Un sueño Perturbador

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La paz en Liones reinaba, los pecados ayudaron a la reconstrucción del reino, Elizabeth visitaba el boar hat ayudando a Meliodas a limpiar entre otras cosas.

Todo parecía seguir muy bien, las batallas por recuperar Liones comenzaban a quedar en el pasado.

Pero aun quedaba un pendiente que le preocupaba a Meliodas.

En una colina de las mas altas en Liones dos de los pecados capitales platicaban

-La espada que me robaron no apareció-

-Eso solo significa que el sello puede romperse en cualquier momento.-

-Cuando el sello se rompa entonces la verdadera guerra entre la vida y la muerte comenzará.-

-¿Que sucederá con mi hermana cuando comience a recuperar sus memorias?

-Elizabeth no ira con nosotros en este viaje-

-¿Estas seguro capitán?

-Si-

-Bien, entonces ya esta decidido. Iré a mi cuarto a realizar una poción para Gowther su magia comienza a fallar.

Y asi sin mas la maga del pecado de la gula desaparecio del lado del rubio capitán de los pecados.

Se quedo inmóvil mirando el paisaje y respirando el aire puro. Veía a todos trabajar en el reino y visualizo pronto la figura de su amada peliplata, caminaba con un hermoso vestido largo digno de una princesa, a su lado iba margaret y su padre el rey Baltra. Iban de casa en casa preguntando en que podían ayudar. El rey era muy amable y bondadoso con todo su pueblo.

El solo veía a su princesa, ella siempre tenia una sonrisa cálida y amable, en sus 107 vidas ella siempre se caracterizo por ser gentil.

-Elizabeth mi promesa contigo la cumpliré en esta vida. Tu no morirás esta vez. Aunque tenga que convertirte en la persona que solía ser hace 3000 años

Los dias pasaban con normalidad. Ban y Meliodas tuvieron una batalla "amistosa". Entre otras situaciones comunes. Esa mañana Elizabeth tenia un sueño perturbador.

Se veía a ella corriendo llamando a Meliodas pero el no parecía escuchar su llamado. Lo veía como aquella vez en Baste. Tenia una marca negra en su rostro y sus brazos se materializaban de materia negra en forma de alas.

El luchaba y luchaba parecía que solo respiraba para eso. Por mas que ella lo llamaba el no respondía a su llamado.

Miraba a su alrededor y parecía una guerra interminable, caos por todos lados y destrozos. Entonces ella se inca a llorar desesperada. Grita un lastimero llanto y unas alas en su espalda aparecen y vuela hacia Meliodas.

En sueño acaba ya que despierta asustada y sudorosa. Mira a su alrededor y esta en su habitación del castillo.

Intenta solo olvidar aquel feo sueño, se pone de pie y va directo al baño, toma una ducha y al salir se pone un lindo vestido amarillo. Sale de su habitación y desayuna con su padre y hermanas en el gran salón.

Al terminar de comer uno de los empleados llega junto a ella y le entrega una camisa.

Elizabeth agradece y se retira del castillo. Esa camisa era un regalo para su rubio amado pues esa tarde su padre le entregaría a los pecados unas medallas como gratitud de salvar al reino.

Cuando llego al boar hat le entrega la playera a Meliodas y el se cambia de inmediato.

-Le quedó bien señor Meliodas- hablo contenta la peliplata.

-Al parecer de todas las noches que dormimos juntos aprendiste bien mi talla- hablo pícaramente el rubio.

Elizabeth solo se sonrojo.

El grito de la gigante Diane proveniente de afuera los hizo salir.
Ella también estaba feliz pues merlín le había diseñado un traje especial para ella.

Partieron con un chasquido de Merlín hasta liones. Los pecados a excepción de King y Ban recibieron sus medallas.

El pueblo los alababa a excepción de dos que murmuraban que no se merecían esas medallas. Nada que el rubio no aclarara con unos buenos golpes.

Después de colocarles las medallas todos entraron al castillo.

El rey Baltra pidio a Elizabeth ir a guardar las medallas de King y Ban a su despacho. Pero eso solo era un pretexto para dejarlo a el y a los pecados a solas.
Cuando Elizabeth estuvo lo suficientemente lejos comenzo a hablar.

-Meliodas sabes de mi magia visión ¿Cierto? Es muy precisa y muy pocas veces me equivoco esta vez eh visto un augurio de lo peor. El sello se romperá y una gran guerra estara por iniciar. Lo que paso aqui con Hendrickson fue tan solo un juego. La guerra que se aproxima es la definitiva.

-Tranquilo Baltra lo se, y nosotros formamos este equipo sólo para esa razón. Hace 10 años lo predijiste y cumplí con esa visión y ahora no sera la excepción, solo tengo una petición que hacerte.

-Lo que pidas Meliodas.- contestó el rey Baltra muy seguro.

-No quiero que Elizabeth se arriesgue mas. Ayudame a protegerla.

Baltra sin mas acepto. Después de aquella platica Elizabeth regreso al gran salón para reunirse con ellos de nuevo. Pero Meliodas y los pecados ya se retiraban del lugar.

Caminaban los 4 pecados por la ciudad mientras Diane le cuestionaba al capitan el porque no quería que Elizabeth siga con ellos.

-Ella ya no tiene porque correr ningun riesgo Diane, entiende eso por favor.

La gigante aun sin aceptar del todo aquella decisión optó por quedarse callada.

A lo lejos de liones en una cueva se encontraba el caballero sagrado Dreyfus, coloco el paño lleno de sangre con el que había limpiado a Elizabeth en la batalla ocurrida hace dias atrás en Liones.

-¡Ahora si salgan hermanos mios!-dicho estas palabras el sello comenzo a quebrarse.

Salieron varias sombras negras, Hendrickson que de algún modo había sobrevivido, veía con temor a aquellas sombras.

-Asi que logramos salir del sello.- decía un chico pelinegro de la estatura de Meliodas.

-Aun no recuperamos nuestra magia- hablo una chica de cabellos morados largos.

-Es que la sangre de la diosa que usé en el sello no estaba del toda despierta.- comento Dreyfus.

-No importa. Ya que salimos podemos recuperarla de algún modo.

Todos asintieron y cada quien de su magia negra voló.

Cuando el sello se rompió un temblor se sintió en todo Liones. Meliodas sabia perfecto que significaba eso.

-El sello se rompió ya.- hablo enojado.

¿Que destino les espera ahora a todos en Britania?

Demonio y DiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora