|Diecinueve

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Caro

Hace tiempo, que no sabía lo que era sentirse amada, hace tiempo que mi corazón no volvía a latir con intensidad.

Mi recuperación se estaba dando demasiado bien. El terapista me ha felicitado por mi logró, porque cada día que pasa, comienzo a caminar aún más. Mis piernas han recuperado un 90% de movilidad.

Pero aún siento miedo de caerme cada vez, que quiero hacerlo sola, me frustra, y a veces me siento una inútil, por no poder, pero eh tenido mi sostén, quién se encarga de que no caiga y detiene mis caídas.

—Hoy es tu última sesión.—Dijo el terapista.—Tu recuperación al principio fue lenta, porque no habia avances, pero me alegro de que lo hayas logrado.—Comento alegre.—Hoy solo evaluare tu evolución, y listo, te libras de mi.

Reí y comenzamos con la sesión.

Comencé a caminar por el pequeño circuito que habían instalado, mientras me sostenía de las barras. Hubo un momento donde me sentí confiada y las solté caminando lentamente. Escuche que la puerta se abrió y levante mi mirada.

Sonreímos.

Segui su mirada, y sin darme cuenta seguí avanzando, su mirada me daba seguridad. Me sentía como un bebé que comenzaba a caminar. En esos momentos en que la madre lo aleja para que la siga, y el bebé siguiendo solo los brazos, para llegar a ella. 

Así estaba yo, quería llegar a él, porque sabía que el siempre detiene mis caídas.

Hasta que llegue a él.

—Lo lograste.—Dijo alegre mientras me abrazaba, y yo no podía sentirme más feliz.

—Señorita Carolina, ha concluido su sesión exitosamente. Volver a caminar es como enseñarle a un bebé a dar sus primeros pasos. Agustín, fuiste como su madre, no perdiste la esperanza.—Comento el terapista.—He concluido mi trabajo, me voy.

—Gracias.

—No a sido nada, el trabajo fue de Carolina y de usted, quien le dio esa seguridad, como le dije, era como su madre, los bebés igual confían en sus madres, porque saben que no los dejaran caer. Hasta luego.

Se retiró mientras yo aún seguía en los brazos de Agustín. Me sentía feliz. Me sentía protegida.

—Me siento orgulloso de ti.

—Tu me diste esa seguridad que buscaba.

Beso tiernamente mis labios, antes de que volvieran a interrumpir, lo cuál nos pareció raro.

—De seguro el terapista olvido algo.—Dijo Agustín mientras se iba a verificar la puerta, y yo me dirigía con mucho cuidado al sofá, para ver algo de televisión.

Unos gritos irrumpieron mi tranquilidad.

Me levante para ir a ver de que se trataba en cuanto vi a Freddy acercarse a mi.

—Caro... Mi vida aquí estás.—Me tomó de los hombros mientras intentaba besarme, a lo cuál esquive.

—¿Qué haces aquí? —pregunte molesta.

—Vine por ti.

—Yo no pienso ir a ningún lado contigo.

—Caro...

—Ya la oíste, no quiere verte. Así que largate.—Espeto Agustín desde la puerta.

—Esto no es asunto tuyo Bernasconi, yo vine por mi novia.—Exclamo molesto.

—Que yo recuerde yo no soy tu novia, tu me metiste esa idea en la cabeza, por razones que desconozco. Yo le pertenezco a alguien más.

—Carolina... ¿Que te dijo el para que me digas esto?

—Solo la verdad, algo que tu no hiciste.—Espete enojada.

—No le hagas caso, el solo te quiere lejos de mí.

—Daniel o Freddy como sea que te llames, vete de mi vida, no quiero verte nunca más.—Grite sofocada.

—Eres increíble, le pague a alguien para que provocará tu accidente y aún después de todo lo que hice por ti, me agradeces así.—Grito de igual manera enojado.

Espera un momento... ¿El... Hizo todo esto?

You Belong With Me |Aguslina|[1° & 2° Temporada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora