El primer paso a la guerra santa

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Días después de que Meliodas sellara a los vampiros el y Elizabeth iban seguido a darles comida, nadie a excepción de ellos dos podían acercarse a aquella barrera.

Zeldris seguía enojado con su hermano mayor y consecuencia de eso Mael la aprovecho.

-¿Para que me citaste aqui mael? Sabes que no podemos vernos y ni estar cerca, somos enemigos por naturaleza.- hablaba Zeldris algo enojado y con los brazos cruzados.

-Sere muy breve y rápido zeldris.
Meliodas esta traicionando tu clan. El esta ayudando a una diosa de mi clan.

-¿Que mi hermano que? No te creo! Es imposible! El es nuestro líder.

-Te puedo llevar si gustas para que lo compruebes tu mismo.

Zeldris aceptó de inmediato y juntos volaron hasta aquella cabaña donde estaba Elizabeth junto a la pequeña merlín.

Pero aquel rubio que buscaba no estaba ahí.
Zeldris suspiro aliviado a pesar de estar molesto con Meliodas en el fondo aun lo quería y respetaba mucho y no quería que el traicionara a su clan. Era imposible el era el líder de los mandamientos. El mas fuerte de los demonios, jamas traicionaría a su clan y menos por alguien del clan enemigo

Cuando no vio a Meliodas ahí, supuso que Mael mentía y se dio vuelta para regresar a su hogar.

Mael se quedo observando un rato mas a Elizabeth que jugaba y reía con el cachorro y merlín.

Segundos después Meliodas apareció frente a el.

-Sabia que eras tu quien nos espiaba siempre Mael. Incluso te atreviste a traer a Zeldris. Afortunadamente tengo una excelente recepción y pude notar su poder mágico. Pero tu no tendrás suerte en contar esto.

Mael saco una espada y la apunto frente a el, dispuesto a pelear pero Meliodas ni se inmutó.
Detrás de el Mael apareció alguien de cabello rosado con anteojos. Coloco sus manos en la cabeza de Mael y este comenzo a caer.
Meliodas lo sostuvo antes de que cayera al suelo. Y con la ayuda de aquel pelirosa lo llevaron cerca de su hogar.

-Gracias Gowther, esta de más que te diga que no menciones esto con nadie más.  Porque sin dudarlo te mataré.

-No tienes porque decírmelo capitán.  Conozco tus alcances y si me permites decirte algo. Lo que sientes por elizabeth será tu perdición y el pase a la guerra santa.

-Puedo con esa carga yo solo.- contestó muy seguro el rubio.

Si bien su fuerza era abrumadora. También era muy temido por todos.

Los días pasaban con mucha tranquilidad, nadie se esperaba que de un momento a otro la guerra estallaría.

Meliodas había borrado la memoria de Mael con la ayuda de gowther por lo que el arcángel olvidó lo de sus encuentros de ellos dos. Pero cosa del destino un día los volvió a encontrar.

Y los encontró de la manera más comprometedora posible.
Acostados ella encima de los brazos del rubio completamente desnuda y el llenándola de besos en cada parte de su cuerpo

Sintió arder de ira y celos, voló lo mas rápido que pudo y se lo contó directo a su hermano Ryudoshiel, quien tomó cartas en el asunto. La deidad suprema al enterarse de tal traición no dudó en mandar a sus arcángeles a atrapar a algunos demonios.

Cuando esto oyó a oídos de Meliodas temió lo peor. La guerra comenzaba.
Junto a elizabeth fueron a ver al rey hada.

-Asi que la guerra ya dio inicio- comentó Gloxinia algo deprimido.

-Me temo que si, los arcángeles comenzaron a atacar a los demonios.

-Rey Gloxinia, ¿Aun contamos con su ayuda?.- pregunto asustada la diosa.

-Claro que si, señorita Elizabeth, di mi palabra y la cumpliré. Juntos pararemos esta guerra.

El rey hada dejo a su pequeña hermanita al cuidado del bosque junto a un humano que parecía estar enamorado de ella.

Luego partió vuelo junto al demonio y la diosa, y sin saber que ese seria el último día que vería completa a su pequeña hermana.

La guerra comenzaba a extenderse. Ya no involucraba solo a ángeles y demonios. Ahora también había hada y gigante.

Dos demonios ya habían sido derrotados. Los que eran portadores del mandamiento del dolor y del reposo.

Incendiando más la furia del rey demonio.

La guerra empezaría ahora en todo su esplendor. Y todo por que el amor en estos tiempos no era el sentimiento mas importante.

Demonio y DiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora