Capítulo 20

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—Estoy enojada contigo—dije

—¿Y por eso vas a dejar todo aquí?—preguntó Calle

—Necesito pensar—dije viendo al piso del auto

Calle se detuvo en un semáforo en rojo, me miró y me agarro del brazo para luego robarme un beso.

—Eso no esta en el guión—dije sobre sus labios

—Si lo está—contestó esta vez sin ser capaz de mirarme a los ojos

Tomé el guión entre mis manos y mire bien cada palabra escrita. Si decía eso. Una ola de celos se apoderó de mi cuerpo en ese momento, de solo imaginar los labios de Calle chocar con otros me ponía histérica.

 —No te pongas así, bebé—pidió con los ojos en la carretera

—¿Y como quieres que me ponga?—dije furiosa sin tratar de ocultarlo

Calle no respondió nada y mejor aún que no lo haya hecho. El resto del camino fue tranquilo en nuestro auto, eso me sirvió para pensar en la posición de Calle, ella era actriz, en algún momento esto tenía que pasar y yo como buena novia tendría que aceptarlo, después de todo yo la conocí así. 

Llegamos a la casa y no habían muchas personas afuera, lo mismo ocurría en su interior, donde únicamente estaba Mafe terminando de arreglar algunos detalles en la cocina. Habían dos opciones: Era domingo de descanso o Mario estaba en aprietos muy lejos de aquí, pero preferí inclinarme mejor por la primera para evitar pensar en Mario y sus andanzas. Mientras Calle sacaba ropa de su habitación, me dirigí hacía Mafe. Había agarrado un gran cariño con la mujer.

—¿Necesitas ayuda?—le pregunté al verla tratando de alcanzar algo en lo más alto de la cocina

—Si, necesito esa caja de allá—me señaló

Empujé una silla y la puse lo más cerca posible, me monté en ella para obtener el tamaño suficiente para alcanzar la caja y feliz la tomé en mi mano para luego entregarla a Mafe.

—Eres muy astuta—me felicitó la mujer

—Cuando eres pequeña te obligan a serlo—me excusé

Me senté en el mostrador para ver a Mafe limpiar cada rincón de la cocina con tanto amor que si ella no me regañara por intentar ayudarla, lo haría. Se notaba que amaba lo que hacía.

Muchas veces tuve conversaciones con la mujer y me hacía admirarla a ella tanto a su trabajo porque aunque no ganaba mucho ella lo hacía con tanto amor que parecía que el dinero incluso le sobraba, pero me enteré que no es así. Una de sus frases favoritas y que siempre usaba era: "Si vas a hacer algo, hazlo, pero con amor" y eso lo acompañaba con estas palabras: "Puede que trabajes recogiendo basura o limpiando baños, pero hazlo con amor. Las cosas sin amor terminan mal y aunque no te gustan, si lo haces mal tendrás que repetirlo".

—¿Ya son novias?—pregunto volteando a verme

—Se lo pedí después de su cumpleaños—sonreí recordando

—Eso explica tu sonrisa tan reluciente—dice desde su lugar—Ahora que es tu novia no debes tratarla diferente a cuando no lo era. Debes tratarla cada vez mejor y hacer que nunca se arrepienta de haber dado el si

La mujer y yo hablamos por un par de minutos más hasta que llegó Calle. En varias ocasionas había visto a la mujer retorcerse del dolor, le pregunté si estaba bien y ella insistía en que lo estaba. Con Calle salimos de la casa en dirección al auto, cuando estábamos por salir la silueta de Mafe se puso en el centro que por poco causa un accidente, por suerte Calle frenó justo a tiempo y ambas llevábamos el cinturón de seguridad.

—Necesito ir al hospital—articuló

Me bajé del auto corriendo y la ayudé a subirse a la parte trasera, Calle aceleró y condujo con prisa al hospital más cercano y uno de los más caros. Mientras era trasladada en una de las camillas del hospital, le pregunté a Mafe a quien podríamos llamar y ella únicamente respondió: "Estoy sola". Esas palabras entraron violentamente en mí, no podía creer que una mujer tan buena como ella se encontrara sola. Fue ahí cuando mi novia y yo decidimos quedarnos en la sala de espera haciendo el papel de su familia. Me comuniqué con Kim y le hablé sobre lo ocurrido, ella entendió y me dijo que enviaría a alguien en mi lugar. Una eternidad más tarde apareció un doctor con información de nuestra paciente, dijo algo de la forma más confusa para nosotras y pareció notarlo porque luego lo explicó con mejores palabras.

—Tuvo pérdida de sangre por una herida y tenemos que hacerle transfusión de sangre, pero no tenemos de su tipo en este momento—explicó

Ambas nos ofrecimos como voluntarias, el doctor nos llevó a una habitación donde nos extrajeron sangre para ver si alguna era compatible con la de Mafe. Tiempo después el doctor dijo que solo Calle había podido ser compatible, lo que nos puso alegre. 

Mientras Calle hacía lo necesario para la transfusión de sangre, el doctor me permitió ir a visitar a la paciente en su habitación asignada. Entré después de haber tocado la puerta y recibir el permiso para acceder. Mafe estaba usando un atuendo característico de los pacientes y estaba acostada viendo televisión. Al verme una sonrisa se dibujo en su rostro.

—¿Como estás?—caminé a saludarla

—Estoy bien. No tenías que quedarte—dijo la mujer

—Calle también está aquí—dije tomando asiento a su lado

—Ustedes dos son un amor. Gracias por estar aquí—sonrió un poco

—Cuando íbamos entrando mencionaste que estabas sola, ¿a que te referías?—pregunté curiosa debido que antes no habías hablado de su familia, o al menos no de esa forma

—Toda mi familia se ha ido—respondió con una sonrisa triste—Prometo contarte la historia pronto

Antes de poder responder algo mi novia y el doctor entraron a la pequeña habitación conversando e incluso haciendo un par de carcajadas. Calle se acerca a mi y deja un beso corto en mis labios antes de sentarse a mi lado. Los tres mantienen una charla de la cual no escuché nada. Por más que intenté concentrarme no lograba sacar de mi mente el hecho de prácticamente abandonar a tu familia de esa forma. Si algo tenía seguro en ese momento era que yo nunca abandonaría a mi familia, mis amigos, y por supuesto, mi hermosa novia. Nunca.

—Finalmente encontraste a tu hija—dice el doctor hacía Mafe

Calle y yo nos miramos confundidas sin saber a que exactamente se refería el doctor.

—No la he encontrado, Ro—dice después de un largo suspiro

—¿Ella no es tu hija?-—señaló a Calle

—No—responde Mafe y Daniela al unísono

—¿Segura? Tiene los mismos rasgos de Germán—-dice el doctor inclinando su cabeza y entrecerrando sus ojos

Mi novia y yo caminábamos por los blancos pasillos de aquel hospital en el centro de la ciudad. Antes de salir nos percatamos que había una fuerte lluvia, ella y yo nos miramos e instantáneamente sonreímos. Ella amablemente me ofreció su chaqueta de cuero, pero de inmediato me negué, causando que me fulmine con su mirada. Entendía su mirada, obviamente tendríamos que correr muchos metros hasta alcanzar el auto y yo estaba totalmente descubierta. Ella simplemente quería evitar que me enfermara.

—A la cuenta de tres corremos, ¿vale?—digo agarrando su mano y ella asiente

Uno. 

Dos. 

Tres.

Salimos corriendo del centro de salud riendo como niñas en medio de dulces. Íbamos pasando por un parque cuando me torcí el tobillo y caí de forma inmediata. Calle preocupada se detuvo y me preguntó incontables veces si me sentía bien y creía necesario volver a que me revisen. Levanté la cabeza y ella tenía una expresión de preocupación peor de lo que pensé, misma que cambio cuando una sonrisa salio de mis labios. Me levanté y justo en ese momento sentí unas terribles ganas de besarle bajo la lluvia, sin importar cualquier cosa. La quería besar y era lo único que me importaba. Salté sobre ella, pasé mis brazos por su cuello y me sostuvo con sus brazos, sonreímos antes de unir nuestros labios en un fabuloso beso bajo la lluvia. Como una película.

Grave error

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