Capítulo 5

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—Cuéntame sobre ti—dijo Calle

—¿Que quieres saber?

—Quiero saber todo sobre ti—confesó dejándome sorprendida

—Nací en Bogotá el 31 de Agosto, tengo 20 años. Viví con mi papá y mi hermana menor hasta los 18, edad donde me independicé y me mantengo de un trabajo miserable en una cafetería

—¿Y tu mamá?

—Mi mami murió cuando tenía 16 años—dije con una sonrisa triste

—Lo siento—pronunció un poco apenada

—No te preocupes—indiqué

La conversación se extendió por muchas horas, no nos dimos cuenta de nada de lo que ocurrió a nuestro alrededor. En ese momento sólo eramos ella y yo, me encantó hablar con ella porque no fue las típicas conversaciones, fue una más profunda, incluso más que la anterior. Hablamos cosas interesantes y conocimos la manera de pensar de la otra. Esa noche aprendí que Calle era apasionada por la cosas que quiere, era una mujer comprometida e inteligente. Además, era astuta y no le da miedo arriesgarse por lo que quiere. También me contó un pequeño resumen familiar, que hacía que me sintiera mal por ella y quisiera pegarle una bofetada a Mario por comportarse como un estúpido con ella.

En resumen, Calle fue adopada por la familia Ruiz cuando Mario era un niño. El señor Ruiz ya era un narcotraficante reconocido cuando Mario tomó su lugar y mientras Calle empezaba a hacer pequeños papeles en series, novelas y películas. El señor Ruiz siempre mantuvo el negocio lejos de Daniela, aunque su mujer nunca estuvo de acuerdo en eso y tampoco con la relación tan unida que se formaba entre estos dos, llevando que Olga y su hijo Mario tuvieran envidia de Calle. Al ver este comportamiento del resto de su familia ella le comentó a su padre Marcos su incomodidad y este le hizo prometer que a pesar de todo no abandonaría a su familia y por esa razón ella no se había ido después del asesinato de este.

Después de nuestra larga conversación decidimos ver películas en el televisor de la habitación. Era un de las películas del hombre araña, tengo tan mala memoria que no recuerdo cual de todas.

—Ese tipo de beso es bueno—dijo Calle observando la escena

—¿Ese es el beso spiderman?—pregunté y ella asintió—¿Es chevere? Nunca lo he hecho

—A mi me gusta—se enconjio de hombros

—Mi mejor amiga dice que estupendo, pero yo nunca he podido comprobar

—¿Por qué no lo haces con Mario?—interrogó Calle

—A él no le gusta, dice que son cosas estúpidas. Supongo que tendré que probar con alguien más—me encogí de hombro

—¿Que tal con Sebas?—las dos nos pusimos a reír

—¿O con el guardaespaldas que esta afuera?—ambas reímos

—¿O conmigo?—ambas reímos

—Eso seria raro ¿no crees?—me acomodé a mirarla, ella hizo lo mismo

—Mi segundo beso fue con una niña—ella sonrió un poco, tal vez recordándolo

—¿Y te gustó?—dije curiosa

—En realidad no lo sentí distinto a cualquier otro, supongo que no era la persona correcta. Ya sabes, de las que te hacen sentir mariposas en el estomago y esas cosas 

Seguimos viendo la película, la cual estaba muy entretenida. Poco antes de que finalizara, voltee a ver a Calle en el otro borde de la cama completamente dormida. Quería pedirle el favor de conseguirme ropa, ya que la que usaba no evitaba que muriera del frío, pero no quería interrumpirla y menos cuando esta herida en la rodilla. Apagué la televisión y me organicé en la cama para dormir mejor, pero por más que lo intentaba la noche en Bogotá estaba más fría de lo normal. Inconscientemente empecé a moverme intentando buscar calor.

—¿Estas bien?—escuché la voz ronca de Calle a mis espaldas

—Tengo mucho frío—contesté

—Esta haciendo mucho frío—dijo acariciando sus brazos—La ropa la traen hasta la mañana

—No creo que pueda sobrevivir—bromee—No entiendo porque esta cama no tiene ninguna cobija, aún cuando la temperatura aquí suele ser fría

Calle pasó por encima de mi para coger su celular que estaba en la mesa de mi lado.

—Tú estas muy calentita—dije al sentir el contacto con su piel

—Será mejor que duermas, en cinco horas tenemos que salir—comentó

Me reincorpore en la cama cerrando mis ojos y abrazando mi cuerpo en intento de buscar calor, pero todos esos intentos de dormir fueron un total fracaso.

—Si quieres puedes acurrucarte a mi, tal vez te sirva

No me pareció una mala idea, después de todo ella estaba caliente y era mi única opción. No lo pensé dos veces, abrace mis brazos y piernas a ellas.

Desperté por el sonido constante del celular de Calle. Parpadee un par de veces hasta acostumbrarme a la luz que entraba por la ventana y pegaba directamente en mis ojos. Mientras bostezaba caí en cuenta de mi postura y me sorprendí un poco, no recordaba el momento en que me puse casi arriba de Calle. Me moví poco a poco con la intensión de no se despertarla y me viera en esta posición incomoda en la tenía una visión directa de sus ojos y labios. El celular volvió a sonar y esta vez noté un sonido–que no había notado antes–, parecía ser el llanto de un bebé, pero estaba segura que se trataba del celular de Calle. Busqué el celular por la cama y al encontrarlo me pareció extraño que en la pantalla apareciera el nombre Sebastian Villalobos. Desperté a Calle y la puse al tanto, aún con los ojos cerrados me preguntó la hora y casi se le salen los ojos al decirle que eran las 9:03. El celular volvió a sonar y esta vez contestó.

—Ya vamos en camino—la escuché decir mientras me hacía señas para meterme al baño

Me bañé rápidamente y salí de la misma manera porque Calle me estaba apurando. Al salir, Calle me indicó donde estaba la ropa. Me sorprendió mucho la velocidad de Calle en bañarse, no me había puesto ni la ropa interior y ella ya había salido del baño. Salimos en tiempo récord del edificio e inmediatamente nos montamos en un taxi en dirección a un centro comercial. Calle me llevó a una tienda bastante costosa y me indicó que podía llevar lo que quisiera—desde zapatos hasta ropa interior—pero tenía que ser muy rápido.

Me volví totalmente loca en el momento de escoger la ropa, todo y nada me gustaba a la vez y estaba perdiendo la cordura. Escogía una blusa y cuando daba dos pasos ya no me gustaba y la dejaba en su lugar. Había ropa que me gustaba pero cuando me la medía no me gustaba y terminé dejando loca a la mujer que atendía en el lugar.

—Me gusta este vestido—señalé el que tenía un maniquí

—No creo que puedas pagar esto, es lo más costoso de la tienda. Puedo enseñarte uno parecido que...—fue interrumpida por la voz de Calle haciendo acto de presencia

—Quiero dos de esos—dijo fríamente

—El vestido es muy costoso y no...—nuevamente fue interrumpida

—¿Estás escuchando lo que digo? Quiero dos de esos vestidos ahora—dijo enojada

—Calle no tienes que hacer esto. Podemos ir a la tienda...—esta vez me interrumpió

—Iré a hablar con el dueño de este lugar—habló ignorando mis palabras y echando una mirada asesina a la chica

Al final Calle me compró cinco vestidos de ese precio y todo aquello que me había medido, así no me haya gustado, y la mujer se tragó sus palabras. Con el apuro no pude ni siquiera medirme los vestidos y tampoco me sirvieron al final.

Calle ardía en rabia y no me miraba a los ojos mientras caminábamos por el centro comercial.

—Odio que hagan eso—escupió mirándome por fin—Ella no puede asumir algo y pensar que es lo correcto

—Tienes que calmarte, Dani—le hablé suave—No le des importancia a eso

—Deberíamos volver y comprar muchísimo más—dijo tomando mi mano para caminar nuevamente a la tieda pero la detuve

—La importancia sólo se le da a lo importante—le comenté

TODO POR AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora