Capítulo 4

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—Poche—escuchaba mi nombre repetidas veces

Abrí los ojos y me sobresalté al ver a Calle con un arma entre sus manos, mientras alternaba su vista entre la puerta y yo. Me tomó varios minutos reaccionar pero finalmente me senté sobre el colchón y Calle me miró prosiguiendo a soltar un suspiro.

—Por fin despiertas—dijo Calle un poco agitada—Tenemos que irnos en este preciso instante

Seguí a Calle por los grandes pasillos de la casa. Cuando estábamos a poco para llegar al exterior de la gran finca, un disparo cayó en dirección a nosotras, Calle disparó hacia el posible origen de la bala y logré escuchar el quejido de un  hombre, previamente se escuchó otro disparo y a Sebastian aparecer con un arma bastante grande entre sus manos.

—Despejado—pronunció y le dio unas llaves a Calle

—Sebastian, necesito un cero cero—pronunció 

Calle corrió y yo corrí atrás de ella, se me hizo un poco raro que estuviera tambaleando. Logré visualizar a pocos kilómetros una camioneta, lo que me animó a aumentar mis pasos. Calle me abrió la puerta del asiento del copiloto y la vi rodear el auto hasta llegar a la puerta del piloto, donde respiro profundo y entre quejidos se subió. Cuando estuvo completamente sentada logré ver que estaba saliendo mucha sangre de su rodilla.

—¿Que te pasó?—pregunté preocupada

—El disparo que hicieron hacia nosotras cayó en mi rodilla—el auto ya había puesto su motor en marcha—No es nada

—Yo he visto esto en películas y sé que no es saludable dejarlo así, tenemos que hacer presión sobre la herida

Empecé a buscar algo en el auto algo que me sirviera, por suerte en la guantera había un pañuelo. Lo puse sobre la herida y mentalmente contando hasta diez hice presión. 

—¡Mierda!—musitó Calle

—¿Te esta doliendo?—dije le pregunté asustada

—Hay policías—levanté la cabeza y había un retén

—¿Que hacemos?—pregunté asustada

Si Calle había crecido en este tipo de cosas, existe la probabilidad que la policía tuviera su rostro y verme con ella puede involucrarme en cualquier delito. Por eso una especie de nervios y miedo recorrió mi cuerpo.

—Necesito que me pases tu chaqueta—se la dí y la puso entre sus piernas, rápidamente deduje que era para ocultar la herida—Actúa normal

Nos acercamos al retén, un policía castaño pidió detener el auto y bajar la ventana.

—Buenos noches señoritas ¿de donde vienen?—cuestionó el policía

—Venimos de bañar en nuestra finca—respondió mientras sonreía amigablemente

—No tienen estilo de venir de un lugar así—miró nuestros atuendos de arriba hacía abajo y pude ver una sonrisa traviesa al hacerlo

También miré nuestros atuendos. Calle llevaba una blusa negra, jean con rotos en las rodillas y unas zapatillas negras. Yo llevaba un short rojo, una blusa blanca que anteriormente acompañaba con una chaqueta y estaba descalza.

—Pues de allá venimos, si no quiere creer pues no lo haga—respondió con un tono grosero

—No se atreva a hablarle de esa forma a un oficial porque la puedo arrestar

Calle iba a responder, pero la interrumpí. Sabía que iba a contestar de una forma grosera y eso no nos convenía. El policía frunció el ceño.

—Disculpe oficial, esta pasando por un mal momento

TODO POR AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora