Capítulo 24

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La noche sólo era joven y acaba de comenzar para nosotras. Mi novia estaba comprometida en hacer de aquel 14 de Febrero un día inolvidable, sin darse cuenta que con sólo besarme yo era la mujer más feliz del mundo. Las horas en el bar corrieron con rapidez, mi chica y yo bailamos muchísimo. Estaba cansada, debo admitir, pero ni el cansancio podría evitar que me divirtiera con ella.

Salimos del bar después de dos horas, estábamos muy felices y nuestro camino al auto fue más largo, debido a que hicimos varias paradas para besarnos y darnos algunas caricias. Por alguna razón sus labios estaban más apetecible de lo normal, no los quería dejar de besar y mientras siguiéramos juntas no lo haría.

No estaba ebria, pero tenía algunos efectos del alcohol y en ocasiones tropecé con cualquier cosa que estaba en la calle, incluso pisé mi pie con mi propio talón y me caí.

No sabría decir por cuanto tiempo Calle condujo, debido a que una vez en el auto caí en un sueño profundo. Lo que si sé es que al abrir los ojos estaba recibiendo varios besos por parte mi novia y estábamos en su finca. Intentó bajarse del auto, pero la detuve y me gané una mirada desconcertada. No le di importancia a aquello y la agarre de su cuello para acercarla mi y unir nuestros labios en un beso. Sus labios sabían a cerveza y yo estaba a punto de emborracharme con su sabor.

Antes que malinterpreten y piense que fuimos irresponsables, les digo que mi novia no había bebido más de media cerveza. Ella es muy responsable.

—Si sigues besándome así no podrás bajarte de aquí nunca—susurró jugando con nuestras narices

—¿Quien dice que quiero irme de aquí?—ella sonrió y dejó un beso corto sobre mis labios

Se bajó del auto y la vi cruzar hasta el lado de mi puerta y abrirla, estirarme su mano y ayudarme a bajar. Ella colocó su brazo alrededor de mi cintura y me hizo hacer lo mismo con mi brazo izquierdo por su cuello; ella insistió tanto en caminar de esa forma que no pude negarme, porque siendo sincera con un par de tragos puedo llegar a ser más torpe de lo normal. Me recostó suavemente sobre la cama y comenzó a quitarme los zapatos, sin embargo, la detuve.

—¿Que haces? No quiero, amor—dije provocando un suspiro de su parte

—Tienes que descansar, bebé—dijo intentando quitarme el otro, pero mi pie estaba inquieto y no le permitía cumplir esa acción

—No quiero hacerlo, quiero disfrutar del día contigo—confesé mirándola fijamente

—No podemos hacer mucho en las condiciones que estás. Es mejor hacerlo otro día

—No voy a arriesgarme. Después de hoy tenemos sólo cuatro días hasta que te vayas de viaje por dos semanas. Ambas sabemos que estos cuatro días el trabajo te consumirá

—¿Que propones?—cuestionó alzando una de sus cejas

—Ver una película abrazadas, comer afuera. No lo sé, yo haría cualquier cosa si es contigo

—Yo opto por la segunda opción, de seguro te quedas dormida viendo la película—bromeó

Esa noche nos sentamos encima de un mantel que estaba sobre el césped y comimos pizza acompañada con una botella de vino. La bromas no faltaron, ni mucho menos los momentos tiernos y divertidos a la vez.

Tomé la última rebanada de pizza y la mordí, ella me quedó mirando mientras la masticaba; le acerqué la rebanada a la boca y ella negó, pero luego mordió y así acabamos lo último de aquella deliciosa pizza. Cogí la botella de vino y eché de su contenido en la copa.

—Es momento de quitar esta botella de aquí—susurro ocultándola tras su espalda. Yo había llenado más de la mitad de la copa

Cortamos el contacto visual y nos dispusimos a ver la estrellas en el cielo, o al menos ella, yo la miraba de reojo para admirar su perfil. Sin que ella lo esperara le robé un beso, que hizo que se riera en medio de este.

—Te quiero—dijo mirándome fijamente

—Yo te quiero más

—Yo te amo muchísimo más

—No, yo te amo muchísimo muchísimo más

Esa fue nuestra primera y única pelea de la noche, finalizó con muchos besos y con las dos siendo ganadoras. Nos acostamos sobre el mantel y me pidió que pusiera mi cabeza sobre su pecho para escuchar el sonido de su corazón cuando estaba conmigo, el cual estaba acelerado. Por un momento creí que se saldría.

—Tienes una carita hermosa acompañada con los ojos más lindo que he visto, con una sonrisa tierna que cuando sonríe me vuelve loca y tu cuerpo ni hablar. Pero no sólo es tu físico, también esta tu personalidad tan única que me enamoró y sé que no hay vuelta hacía atrás—le dije mirándola a los ojos

Ella me miraba y sonreía como tan solo sabe hacerlo ella, con esa sonrisa coqueta que podría acabar con cualquier maldad. Estaba enamorada de Calle y no existía vuelta atrás, pero tampoco quería regresar, estaba feliz con la vida que tenía y estaba decidida a no cambiarla por nada en el mundo.

Yo no buscaba el amor cuando conocí a Daniela, incluso menos cuando conocí a Mario, pero fue un hallazgo afortunado, valioso e inesperado de una manera accidental, pero seguramente el accidente más hermoso de toda mi vida. Sin duda alguna una serendipia total.

—Tengo curiosidad—admití viéndola

—¿Sobre que, amor?—preguntó pasando su lengua por sus labios

—¿Tu primera vez ocurrió con un chico o una chica?—le pregunté

—No deberíamos hablar sobre eso, es...—ajustó la garganta—...raro

—Podemos hablar de cualquier cosa

—Con un chico—admitió—¿Por qué la curiosidad?—agregó

—Por curiosidad, ¿no crees?—bromee riendo—Tengo una más—añadí

—Dispara—dijo creando una pistola con su mano y haciendo el sonido con su boca

—¿Con cuántas personas tuviste sexo?—escupí

—¿Que? ¿En que momento esto se volvió preguntas incomodas?

—¿Más de diez?—alcé una ceja

—Quizás si. No llevo una lista.—articuló nerviosa—Deberías hablar menos y besarme más

Iba a decir algo, pero ella rápidamente me calló de la mejor manera que me pueden callar: con un beso.

Amo los momento románticos que Calle me regala. Hace que el mundo desaparezcay no pueda concentrarme en otra cosa que no sea su sonrisa, su jodida y perfecta sonrisa. Los sentimientos que tenía con Calle nunca antes los había tenido por nadie, me sentía bien y me sentía dispuesta a hacer todo por amor.

Que loco, ¿no les parece? Pensar que un día no conocía su existencia, al otro hablamos y encajamos perfectamente y ahora estamos aquí. Les juro que no sabía que ella tendría ese impacto en mi vida y tampoco tendría como saberlo, pero estoy feliz por haberme cruzado con ella y por haber coincidir conmigo.

TODO POR AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora