21: Clínica (Almendra)

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Roxana llegó a la clínica poco después.

―¿Qué pasó? ―me preguntó, Bastián había ido a hablar con una enfermera para pedir información.

―Al parecer los asaltaron, aunque todavía no es seguro, Gustavo está inconsciente, por lo que no ha podido hablar y Elena entró en coma.

―¡Qué terrible, amiga! ¿Y la familia?

―Bastián le dejó un mensaje a los papás de Gustavo que andan de vacaciones en Cuba; él no conoce a la familia de Elena y su celular está bloqueado, esperamos que, al demorarse en llegar, la llamen para avisarle ―le expliqué y le mostré el teléfono que estaba a mi cargo.

―Es horrible, no se puede tener tranquilidad.

―Y en un edificio, con controles, con cámaras, con todo. Y nadie se había dado cuenta.

Mi amiga meneó la cabeza, anonadada, por lo que acababa de contarle.

―Hola, Roxana, gracias por venir ―saludó Bastián que llegó a nuestro lado sin que me diera cuenta.

―Hola, ¿qué te dijeron?

―Elena está muy complicada, está en coma inducido para que su mente se sane del trauma vivido y su cuerpo se recupere y le puedan hacer los tratamientos que requiere. ¿No ha llamado su familia todavía? ―me preguntó.

―No, nada todavía.

Hizo un gesto de impaciencia.

―¿Y de Gustavo?

―Gustavo está grave, el doctor no se explica cómo pudo llamar ni como pudo mantenerse consciente tanto tiempo, cree que el deseo de salvar a Elena, de avisar, quizá, fue lo que lo mantuvo despierto, pues tiene múltiples heridas y fracturas en todo el cuerpo; entró en coma al llegar aquí.

―¿Y si no fue robo?

―Es lo que están viendo, fue demasiado violento para haber sido un simple asalto.

―Sí, porque dejarlos así...

―Ojalá los pillen y los sequen en la cárcel, merecen estar encerrados de por vida ―expresó Roxana llena de frustración.

―Ojalá, confío en que el edificio tenga las grabaciones de las cámaras, el registro de las visitas, que haya huellas en la oficina.

Yo no dije nada más, ¿qué podría agregar? Lo que estaba pasando...

El sonido del teléfono de Elena me hizo saltar. Lo miré sin atinar a nada. Bastián me lo quitó de las manos con suavidad.

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