El pecado del Oso de la pereza

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Esa noche Ban tomó hasta emborracharse completamente.  Adueñandose del cuarto donde Elizabeth dormía.

-¿Y ahora donde dormirá Elizabeth? - pregunto Hawk.

-Pues en mi habitación conmigo- respondio muy tranquilo Meliodas.

-Me parece razonable ya que solo hay dos habitaciones y...  ¡Por supuesto que no pervertido!

-Oh vamos Hawk, Elizabeth esta herida aún y es obvio que nunca le haría nada en ese Estado.

-No confío en ti, harás algo indebido. Te vigilare de cerca..

Meliodas abrazo a Elizabeth en sus brazos y la llevó a Su habitación, la recosto suavemente mientras le acariciaba su cabello la admiraba dormir tan pacíficamente esta la número 107, con ella acabaría la maldición esta Elizabeth es idéntica a la original y la cuidaria de cualquier peligro y de quien sea.

Al día siguiente según los rumores que habían oído king estaría en la capital de los muertos.
Pronto llegaron ahí y Ban encontró a unos pequeños niños que vivían solos en aquel pueblo.

El preguntaba acerca de como entrar a aquella zona entre la vida y la muerte.  Pero los niños no le decían nada.

Un pequeño humano de cabellos castaños y un gran arma llegó hasta Ban y lo atravesó con aquella gran arma.

-Hola Ban, tiempo sin verte.- saludo encima del Gran arma.

-¿Te conozco?  ¿Como sabes mi nombre? - contestó Ban mientras escupia un poco de sangre.

Los niños horrorizados entraron a una casa cercana de ahí por órdenes de Ban.

Aquel castaño siguió atacándolo, Ban estaba a punto de usar su técnica de robo de energía cuando Meliodas llego al lugar junto a Diane, Elizabeth y Hawk.

-¡Detente Ban!

-Capitán este chico me ataco de sorpresa.

-¿Pero que rayos te pasa? No ves quien es.- contesto Meliodas algo dudoso

Diane se acerco mas a aquel castaño que flotaba junto a su arma.

-¡King! ¡Que gusto verte!- hablo entusiasmada.

-¡¿Que?! El no es King! ¡King era un gordo!- hablo sorprendido Ban.

King no dijo nada y se dio vuelta sin mas que decir y se alejo de ellos.
Ban les preparó un festín de comida al llegar al boart hat a aquellos niños que habia encontrado en aquella ciudad desértica.

Los niños les explicaron la manera en la que podían entrar a aquel mundo de los muertos.

-Un lazo muy fuerte entre el muerto y uno vivo abrirá el portal.-

-¿Un lazo? Yo no tengo ninguno- hablo Diane.

-Yo menos- contesto Meliodas.

-¿Podra funcionar el mio? No recuerdo mucho de mi madre y quisiera conocerla.- hablo ahora la peliplata.

Ban se mantenía en silencio, pues el si tenia aquel lazo.

Llegaron de nuevo a aquel punto donde se supone que se abriría el portal.
Y a los pocos segundos comenzó a cambiar los alrededores y se veía ahora un lugar lleno de cristales  verdes.

Ban visualizó a alguien y corrió a alcanzarlo. King lo siguio pues el estaba espiándolos de cerca y logró entrar junto a ellos.

-¡Elaine!-

Gritaba Ban, mientras king furioso lo seguía.

La perdió de vista y cuando king lo alcanzo comenzo a atacarlo de nuevo.

Demonio y DiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora