Demonio y Diosa

Clan de los Vampiros

Los días pasaban sin ninguna novedad. Meliodas y Elizabeth se veían aun en su cabaña. Ambos cuidaban y protegían a Merlín.

Cierto día al despedirse de su amada regreso a su hogar en el inframundo.

-El rey demonio le busca joven maestro- le hablo el demonio chandler.

Meliodas no contestó y se fue directo al trono del rey.
Cuando llego frente a el. Se quedó inmóvil esperando que comenzara a hablar.

-Tengo una orden para ti.

-¿Cual es?- contestó meliodas con mucha frialdad.

-Elimina a todos los vampiros de edinburg.

Meliodas abrió a la par sus ojos, ¿eliminarlos? Ahí vivía aquella vampiro de nombre Gelda que era amante de su hermanito zeldris. No podía matar a su novia de su único hermano.

-¿Y bien?- preguntó el rey demonio al no recibir respuesta de su hijo.

-Asi será- contesto muy firme.

Se dio vuelta y salio de la vista del rey. Extendió sus alas negras y se dirigió al clan de los vampiros.

Llegó pronto ahí, pidió hablar de inmediato con el líder quien era el padre de Gelda.

-Tengo la orden de eliminarlos a todos. Orden directa del rey demonio.- hablo sin ninguna pizca de compasión.

-Entonces vienes a eliminarnos?- contesto desafiante el líder.

-No, solo vine a decirle lo que el rey quiere que haga. Pero se que mi hermanito Zeldris y su hija Gelda se quieren. No puedo sin mas eliminar a ella y a todos pero si mi padre se entera el mismo vendría a matarlos a todos. Por eso quiero negociar.

-¿Negociar?

-Necesito la cabeza de algún vampiro para llevársela a mi padre y que sepa que cumplí mi orden.

-Le dire a mi mejor soldado que se enfrente a ti y si logras ganarle puedes llevarte su cabeza.

Meliodas aceptó, el líder llamó a un gran vampiro, le doblaba la estatura al rubio, tenia grandes brazos y se reía de el. Creyendo que podría ganarle.
Pero no fue asi, meliodas le gano muy fácilmente. Se mancho de sangre y tal como el líder prometió, se llevaría la cabeza.

El rubio salió de ahí con la cabeza paseando triunfante, pensando en como le haría para desaparecer su tan grande fuerza de todos los vampiros para que su padre no dude de el.

En la entrada se encontró a Gelda frente a frente

-Mi padre me contó lo que veniste a hacer- hablo con mucha tranquilidad aquella rubia de ojos rojos.

-Lo lamento, no quiero que pienses mal de mi pero ordenes son órdenes. Pero tampoco quiero que mi hermanito sufra por eso. Pero debo desaparecer su fuerza para que mi padre no sospeche.

-Puedes sellar el lugar. Pero como sabes nosotros nos alimentamos de sangre. Si lo sellas no podremos salir a cazar y moriremos inevitablemente

-Si los sello me comprometo a traerles comida para todos. Pero Dime como los puedo sellar?

-Necesitas el poder de una gran diosa y un Hada muy poderoso.

-Creo tener a esas personas. Mañana a temprana hora regresaría pero necesito que nadie salga de aqui.

Gelda asintió y miro marcharse a aquel rubio.

Su padre escucho la plática entre ella y Meliodas. Y justo cuando el se fue se acerco a ella.

-No creo que lo que has propuesto sea lo correcto.

-Meliodas a pesar de su naturaleza es un buen chico, piensa en el bienestar de su hermanito. Estaremos bien padre, o ¿Que propones tu?.

-Siempre apoyare tus decisiones hija, eres la heredara del clan.

Gelda sonrio a su padre y lo abrazo fuerte. Salieron a cazar una ultima vez. La ultima vez que verían la luna en todo su esplendor en el mundo humano..

*********************

Meliodas llego al clan de las hadas, le pidio ayuda al Rey Gloxinia y el aceptó.
Gloxinia fue en busca de Elizabeth la cual salió a su encuentro. En el camino le contó el plan de Meliodas lo cual acepto a ayudar gustosa.

Al llegar al clan de los vampiros comenzaron con el sellado.
Decían unas palabras extrañas mientras una gran barrera comenzaba a aparecer.

El sello se completo muy bien. Y Meliodas regresaría a casa con la cabeza del vampiro.

***********************

Entro triunfante y aventó la cabeza a los pies de su padre.

-Los vampiros han muerto. Cada uno de ellos. - contestó muy frío.

Zeldris escuchó lo que su hermano mayor dijo. Y las lágrimas pronto se apoderaron de el.

Cuando se encontró a Meliodas en uno de los pasillos le propicio un buen golpe.

-¿Como pusiste matarla? Sabias que la amaba.

-Órdenes del rey. Nuestro padre zeldris. - contestó meliodas limpiando su rostro donde zeldris lo golpeó

Ver sufrir a su hermanito era mas duro que matar.