Capítulo 21

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Llegué del trabajo agotada y me tumbé sobre la cama aún sin quitarme la ropa o los zapatos. Mi abdomen subía y bajaba rápidamente por mi acelerada respiración. Pasa poco tiempo para que escuche la puerta abrirse y minutos después cerrarse, apareciendo mi novia con uno de sus zapatos en la mano.

—¿Estás bien?—me pregunta sentándose sobre el colchón

—Sólo estoy cansada, ha sido un día agotador—le dije cubriendo mi rostro para luego girar a verla y ella me sonríe 

—Tienes que descansar, bebé—dice acercándose a besarme—Poché,por Dios, estás hirviendo—murmura mientras coloca sus manos en mi mejilla. Hago una mueca—Te llevaré a que te revisen

Me jala de la muñeca pero me resisto mientras gruño para demostrar mi desacuerdo.

—Me he tomado una pastilla, estaré bien—susurro 

—Vamos—me contradice volviendo a jalarme

—Por favor,Calle. No quiero moverme de aquí, ¿Por que no vienes y te acuestas conmigo?—dije moviendo el agarre de mi muñeca a su mano, entrelazando nuestros dedos

—Iré por unas cosas. No pienso dejarte con esa fiebre como si no fuese nada—asiento y libero su mano del agarre

Trajo unas cuantas toallas y un tazón con agua fría para bajarme la temperatura. Dejó las cosas en la mesa de noche que estaba al un lado de la cama y tomó asiento. Se percató que yo estaba revisando mis redes sociales e intervino.

—No vas a tomar el celular en esta condición. Si quieres bajaré primero la fiebre y luego haces lo que desees, por el momento, no—murmuró apartando el celular

Me pidió que me quite el camisa y en cuanto lo hago procede a organizar lo que necesita. Se acerca para ponerme una de las toallas que enredó y mojó mi frente, de la misma forma pone otra sobre mi abdomen. Le pedí que se tumbara a mi lado mientras la fiebre baja, ella dudó unos segundos pero se tiró a mi lado.

—Aún así no me arrepiento por besarte bajo la lluvia—confesé

—Tendré que pensarlo dos veces ante de seguirte en una locura—admite riendo

—Dime que no fue asombroso—pedí

—Estaría mintiendo si lo digo—afirmó besando mi mejilla

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—Ni se te ocurra salir de esa cama, Garzón—escuché decir a Calle quien venía del baño. Tuve que volver a mi lugar y ella se acercó a acomodarme la toalla

Actuaba como si estuviera muriendo, cuando se trata apenas de un poco de fiebre y resfriado.

—No voy a morir—le aseguré

Busqué sus ojos y veo como los rueda mostrando su desagrado ante mis palabras. Estaba tan comprometida en su papel de doctora profesional, que no sabía cuando me dejaría levantarme.

Se sentó a mi lado y aproveché para apoyar mi cabeza en sus piernas. Llevaba dos horas acostada en la cama con el celular en las manos, aunque tuve que convencerla que usarlo no me mataría.

—Estaba analizando todo esto de tu enfermedad—comenzó a decirme. Levanté el rostro para verla mejor y tuve que morderme el labio inferior evitando reír ante su postura de doctora profesional—Creo que encontré la causa de tu fiebre—añadió sonando seria

—¿Cual es esa razón?—pregunté, burlándome claramente de ella

—Que...—empieza a decir, pero se detiene para bajar la mirada y hacer contacto visual conmigo—Soy demasiado para ti y te he calentado de esa forma—concluyó 

TODO POR AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora