Inverted Personalities

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Una chica muy especial (ejem ejem CinnamonNela) me ayudó a escribir esto, so thank you <3






–¡Bien hecho, paladín rojo!- Lo felicitó la castaña.

–¿Tal vez me puedas dar un beso de premio?– El azabache junto los labios y se acercó a la princesa, pero ella lo frenó con la mano,

–No, Keith...– Suspiró entre molesta y cansada, y se dirigió con su hermano.

–Algún día te enamoraras, princesa, y vendrás a besarme– Se siguió halagando mientras se dirigía con Shiro y Allura hacia algún lugar. Probablemente a jugar en la sala de entrenamiento.

Lance, quien había estado observando la escena, frunció el ceño. Había algo dentro de él que le decía que vaya a rezongar al coreano. Tal vez era su instinto, pero jamás se iba.

Y al castaño le molestaba no saber que estaba sintiendo. Le molestó desde que vio esa mullet en el Garrison.

El moreno se fue a su cuarto, no quería ver o escuchar a su enemigo coquetear con cualquier cosa que tenga sombra. Estaba seguro de que el morocho coquetearía con el aire incluso.

Al entrar, se tiró en la cama y bufó. A la única persona a la que Lance quería ver era a su mejor amigo.

Como por arte de magia, Hunk entró tras él.

–¿Qué te pasa?- Preguntó preocupado.

–No es nada importante, no te preocupes– Le dedicó una sonrisa a su amigo, haciendo que se tranquilizara un poco.

–Vamos, siempre es importante si se trata de ti– El paladín amarillo sentó en la cama, junto al latino.

–Es... Sobre Keith– Eso causó un pequeño suspiro en el mayor.

–Últimamente parecían mas unidos, ¿que pasó?– Cada vez más preocupado.

–Bueno, nunca fui bueno expresándome, pero siento algo raro cuando coquetea con la princesa... Siempre, pensé que fue nervios de que el equipo dejara de funcionar o de que Keith se sintiera mas apegado con Katie que con los demás paladines– El cubano miró a su mejor amigo.

Hunk siempre había sido muy bueno escuchando, todos los problemas eran solucionados por él. Lance no se quejó cuando le dijeron a su amigo que sería el líder de Voltron, sabía que sería mejor líder que cualquier otro.

–Lance, creo que lo que sientes son celos...– Hunk tenía una expresión suave y de compresión, esos sentimientos normalmente aparecían cuando tenías atracción por alguien.

–¡Imposible! ¡A... A mi no me gusta el greñudo ese!– El instinto de ataque del castaño se despertó.

–Lance...– Murmuró el líder.

Y eso bastó para calmar a su amigo.

–¿Verdad?...– Preguntó, con duda en su voz.

–Vamos Lance, no puedes negar lo que sientes, tranquilo, suele suceder– El morocho posó su mano en el hombro del moreno y le dedicó una mirada suave.

–Es solo que...– La oración quedó en el aire, ya que los dos sabían como terminaría.

–Hey, Katie es muy inteligente y dudo demasiado que le haga caso a Keith, tu sabes como es– Eso le saco unas risitas a Lance.

–Sí, no sé como siento esto por él– Hubo un silencio en la habitación.

–Eres increíble y si él no lo ve, no pienso dejarlo comer más la comida de Shiro– Ambos estallaron en risas.

–¿En serio crees eso?– Le dijo con una sonrisa en el rostro.

–No lo creo Lance, lo sé– Al decir eso, el cubano se lanzó a los brazos de su amigo y se dieron un fuerte abrazo.

El samoano sabía lo mucho que eso significaba, ya que Lance no solía abrazar a nadie.

–Muchas gracias por estar ahí para mi Hunk, ¿cómo puedo devolverte todo lo que has hecho por mi?– Le dijo mientras seguía abrazándolo.

–Si me ayudas a organizar el castillo, con eso basta, Matt me pidió que yo lo haga mientras él arreglaba los cristales– Ambos volvieron a reír.

–Está bien, esta bien lo haré, pero no me hago responsable de quemar el castillo entero, ¿de acuerdo?– Hunk se rió otra vez.

–De acuerdo, pero tu dejarás de negar lo que sientes, ¿bien?– Lance levantó su mirada para ver a su gran amigo.

–Y tu dile a Katie lo que sientes– Al decir eso, recibió un leve golpe en el hombro.

–¡Hey!– Exclamó el paladín amarillo.

–Bueno está bien, ahora vamos a incendiar el castillo– Dijo para levantarse y abrir la puerta.

–Nada de incendiar el castillo, Lance– Le respondió y ambos salieron de la habitación.

Al correr una carrera por los pasillos, se encontraron al asiático paseando por ahí.

–Wow, ¿a dónde vas con tanta prisa, cubanito?– Preguntó con una sonrisa.

El muchacho de ojos claros miró al de la cinta naranja, y él le sonrió.

–Vamos a organizar los controles, ¿quieres venir? No creo que estés haciendo cosas importantes– Bromeó el paladín de agua.

–Estoy haciendo cosas muy importantes, pero puedo parar y acompañarlos– Caminó hacia ellos.

Le lanzó un guiño a Lance, y éste alzo una ceja, cruzándose de brazos.

Hunk caminó un poco más rápido, para dejarlos hablando atrás.

Hunk estaba seguro de tres cosas en la vida:

Uno, de que volverían a la Tierra.

Dos, de que los opuestos se atraen.

Y tres, de que Lance y Keith eran las personas mas opuestas que conocía.





|:Klance One-Shots:|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora