Capítulo 35

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Cuando abrí los ojos me sentí en una novela donde el actor abre los ojos y encuentra con un montón de aparatos conectados a su cuerpo y una máquina que se asegura de mostrar los latidos del corazón, donde a su lado encuentra al amor de su vida tomando su mano mientras duerme en una posición incómoda. Todo esto, con la diferencia que la persona que se encontraba a mi lado no era mi novia ni tampoco mi padre, se trataba de un ente muy similar a mi que jugaba con mis dedos.

—Si Daniela te quiere, este dedito te sonará—cantaba muy bajito pasando su dedito por cada uno de los míos hasta detenerse en mi dedo índice y doblarlo. Hice una mueca de dolor que logró captar su atención y enseñar una amplia sonrisa de su parte—¡Sí te quiere!

—Me quiere tanto como te quiero yo a tí, cariño—le dije sonriente y ella se lanzó a mis brazos. Pude sentir dolor en mi pierna con este movimiento, pero la abracé aún más fuerte sin importar nada

—Lo siento—se disculpó terminando el abrazo con una expresión de arrepentimiento—. Tienes el sueño muy pesado; intenté muchas veces despertarte, pero tú te quedabas ahí como un costal de papas—me reclamó ahora con una expresión furiosa y me pegó con su puño en el hombro

No me extrañó que mi hermana no estuviera al tanto del accidente y mentalmente lo agradecí. Realmente era mejor que ella pensara que todo ese tiempo estuve dormida antes de tener que explicarle que todo se debió a un disparo por parte del chico que en algún momento fue mi novio y su mejor amigo.

—Lo siento, no lo haré de nuevo—hice una puchero y ella mejoró sus fracciones y se acercó para darme un beso en la mejilla que me hizo sonreír—. ¿Dónde está papá, Daniela...todos?

—Papá tuvo que hacer algo en el trabajo y Daniela fue por café, me dijo que no tardaría

—¿Y qué tal todo en mi ausencia?—pregunté con una sonrisa divertida a mi hermana

—No me dejaban acercarme a tí—reveló triste jugando con sus dedos—. Papá se encontraba triste y furioso, al igual que Daniela y tía Pau. Mich me dijo que no le contara a nadie, pero ayer la vi llorar

—Esa si es una gran novedad

En ese momento el sonido de la puerta abriéndose llamó nuestra atención y el rostro desanimado de mi novia logró sacarme una sonrisa. A ella le tomó unos segundos darse cuenta que había despertado, pero su rostro dio un cambio drástico al darse cuenta y su sonrisa pudo casi iluminar toda la ciudad cuando me vio. Ella apresuró sus pasos hacia mí y sin palabras de por medio juntó sus labios con los míos y me besó con emoción, sonriendo en medio del acto.

—Me da tanta alegría que estés bien. No te imaginas todo el revoltijo de emociones que sentí durante estás 48 horas

—¿Cómo estás ahora?

—¿Estás hablando sin bromas? ¡Eres tú quien recibió una bala!—reclamó indignada tomando distancia entre nuestros cuerpos—¿Cómo estás tú?

—Estoy bien, aunque me duele la pierna—comenté sin abandonar mi sonrisa. Recuerdo estar pensando en que ella estaba bien y que prefería recibir otra docena de balas si como resultado ella estuviera sana.

—¿Ya llamaste al doctor?—preguntó con una expresión preocupada que aumentó cuando me vio negar. Desvió su mirada hacía mi hermana—. Pequeña, ¿Por qué no vas con Mafe, le dices que tu hermana ya despertó y que te lleve a comprar algo en la máquina?—mi hermana empezó a saltar emocionada y sin siquiera despedirse de mí se fue corriendo—. ¿Quieres hablar?

—Supongo que si—contesté con inseguridad—. Quiero saber qué pasó con Mario

—Cuando te desmayaste Mario se huyó asustado detrás de Johann. Estaba tan concentrada en tí que no les di atención, pero Sebas me ayudó a traerte aquí

TODO POR AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora