|Dieciseis

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Caro

Desesperación.

Es lo que sentía, me sentía totalmente inútil, porque aunque mi rehabilitación esta teniendo buenos resultados, aún no puedo hacerlo yo sola.

Mi brazo aún tiene puesto el cabestrillo, y estará así hasta que pueda moverlo. Intento hacerlo pero me duele hasta las entrañas.

Me siento como un bebé que comienza a caminar, me da miedo caerme. Me frustra.

Solo quisiera regresar en el tiempo y desear no haber salido de mi casa, por una estupida pelea. Aun no se la versión de Agustín porque nisiquiera le di la oportunidad de que me explicará.

Las personas estamos tentadas a sacar conclusiones, sin antes escuchar. Nuestro mayor error.

Y aquí tengo las consecuencias de mis impulsos. De mis malas decisiones.

-Caro tienes que comer, te notas mucho más delgada.-Insistió Agus por milesima vez. Y me estresaba oírlo decir aquello.

-No tengo hambre.

-Caro amor... Por favor come algo, aunque sea una fruta, te ves muy pálida.-Insistió de nuevo.

-No quiero.-Grite con frustración. Intenté pararme y correr de ese lugar, que me mataba día a día.

Pero fallé, mis piernas aún estan débiles, no tienen fuerza para sostenerme. Y me hizo llorar aún más. Mi brazo se había lastimado de nuevo, me dolía.

-Caro.-Dijo Agustín mientras me ayudaba a levantarme. Me cargo y me llevo hasta la cama.-No debes forzarte, o te lastimaras más.

No respondí. Solo me salían lágrimas.

-¿Qué pasa?-Pregunto con preocupación.

-Me duele.-Susurre señalando mi brazo. Agus me quito las vendas e inspeccionó mi brazo, aún tenía pequeños hematomas y se notaba levemente edematizado.

-Ahora vuelvo.-Dijo dirigiendose a la puerta. No tardo ni diez minutos porque volvió con una bolsa de medicamentos y un vaso de agua.-Dice Valen que te tomes un antiinflamatorio.

Mencionó y sentí un retorcijon en el estómago.

Valen.

-No estaba detenida.-Dije con frialdad.

-Fue liberada por falta de pruebas. Me sentía culpable por pedirle que me ayudará a traerte conmigo, finalmente fue su idea.-Respondió mientras me pasaba una tableta y el vaso.

Volvió a vendarme el brazo con delicadeza, y fue cuando recorde todo lo que hacía por mi. Aún cuando yo me besaba con mi mejor amigo -o eso se decía llamar- .

No le merecía.

Cuando termino volvio a colocarme el cabestrillo y beso mi frente saliendo de nuevo por la puerta.

No quiero perderlo, pero mis actitudes son un asco, no puedo estar feliz 5 minutos, porque algo lo arruina.

Maldita sea aquel que me atropelló, quiero pensar que fue al propósito, porque claramente recuerdo que no había tránsito, todo estaba tranquilo y de pronto, ni el dolor pude sentirlo.

Solo me sumergia en la oscuridad, estaba sola.

Un ruido volvió a sacarme de mis pensamientos. Y era Agustín quien volvía a la habitación junto a una guitarra pequeña, se sento a mi lado y solo me límite a observarlo.

-Mi abuelita decía que cuando algo te duela, solo hay que cantar. Yo no cantó pero hare mi intento.-Sonrio con dulzura y comenzo a tocar las pequeñas cuerdas de la guitarra.

Era solo un juguete, pero me mato de amor. Mientras cantaba una melodia que jamás había escuchado en la vida, logra calmar mi dolor, hasta que caí dormida.

You Belong With Me |Aguslina|[1° & 2° Temporada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora