Capítulo 15

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—Tengo que irme—indicó Kim mientras llamaba al mesero y pagaba por nuestra comida. Nosotras le pedimos que no tenía que pagar pero ella insistió. 

Nosotras nos quedamos un par de minutos mientras terminábamos el postre entre risas y algunos besos, pero llego el momento de irnos del lugar y yo estaba un poco triste. No quería apartarme de Calle.

—¿Hoy llegaras temprano?—pregunté haciendo un puchero

—Depende de lo que hagamos

—¿A que te refieres?—pregunté viendo pasar los autos

—Hoy pasaremos el día juntas—respondió—¿Kim no te dijo que tendrías el día libre?

Subimos al auto y Calle condujo todo el camino presumiendo una sorpresa que tenía para mi. Por más que le supliqué que me diera una pista, no accedió. La quedé mirando durante un tiempo prolongado, observé con detenimiento cada parte de su rostro y no puedo evitar pensar en lo hermosa que es.  La convencí de dejarme conducir cuando íbamos por calles un poco más solas, después de todo ella se había encargado de enseñarme. Sólo estaba a la espera de la licencia para conducir.

Calle estaba visiblemente distraída observando a través de la ventana, sus ojos no perdían la atención ni un segundo. Quité mis ojos de la carretera y los puse en la castaña por un segundo, y como si no pudiese contenerme, una palabra salió de mi boca:

—Preciosa

Volví mi mirada a la carretera sintiéndome apenada por pensar en voz alta. Calle me miro y sonrío.

—Esto es precioso—dijo volviendo su mirada hacía la ventana

Asentí con la cabeza. No sabía si pensaba que me refería a el paisaje, pero tampoco quería averiguarlo.

El resto del camino fue en silencio, no fue necesario compartir muchas palabras porque de verdad nos divertimos mucho cantando a todo pulmón. Fue un momento hermoso, ese día confirmé que coincidimos en varias cosas, siendo la música una de ella, fue sorprenderte para mi el encontrar a una persona que tuviera gustos musicales tan parecidos a mi. Es difícil encontrar a una persona así.

Como ella me lo indicó, giré el auto hacía una finca que quedaba casi a las afueras de la ciudad, pero no lejos.

—Por cierto, tu también eres preciosa—me guiñó el ojo y salió del auto con una sonrisa 

Salí del auto un poco sonrojada y me puse al lado de ella para observar la finca al igual que Calle, quien tenía una sonrisa enorme.

—Yo quiero saber cuantas fincas tienes—dije asombrada por la cantidad que había conocido a su lado

—Aquí en Bogotá hay dos, pero son de la madre de Mario—se quitó sus gafas—Esta es mía 

La finca era pequeña, pero era sin duda alguna diferente a las que me había llevado con anterioridad. Estaba esta rodeada de zonas verdes, incluso en la rama de un árbol había dos columpios. Tenía una pequeña piscina cerca de la cancha de baloncesto y un kiosko. Su interior se encontraba con una decoración artesanal. Sin duda alguna el lugar era acogedor.

Nos acomodamos en la sala para ver una película, que sin ponernos de acuerdo resultó ser de amor. Calle estaba tan entretenida en cada detalle de la película, de la misma manera que yo estaba entretenida apreciando su belleza. Puse una mano en su mejilla, haciendo que me mirara desorientada, por lo que uní nuestros labios en un beso.

—Me estoy perdiendo la mejor parte—susurró sobre mis labios

—No quiero ver más la película—musité con su mirada sobre mi

TODO POR AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora