Double Life

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–Hey, tendré que quedarme hasta tarde en el trabajo esta noche– Dijo el cubano mientras se abotanaba la campera.

–Shiro me pidió que le ayudara con algo y me quedaré en su casa– Respondió el morocho.

El mesero besó a su hermoso novio y sonrió.

–Adiós, mi guapo prometido– Keith rió.

–Adiós– Respondió con una suave risa.

Antes de que Lance abriera la puerta le dió una última mirada a su hombre.

–Volveré para darte otro beso en la mañana– Él prometió.

–Estaré aquí, esperándolo– Él sonrió.

El menor abrió la puerta y salió de su casa. Se subió a su auto y manejó hasta llegar al restaurante, en donde estacionó afuera.

–¡Hola Pidge! ¿Lista para llevar a tu mejor amigo al trabajo?– Bromeó el moreno.

–Sí, sube al auto– La chica rodó los ojos y abrió la puerta del automóvil.

El hombre entró y tras él la muchacha, quién se sentó el asiento de conductor. Él no era un verdadero mesero, eso era sólo lo que la gente creía.

Para mantener a Keith y a la gente  que amaba a salvo, les debía decir que era mesero, pero era mucho más que eso.

Trabajaba para el FBI, en uno de los puestos más altos, así que era obvio que debía mantenerlo en secreto.

Conducieron hasta el edificio del FBI y estacionaron. Entraron y, luego de saludar a todos, se dirigieron al elevador y subieron al octavo piso.

–¡Hey! Así que, ¿es cierto?– Preguntó el latinoamericano apenas salieron del elevador.

–Lo es, tenemos a los Híbridos Galras en nuestros radares, y suponemos que están en la quinta calle– Explicó la mujer de cabellos largos.

–¡Genial! ¡Vayamos!

–Espera ahí, tenemos que esperar hasta la medianoche, ¿no leíste mi mensaje?

–Lo hice, solo pensé que serían más papeles que leer.

–Tenemos que pasar lo que queda de la tarde y noche planeando cómo sorprenderlos– Lance y Pidge suspiraron y se dirigieron hacia la ronda de sillas.

Odiaban esta parte, ellos solo debían sentarse y esperar hasta que los agentes prepararán todos y dejarán de hablar sobre cosas innecesarias.

Después de una larga charla de seis horas sobre planes y estrategias, estaban listos. Agarraron los mejores uniformes y armas y conducieron en una camioneta negra hasta la quinta calle. El equipo SWAT estaba con ellos, esto iba a ser muy peligroso.

Los Híbridos Galras eran una de las bandas más peligrosas de todo el país. Los habían estado buscando por años, y finalmente los tenían.

Lance aguantó la respiración. La camioneta frenó.

Habían llegado.

Sintió una mano en su hombro, y cuando se dio vuelta, vio a su mejor amigo con una mirada amable, asintiéndole suavemente con la cabeza.

Asintió de vuelta y sonrió. Estaban preparados. Lo lograrían, no iban a matarlo.

Le daría otro beso a Keith por la mañana.

|:Klance One-Shots:|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora