38: Amor tóxico (Bastián)

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Don Alfonso le disparó a Francisco Javier y este cayó desplomado, pero no murió, Los vi pelear cuerpo a cuerpo antes de acercarme a Almendra. Su padre había muerto en los brazos de ella. Aquel último acto de amor hacia su hija le daría la tranquilidad a ella de haber sido querida. O eso era lo que yo esperaba.

Antonio se acercó a nosotros. Él había quedado al otro lado del local con los hijos de Roxana, a los que, según contó después, llevó a la oficina de Almendra para esconderlos.

―¿Cómo está? ―me preguntó al agacharse.

―Solo perdió el conocimiento. La sangre al parecer no es de ella, no veo heridas ―respondí.

―La ambulancia ya viene.

Como todos eran amigos, estaban preocupados, pero ninguno se acercó demasiado como para quitarle el aire. Lamentablemente, ninguno de los presentes estaba relacionado a la medicina.

Para nuestra fortuna, el equipo médico no tardó en llegar y a la primera que atendieron fue a Almendra que no despertaba. Su padre había muerto y su ex era un delincuente que podía esperar, según la paramédico.

―¿Está herida? ―preguntó la paramédico al ver la sangre.

―Creo que no, su padre se interpuso entre ella y la bala.

Ella y su ayudante la revisaron.

―La bala salió del cuerpo del caballero y le dio a ella. La llevaremos a la clínica ―nos informó―. De todas formas, no se preocupen, fue solo un roce.

La colocaron en una camilla y la subieron al vehículo médico y yo me fui con ella. No despertó en todo el camino.

―¿Está embarazada? ―me preguntaron camino a la clínica.

―No que yo sepa ―respondí.

―¿Posibilidades?

―Yo me cuidaba, pero siempre hay posibilidades, somos pareja.

―Perfecto.

―¿Está muy mal?

―No. ―Me sonrió―. Solo está con la presión baja, es normal en estos casos, la alteración emocional produce descompensaciones, pero estará bien.

―¿Y la bala?

―Solo fue un roce como le dije, no tiene órganos comprometidos. Lo más grave de este caso es que, como no se dieron cuenta, perdió sangre, no sabemos cuánta, eso habrá que verlo con algunos exámenes cuando lleguemos, quizá necesite una transfusión.

―Soy un imbécil.

―No se culpe, era difícil darse cuenta con el otro señor allí, muerto y sangrando. ¿Fue un asalto?

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