inteligente, Kogan–- Murmuró el molesto de Rolo, causando risas en la clase.

–¿¡Quieres callarte, Señor "Mi Nota Mas Alta Fue 4"!?– Ese tipo le ponía la sangre hirviendo.

–Me callo solo, no como a ti que te calla un profesor– Otra vez las risas.

–Rolo, cállate– La voz rompió la tensión.

El superior había dejado de escribir para mirar al chico, quien estaba más que asustado. Keith sonrió, amaba verlo tamblar.

–Sí, señor– Inmediatamente, Rolo bajó la mirada y siguió copiando.

Por unos momentos, solo se escucharon los lápices sobre el papel. Hasta que el profesor volvió a hablar.

–Aunque tienes razón, a Kogane no le gusta ser callado por un profesor– Miró al mencionado, y éste se sorprendió.

Unas pocas risas fueron soltadas, pero terminaron rápidamente. El docente sonrió hacia el azabache y siguió con la clase.

No había forma de que este profesor fuera como los demás. Si no era un falla, era un nuevo modelo, aún mas irritante que los demás.

La campana sonó, indicando la salida de clases. Finalmente estaría lejos de esa máquina. Se levantó y agarró su mochila, ni siquiera pensaba en quedarse a ordenar sus cosas.

Al mirar al profesor, él estaba escribiendo su nombre en un papel. Eso significaba que estaba en problemas. Muchos problemas.

La chatarra llamada profesor le diría a la chatarra llamada director y esa chatarra podía arruinarle la vida. Genial.

No se había dado cuenta que se había quedado mirando, y sus miradas chocaron. Él sonrió, por lo que Keith frunció el ceño y siguió caminando.

Había algo de esa maquina que estaba mal. Ningún modelo de androide tenía otro objetivo que no fuera copiar, y obviamente ninguno que fuera más inteligente que él. Iba a investigar, esto no iba a quedar así.

Tal vez podía ser un simple muchacho contra un hombre hecho de metal, pero si de algo estaba seguro, era de que ese profesor se iría.

No se rendiría hasta que esa cara artificial ya no estuviera en la Tierra.


















...

Esta bro me dio la idea -> R0ughCooki3

Actualizando a la madrugada again

|:Klance One-Shots:|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora