Demonio y Diosa

Rescatando a Mi Princesa

Al dia siguiente la pareja conformada del rubio y la peliplata despertaron en su habitación.

-Buenos dias Elizabeth- saludo Meliodas mientras se giraba hacia a ella y le depositaba un suave beso en los labios.

-Buenos dias señor Meliodas- contestó muy sonrojada.

El rubio se puso de pie y se estiró entro al baño y al salir Elizabeth ya se estaba terminando de vestir con el uniforme del bar.

-¿Bajamos?- pregunto con una gran sonrisa a la chica que terminaba de peinar sus cabellos.

Ella asintió y juntos bajaron a la planta baja donde se encontraba la taberna.

Meliodas limpiaba unos vasos y Elizabeth las mesas.
Mientras que poco a poco entraban los otros pecados.

-¿Que prosigue ahora capitán?- pregunto King, mientras recostaba su cabeza en la barra.

-Nos faltan aun dos pecados- contestó Gowther quien se sentaba junto a King.

-Si pero antes de seguir con la búsqueda tenemos que recuperar mi espada que me robaron. ¿Chicos vienen conmigo?- pregunto emocionado Meliodas creyendo que los pecados lo seguirían.

-Suena a problemas, paso.- Contestó Ban aburrido.

-Si tu lo perdiste buscalo solo.- contestó aun con la cabeza sobre la barra King.

-Es tu responsabilidad asumela- contesto ahora Gowther muy tranquilo.

Meliodas hizo puchero de desaprobación y corrió hasta debajo de la mini falda de Elizabeth.

-Consuelame Elizabeth- susurro con la cara en los pantis de la princesa.

Ella le acaricio el cabello de modo consolante. Mientras la cara de Diane rompía una ventana.

Meliodas se dispuso a contar una leyenda que venía con aquella espada explicando el porque era importante recuperarla.

-¿Y porque siempre van detrás de Elizabeth?- preguntó el cerdo parlante quien al parecer sufria de algún ataque o algo asi ya que sudaba y temblaba.

Elizabeth preocupada se acerco a el y lo acariciaba consolándolo.

De repente una mujer con una máscara de metal apareció detrás de Elizabeth.

-Princesa Elizabeth es necesaria para romper el sello.-

Todos miraron a aquella dirección. Meliodas corrió para alejar a Elizabeth de aquella mujer pero la otra fue mas rápida y tomo a Elizabeth y desapareció de ahi

Meliodas gritó furioso tomo su espada y salio de la taberna.
Todos los pecados lo siguieron sin entender que sucedía y como es que aquella mujer apareció y desapareció de la nada.

-Debe tener el poder de la teletransportacion, debe ser una maga- comentó Gowther.

Meliodas giraba su rostro en varias direcciones buscando la magia de su princesa.

-Están en Liones es lo más seguro- habló muy enojado.

-Pero Capitán Liones  esta a miles de millas de aquí- contestó King.

-¡Diane! - grito meliodas mientras miro determinado a la gigante.

Ella entendió lo que Meliodas sugirió con aquella mirada.

-Pensándolo bien te acompaño Capitán- dijo Ban mientras abrazaba al Rubio.

-Yo igual voy,  quiero ver mas interacción entre ustedes dos.- dijo ahora Gowther y se unía al abrazo de Ban y Meliodas.

Diane tomó a los 3 en su mano y los acomodo para lanzarlos.

-Disculpen si no llegan a Liones con bien.-

-Tranquila tu avientanos, del resto nos encargamos nosotros- contestó Meliodas.

La gigante retrocedió algunos pasos y los lanzo al aire.

Pronto llegaron los 3 pecados en Liones. Los caballeros ya habian sentido su gran magia y los esperaba una emboscada.

-No dañen a ninguno sin motivo, nuestro objetivo es encontrar a Elizabeth - menciono Meliodas.

-Pero si nos dan batalla nos defenderemos capitán- sugirió Ban.

-Maten si es necesario para avanzar más.- contestó muy seguro el rubio.

Varios ataques iban hacia ellos pero Meliodas los devolvió todos con su full counter.

Se detuvieron de repente pues una gran magia se sintió en el otro lado del reino.

"Debe ser ella" pensó para si mismo Meliodas.

No tuvieron muchos problemas para avanzar hacia dentro de aquella ciudad, incluso Diane los alcanzo rápido gracias a Oslow el perro de King que servía para transportarse rápido.

Elizabeth fue llevada con su padre quien estaba en cama acostado pues estaba muy enfermo.

Meliodas se encontró de nuevo con aquel caballero de cabellos rosados que se había encontrado en el bosque de los sueños blancos. Y con una excelente vista y ataque logró Salvar a la hermana mayor de Elizabeth y al caballero sagrado de los espías monstruos que una maga les  había puesto.

Aquella misma maga que había secuestrado a Elizabeth.

Furiosa comenzó a mostrarles espejismos disponiendose a matar a Meliodas al caballero sagrado de nombre Gilthunder, a la hermana de Elizabeth y al rey Arthur de Camelot quien hace poco se había unido a las batallas junto a una encapuchada.

-Mi querida vivían cuantas veces te eh dicho que no pierdas la cabeza por un chico y te atreves a hacerle frente a dos pecados capitales.- hablo la encapuchada quien detenía los espejismos  de aquella maga.

Se quito pronto la capucha dejando ver su rostro y cuerpo.

-Sabia que era tu magia la que senti cuando llegamos- hablo Meliodas.

La maga derrotó fácilmente a vivían.

-Merlín el pecado de la gula del Jabalí se presenta ante ustedes- hablo Meliodas diciendo por fin la identidad de la encapuchada.

-¿Que haces en liones capitán?- hablo la maga.

-Vine por Elizabeth.- contestó sin mas Meliodas.

-Hagamos un atajo entonces- volvió a contestar la maga y con un chasquido de dedos aparecieron frente a la habitación del rey Baltra.

-Espera Meliodas vivían hizo una magia fuerte. No podrás abrir la puerta.

Pero ella la logro abrir fácilmente.

-¿Como lo lograste?- pregunto Meliodas.

-Absolute cancel, cancele todo lazo de magia con mi aprendiz vivían y asi pude abrir.

Elizabeth miro hacia atrás cuando se abrió la puerta encontrando al rubio capitán de los pecados. Sin pensarlo corrió hacia a el abrazándolo muy aliviada de verlo.

Por fin nuevamente se sentía segura a su lado.

Pero la guerra apenas comenzaba.