Un día mas empezaba, la diosa de cabellos plateados desayunaba en el castillo de los cielos junto a los demás arcángeles, era una comida tranquila.
Al terminar se despidió de todos y salio de aquel gran palacio, estiro sus alas y se disponía a salir cuando escucho que la llamaban..-Elizabeth ¿A donde vas?
-Hola mael, bueno en realidad me voy a pasear por ahí. ¿Porque? ¿Se te ofrece algo?
-Elizabeth ¿Vas de nuevo a Ver a ese demonio no es cierto?
Ella se quedó pasmada, ¿Como sabia Mael que veía a Meliodas a escondidas?
-No se de que demonio hablas.- contestó algo temerosa pero firme.
-Elizabeth por favor recapacita, sabes que podrías ocasionar con esas visitas a escondidas, el es el líder de los mandamientos y..
-No se de que hablas Mael y agradeceria que no menciones nada de eso con nadie o me meterás en problemas con mi madre.
Mael no dijo palabra alguna mas y solo observo a Elizabeth marcharse, le ponía muy molesto que ella prefiriera irse con aquel demonio tan cruel que quedarse en su hogar. Pero el de alguna manera los alejaría para siempre.
Elizabeth pronto llego al lugar donde se encontraba siempre con Meliodas, el ya estaba ahí jugando con aquel cachorro.
Descendió rápido ocultando sus alas y quitando la marca de la diosa.
-Hola Meliodas- lo saludo alegre
-Hola Elizabeth- le devolvió el saludo también alegre.
-Creo que deberíamos ir hoy a la aldea humana. Ahí puedo buscar comida para el cachorro.
-Bien, te acompañare.
Ambos comenzaron a caminar a una aldea no muy lejana de ahí, parecía apenas comenzar a poblarse, solo habían unas 4 casas.
Una amable señora le dio unas sobras de comida a la peliplata y al rubio.-Muchas gracias por su amabilidad señora.- agradeció Elizabeth con una gran sonrisa.
-No es nada niña, pero te aconsejo que no vayas a la casa del fondo, dicen que esa familia es muy peligrosa y que usan magia. En especial la niña pequeña que según escuche su nombre no puede ser nombrado por nadie.
Ambos se miraron confundidos, dudaron en creer o no a la señora.
Incluso el nombre de aquel pueblo era raro.
Meliodas y Elizabeth decidieron no involucrarse mas y se dieron vuelta para regresar con el cachorro.
El día continuaba y el atardecer comenzaba a ponerse.
Nuevamente debían despedirse.
Los días continuaban sin ninguna novedad. Los humanos parecían formar más y mas aldeas.
Meliodas y Elizabeth se veian todos los días, ambos se conocían mas y mas y algo crecía entre ellos.
Ese sentimiento mas lindo del mundo pero para ellos significaba traición, catástrofe y una guerra entre todos los clanes.-Elizabeth por favor deja de ver a ese demonio.-
Le insistía una diosa de cabellos rosados quien la seguía en su vuelo fuera de los dominios de ka deidad suprema.-Nerobasta si te dieras la oportunidad de conocerlo te darías cuenta de que el no es como todos dicen.
-Por favor Eli, es un demonio es nuestro enemigo por naturaleza el usa materia oscura maldiciones y nosotros luz y gracias. Hay mucha diferencia
-¡Basta Nerobasta empiezas a hartarme!- contestó casi gritando la ojiazul.
La pelirosa se sobresalto de miedo al escucharla alzar la voz.
Ella no era de enfadarse rápido y de mucho menos gritar.-Tu, ¿Sientes algo por el cierto?- preguntó asustada y con el temor de su respuesta.
Elizabeth no contestó, oculto su mirada en su flequillo y descendió rápido lejos de ella.
Camino y camino por el bosque sin rumbo fijo, solo quería pensar y estar lejos de aquella diosa.
Cuando llego a un riachuelo entro al agua sin dudar mojando sus pies, solo se limitó a sentir el agua pura y cristalina y suspiro cansada.
Unos ruidos de pisadas la alertaron, haciendo que mire hacia atrás.
Su mirada encontró a una pequeña niña de cabellos negros y ojos cafés, vestía un vestido largo y respiraba muy agitada.
Parecía haber corrido mucho y se veia muy cansada. La niña cayo desmayada a los segundos.
Elizabeth corrió hacia ella la tomo en sus brazos y la llevo hasta su lugar de encuentro con Meliodas.
El ya se encontraba ahí, cuando vio a Elizabeth llegar con aquella chica le pregunto que habia pasado.
-Nose, solo llego cansada y se desmayo en mis brazos.
-Es muy pequeña, debe tener unos 4 o 5 años- comento Meliodas mirándola.
Dejaron que descansará en una improvisada cama que le hiceron.
La tarde comenzaba a caer y la niña no despertaba.
-¿Que haremos? No puedo quedarme mucho tiempo aquí- comentó la diosa al demonio rubio.
-No tenemos opción despertemosla.-respondió aun pensando.
La diosa estaba a punto de despertarla cuando la pequeña niña abrió los ojos poco a poco.
Cuando vio a Elizabeth y a Meliodas grito de miedo y retrocedió sentada todo lo que pudo.
-¡Los mandaron a matarme! ¿Cierto?- preguntó temblorosa.
-Claro que no pequeña, te estábamos cuidando, tranquila no te haré daño. Me llamo Elizabeth y el es Meliodas.- contestó la ojiazul lo mas amable y tranquila posible.
-¿Una diosa y un demonio juntos? Eso no esta permitido ¿Cierto?
Ambos se miraron sorprendidos al parecer esta niña sabia mucho mas de lo que parecía.
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Demonio y Diosa
FanfictionEl amor debe ser el sentimiento mas puro y sincero en el mundo. Pero para nuestros protagonistas no sera así, ese sentimiento es inadecuado e incluso prohibido para ambos. Pertenecen a diferentes clanes y cada clan siempre estara en contra uno del o...