Capítulo 31

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En la habitación exitía silencio incomodo tras aquella confesión. Todos los ojos se desplazaron hacía una única persona, misma que tenía la mirada perdida y quizás sus pensamientos alborotados. Me levanté de mi lugar y me senté nuevamente, pero esta vez a su lado, empezando a acariciar su mano.

—Daniela, ¿puedes decir algo, por favor?—interrumpió el silencio la voz de Olga—Todas queremos saber como te sientes

Tan solo hace minutos atrás las dos mujeres le habían contado la historia a Calle y le habían confesado que todo este tiempo estuvo frente a su madre biológica. Calle durante toda la charla estuvo en silencio, tal vez escuchando y analizando a la vez o tan perdida en sus pensamientos que llevaba tiempo sin escuchar lo que decían.

—Daniela,—dijo en un susurro Mafe, delatando que estuvo conteniendo las ganas de llorar por un buen rato—Por favor

—¿Pueden dejarme sola?—fue la respuesta que obtuvo. Todas nos miramos aceptando la petición de Calle en silencio

Acompañé a las dos mujeres hasta la puerta para darles una despedida. Mafe comenzó a llorar una vez cruzó la puerta y yo la abracé; vi las intenciones de la señora Ruiz para abrazarla también, pero se contuvo. Mafe estaba destrozada.

—Cuídala mucho—me pidió la madre biológica de mi novia y la que vendría siendo mi suegra—. Cualquier cosa puedes llamarme

Cuando ambas mujeres ya se habían ido volví a la habitación, descubriendo a mi novia en la misma posición y situación. Me acerqué en silencio y me senté a su lado. La abracé por la espalda y recosté mi cabeza en su hombro pudiendo sentir su respiración alterada.

—Dije que quería estar sola, y eso también iba para ti—explicó en un susurro

Me puse de pie y la quedé mirando en espera para que se retractara, pero eso no ocurrió. Me senté en el otro lado de la habitación simulando hacer algo en mi celular, cuando lo que hacía era deslizar el dedo en la pantalla de un lugar a otro. Eso había dolido un montón. Yo sólo quería demostrarle mi apoyo en esa situación tan difícil y ella simplemente me había rechazado de una forma muy cortante. Tal vez aceptable que quiera estar sola pero existen muchas formas

—Soy una tonta—escuché la voz de Calle pero no me atreví a levantar la mirada—. Es tu casa y no puedes ir a otro lugar.—continúo—. Yo me iré

Después que Calle abandonara el apartamento, dejándome sola dentro de el, entré en desesperación. Un sábado entre las 11 de la noche, ella caminando tal vez sin saber a que lugar ir, porque hay que mencionar que las llaves de su auto se encontraba justo frente a mí, al igual que su móvil. No era una opción salir a buscarla, teniendo en cuenta que yo no sabía deferderme por mi misma, en cambio Daniela si. Sin embargo, salí del apartamento y las busqué, sin éxito alguno.

La esperé por horas y horas dentro del apartamento, pero hubo un factor que jugó en mi contra y me hizo quedar dormida. No sé si fue la hora que marcaba el reloj o las pocas horas que había dormido con anterioridad pero no pude mantenerme despierta lo suficiente. En esos momentos es donde se necesita el insomnio.

La luz del sol comenzó a molestarme y, por consecuencia a despertarme. No fue necesario abrir los ojos para reconocer aquella piel cálida que descansaba a mi lado y, además, me abrazaba. Mis ojos se encontraron con los ojos avellana; entonces, cuando creí que su mirada era lo más hermoso, apareció su sonrisa.

—Sé que no puedo quitar mi comportamiento de anoche, pero sí puedo pedirte disculpas desde lo más profundo de mi corazón—se adelantó a decir—. Puedes enfadarte todo el tiempo que quieras y yo lo entenderé. Mientras caminaba de regreso aquí me encontré con esto y me recordó tanto a ti que no quise comprar solo una—tomó una bolsa llena con libros para colorear acompañada con muchos colores y me lo entregó. Por fuera me mostraba seria, pero por dentro moría por correr por todo el departamento y colorear como una niña de 2 años. Amo colorear—. Normalmente las personas suelen entregar flores o peluches, pero yo quería darte algo que si te gustara. No quiero decir que no te vayan a gustar las flores...—la interrumpí al ver que se ponía nerviosa jugando con sus manos

TODO POR AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora