Siempre a tu lado

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** Este capitulo sera narrado por Elizabeth**

Cuando vi a Meliodas devolver con su full counter él ataque de Monspiet, unas marcas negras aparecieron en su rostro, ya habia visto esas marcas en baizel, algo diferente se sentía en la magia de Meliodas. Me acerque rápido a él y las marcas desaparecieron al instante y el hundio su cara en mis pechos sabia que de esa forma buscaba consolarse.
Nos quedamos así algunos sengundos cuando de repente dijo algo.

-Fraudrin-

-¿Quien es fraudrin meliodas?-

Se sintió abrumado, pude verlo en su rostro, no me contestó y comenzo a alejarse de mi.
Busque a Hawk y le pedí llevarme a Liones.

Hawk corría lo mas rápido que podía y cuando llegamos a Liones justamente en él momento que Meliodas remataba con un golpe a un demonio morado.

Nuevamente su rostro estaba con aquellas marcas negras, Meliodas parecía disfrutar aquel momento. Cuando las marcas desaparecieron Ban se acerco a él pero pude notar que Meliodas no lo veía a la cara. Me preocupaba verlo así como desorientado, disfrutar de matar. Quise acercarme a el pero pense que quiza queria estar solo.

Merlín me saludo junto a Escanor y cuando mire de nuevo hacia Meliodas él ya no estaba ahí.

Ayude en lo que pude tras la batalla y cuando la noche comenzaba a caer el seguía sin aparecer y comence a buscarlo.

Lo encontré finalmente en él boar hat que estaba caído. Se encontraba solo tomando y asando un pedazo de carne.

-Sabia que estabas aquí Meliodas- le hable segura.

-¿Elizabeth? ¿Que haces aquí?-

Me preguntó asombrado

-Quise estar a solas contigo-

Le conteste con la sonrisa mas sincera que pude hacer.

Me senté junto a él y comí del pedazo de carne que sabia horrible.

-¿Sabe malo verdad?- me preguntó.

-Si, pero aun así es delicioso.-
Conteste con una sonrisa y seguí comiendo.

-¿Como algo puede ser malo y delicioso?- preguntó burlón

-Es delicioso,porque es él sabor de una persona amable que da techo y comida a una desconocida-

Meliodas no contestó y se quedo en silencio.

-¿Porque Ban te miro así?- le pregunte curiosa.

Y él rompió en llanto, susurraba entre lágrimas que tenía miedo de volver a ser él de antes y que solo así me salvaría.

No entendia a que se refería con eso, así que sólo lo acerque a mis pechos y él siguió llorando.

-Tranquilo Meliodas, no importa quienes sean los enemigos yo siempre seguiré a tu lado.-

El comenzó a calmarse, me devolvió él abrazo y nos quedamos así varios segundos.

Sentí como comenzó a soltarme y lo mire a la cara, sus ojos estaban algo hinchados por llorar pero aun así su mirada era hermosa.

Esta vez quise ser yo quien tomara la iniciativa y me acerque lentamente a la comisura de sus labios, cerré los ojos y lo bese.

Él respondió a mi beso, y poco a poco comenzamos a profundisarlo, nuestras lenguas comenzaron a jugar mutuamente. Era la primera vez que Meliodas y yo nos besábamos así. No queriamos parar pero a falta de aire nos separamos un poco, tomamos aire y nuestros labios volvieron a besarse. Poco a poco me recosto en aquel piso de la taberna, sus manos comenzaron a masajear mis pechos pero esta vez era diferente, era mas cálido, mas gentil. Yo me deje llevar por sus caricias, enrede mis piernas a su cintura y jugaba con ambas manos sus cabellos rubios.

Demonio y DiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora