Marine Safers

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Idea de la maravillosa CinnamonNela



Aquí, en la reserva marina, todos se llevaban bien con todos, incluidos los animales.

Pidge a veces miraba los caballitos de mar, y dejaba a los delfines con Allura. Cada cuidador estaba a cargo de un animal, pero eso no les impedía ayudar a sus otros compañeros con otros animales.

–¡Ugh! ¿¡Como es que Keith puede con ellos!?– Gritó enojado.

Excepto Lance.

Keith iba a llegar tarde ya que tenía que acompañar a su hermana, y los hipopótamos no podían alimentarse solos. Lamentablemente, Lance fue el elegido para darles de comer.

Llevaba horas intentando que los únicos dos hipopótamos en toda la reserva se acercaran para tirarles la comida. Si se acercaban, en el momento en el que el cubano agarraba la comida se iban.

–Tranquilo Lance, tú puedes– Lo victoreó Hunk.

–¿Estás loco? Jamás podrá– Sus dos amigos estaban mirando su fracaso con los animales.

Pidge ya había alimentado a los delfines y Hunk debía darles de comer más tarde. Y no se le ocurrió nada mejor que visitar al castaño.

Cuando el latino estaba por rendirse escuchó un grito. Dio vuelta y vio una mullet peligrosa acercándose.

–¿¡Que les estas haciendo!?– Gritó enojado y preocupado.

–Alguien decidió dejar a estos animales solos y sin alimento, y tuve que venir a ayudarlos– El moreno se cruzó de brazos, aún con el balde de comida.

–Pues no parece que les hayas dado nada de comer– El asiático alzó una ceja y agarró el balde, acercándose al agua.

Lentamente, cabezas salieron del agua y se acercaron al recién llegado.

–¿¡Cómo..!?– Exclamó el cubano al aire.

El morocho agarró la comida y la agitó en el aire, causando que los animales salieran del agua. Cada vez que uno abría la boca, Keith les lanzaba un pedazo de comida para que comieran.

–¿Ese señor malo les estaba haciendo daño? Sí, él es un señor muy malo– Murmuró el más bajo con voz cariñosa, lo suficientemente alto como para que Lance lo escuchara.

–¿Sabes qué? Me iré con los tiburones, ellos son mejores que unos simples hipopótamos– Protestó el castaño, dando la vuelta y yéndose, dejando a Keith riéndose a carcajadas.

–¿Qué pasó, amiguito?– Rió la menor al verlo salir.

–Cállate, Pidge– El de ojos claros frunció el ceño y siguió caminando.

–Tenemos carácter, ¿huh?– Bromeó la castaña.

El latino decidió ignorarla. Pasó por el espacio de los pingüinos, haciendo que un escalofrío le recorriera el cuerpo. Jamás supo como Shiro podía aguantar tan bajas temperaturas, pero aún así alimentaba a los pingüinos en una simple remera.

Siguió por el camino hasta el espacio de las garzas. En realidad, no habían solo garzas,habían cisnes, martín pescadores, y otras aves de las cuales Lance no se acordaba el nombre. A Allura siempre le había fascinado la elegancia de esos animales, por lo que cuando le dijeron que sería la encargada de ellos, no pudo estar más feliz.

Finalmente llegó al acuario. La mayoría de gente no creía que sea un lugar seguro para los animales, creían que eran jaulas y que no los dejaban ser libres. Incluso Lance sospechaba eso el primer día de trabajo.

Pero no había nadie a quien le preocuparan más los animales que a estos cuidadores. Los acuarios tenían el espacio suficiente para 10 tiburones, cuando solo habían 3, eran alimentados de día por peces que comían, y por la noche tiraban una cantidad aumentada de peces para que coman si tenían hambre. Tal vez esos peces no salían beneficiados, pero nunca se puede complacer a todo el mundo.

Incluso las paredes del acuario tenían rocas y algas para que se sientan más como en casa. Esos tiburones eran todos hermanos, por lo que debían sentirse seguros.

Lance trabajaba como pescador con su padre, cuando un día su padre atrapó un tiburón tigre hembra. Desafortunadamente, ese tiburón tenía tres crías recién nacidas quienes morirían en menos de dos días. Lance los metió en tres grandes peceras que su padre guardaba para los peces más grandes que atrapara, y los mantuvo en secreto.

Sabía que morirían, así que investigó sobre reservas de animales marinos y descubrió la Reserva Voltron. Se dirigió hacia allí lo más rápido que pudo, y luego de que metieran a las crías en el acuario, le preguntaron si quería trabajar allí.

Había formado un vínculo con ellos tres, y estaba desempleado, por lo que no pudo decir que no.

Ahora Kaltenecker, Blue y Lance Jr. estaban seguros, en un hogar tranquilo.

Agarró los peces y una escalera, y metió la cabeza en el agua. La mayoría de gente se sorprendía cuando él hacía eso, pero no tenían nada de que sorprenderse. Lance había vivido toda la vida de esos tiburones con ellos, y aunque los haya conocido hace cuatro meses, a menos que pareciera un pedazo de carne y los tiburones tuvieran hambre, no le harían nada.

Hacía eso para llamar la atención de los animales, de esa forma se acercarían y sería más fácil alimentarlos.

Cuando vinieron, sacó la cabeza del agua y tiró los peces. Los tres hermanos peleaban por la comida, pero por suerte nunca se hacían daños graves, solo jugaban como Lance con sus hermanos.

Cuando terminaron de comer, Lance se aseguró que estuvieran llenos, se descalzó y metió al agua. Se supone que no debería hacerlo, pero no podía evitarlo.

Los tres hermanos giraron alrededor de él mientras les acariciaba la espalda y las aletas. Siempre fueron curiosos, y eso era lo que mas le divertía al castaño.

Salió del agua para respirar, y los tiburones siguieron nadando hacia otro lado. Bajó por la escalera con la ropa empapada, así que se sacó la remera y la puso en una bolsa. La guardó en su mochila y se puso una nueva. Lance solía meterse al agua a diario, por lo que siempre traía esa mochila y varias bolsas.

Los shorts que usaba eran de baño, así que no tenía problema.

Se quedó viendo a los tres animales un rato más hasta que volvió con sus compañeros. Quedaban pocas horas para abrir, y a Allura no le gustaba llegar tarde.

Al llegar, todos estaban ahí, incluido Coraan.

Coraan era el cuidador de los cocodrilos, y aceptaron a esos animales solo por la gran admiración que el pelirrojo les tenía. Cuando el público llegaba al espacio de los cocodrilos, el espacio más lejos de todos, el hombre solía poner la mano en la boca de los cocodrilos y sacarla antes de que la cierren, todos los niños quedaban asombrados con ese truco.

–¿Están todos?– Preguntó la morena, a lo que todos asintieron.

–¡A sus puestos!– Gritó el señor del bigote, con su característica emoción.

Todos corrieron a sus espacios con sus animales. En ese momento, Allura hizo sonar una campana solo audible para los humanos, así no dañaría el oído de los animales.

Y ahí, las puertas se abrieron.







...

Me estoy dando cuenta de que algunos de estos fics ni siquiera tienen Klance msmsms.

¿Debería cambiar el nombre a "Voltron One-Shots"? Es que la pareja principal de los fics que SÍ tienen pareja es Klance (excepto el de Shadam, ajio, ajio), so...

Idk, si quieren que lo cambie me dicen y ya está xd.

Bye!

|:Klance One-Shots:|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora