Cultural Food

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–¡Va a ser maravilloso, Allura!– Exclamó emocionado el cubano.

Su amiga, quien estaba cansada de que el latino hablara de este momento por días, suspiró.

–No te emociones tanto, ir a la "Grandiosa Avenida de los Restaurantes" no es tan maravilloso, ¿sabes?– Su comentario fue totalmente ignorado por el muchacho.

Bajaron del auto al apenas llegar al lugar. Los tres mejores restaurantes multiculturales de la ciudad se ubicaban ahí. Lance había soñado con ir a ese sitio desde que su hermano Marco le había dicho que era el mejor lugar en Texas. Y también se le añadía que el castaño quería construir un restaurante de comida latina junto a los mejores.

–Primero iremos a Confratelli Holt, dicen que sus pizzas son increíbles– Indicó el cubano, a lo que la morena asintió sin muchas ganas.

Caminaron hasta encontrar el lugar, y después de esperar 20 minutos para una mesa, entraron a ese maravilloso lugar. Las mesas eran futuristas, incluso había pequeños robots caminando por ahí.

Se sentaron y luego de leer el menú, esperaron a que les tomaran la orden. Una baja y morena chica de corto pelo negro y lentes los atendió.

–¿Qué se les ofrece?– Preguntó sin muchas ganas.

–¡Yo quiero una pizza con pepperoni!– Respondió rápido el chico.

–Yo una pizza con rúcula, por favor– Dijo la de cabello blanco, más calmada.

La mesera anotó y se fue. No le gustaba trabajar, sin dudas.

La comida vino rápido y caliente, sin mencionar que estaba muy rica. Para sorpresa de los dos amigos, unos dos chicos muy parecidos se acercaron justo al terminar de comer.

–¿Les gustó la pizza?– Preguntó la chica, quien tenía el pelo corto y castaño claro, junto con unos ojos miel y lentes grandes y redondos.

–Pues, sí, estuvo muy buena– Respondió confundido el cubano.

–Nos alegra, somos Katie y Matt Holt, un gusto cocinar para ustedes– El muchacho, con el pelo un poco más largo que su hermana, le guiñó a Allura.

Ella sonrió coqueta mientras Lance casi se ahoga en su saliva.

–¿Ustedes cocinan esta delicia?– La menor asintió, riendo por el rostro sorprendido del muchacho de ojos claros.

–Para agradecerles por elegir nuestro restaurante, les damos un pequeño regalo de parte de los Holt– La de lentes sacó un robot de su bolsillo.

Tenía forma de pirámide y era del mismo tamaño que su mano. Tenía una diminuta luz verde en uno de sus vértices y algunas rayas luminosas en las paredes. La chica llamada Katie colocó la inteligencia artificial en su mano, y esta se mantuvo flotando sobre la misma.

–Se llama Rover, pero puedes ponerle el nombre que quieras– Rió nerviosa su creadora.

–Rover es perfecto– Murmuró el moreno, conteniendo sus obvias ganas de gritar.

Salieron del local con las despedidas de los dos hermanos, y con el pequeño Rover en su mano. Haber obtenido eso de parte de los jefes de su pizzería favorita era más de lo que Lance pudo haber deseado.

–¿A dónde iremos ahora?– Preguntó la chica, ahora más feliz al ver la emoción en su compañero.

–Gane's, el de comida asiática– Respondió sin dejar de mirar el regalo que le habían dado.

|:Klance One-Shots:|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora