Nos abandonó cuando yo tenia 8 años, pero mi madre no bajo los brazos y ambos salimos adelante sin él.
Me volví alguien muy fuerte gracias a ella que es la que siempre estuvo a mi lado y también recibimos ayuda de los demás creepypastas.
Aveces quis...
Mi nombre es Jhaen Arkensaw, tengo 14 años, mi madre es Jane Arkensaw, alias Jane The Killer la famosa asesina, solo somos nosotros dos. Apesar de estar en malos momentos ella se levantó y siguió adelante, me saco adelante a mi también, ella en verdad es alguien de admirar. Solo nosotros dos estamos bien, somos felices.
[*****]
Escucho que golpea la puerta de mi cuarto, significa que ya debo levantarme que flojera, estúpido lunes.
-¿Jhaen?- alzó un poco la voz para que la pudiera escuchar.
-Pasa- también alce un poco mi voz ronca de la mañana.
Yo aun con los ojos cerrados y tapado con las cobijas, escucho la puerta abrirse y sus pasos al entrar a mi habitación.
-¿No piensas levantarte?- dijo mi madre con esa dulce voz que toda madre tiene.
-¿Tengo más opciones?- con la cara hundida en la almohada.
-Lamentablemente, no- siento como a mi lado la cama se hunde, saco la cara de la almohada y volteo para encontrarme con el rostro de mi madre sonriendo.
-10 minutos mas, por favor- dije mirándola a los ojos.
-Anda vamos que ya va a estar el desayuno- mientras acariciaba mi cabeza.
Ella se pone de pie y sale de mi habitación cerrando la puerta, me quede unos segundos mas acostado, para luego levantarme con toda la flojera del mundo, me metí al baño a darme una buena ducha caliente.
Al terminar me puse una toalla en la cintura, salí del baño y me dirigí al armario, para buscar lo que me pondría.
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Termine de amarrarme los cordones, tome mi mochila, salí de mi habitación y fui a la cocina, deje la mochila en una de las sillas y me senté a comer mi desayuno, tengo bastante tiempo para llegar a la escuela, a la tonta y aburrida escuela.
-¿Hoy tienes que trabajar?- le dije a mi madre mientras yo comía una tostada.
Ella termino de preparar su café y se sentó frente a mi.
-No, hoy me quedo todo el día en casa- le da un sorbo a su café y toma una tostada.
-¿Y por qué no sales? Así te distraes- cuando no trabaja, se queda en casa la mayoría de las veces y cuando yo no tengo ganas de ir a la escuela o suspenden las clases y ella no trabaja, salimos a divertirnos ambos.
-No se, quizá vaya a ver a tus tíos, ya veré que hago- se encoge un poco de hombros.
-Que te parece si- antes de acabar la oración ella niega con la cabeza, ya sabia lo que iba a decir.
-No vas a faltar a la escuela- mi mira a los ojos- faltaste el miércoles de la semana pasada.