Capitulo 32

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NO SOY DUEÑO DE INUYASHA

GRACIAS A TODOS. AQUÍ LES MANDO MI AGRADECIMIENTO POR LA PACIENCIA Y LOS COMENTARIOS... ABRAZO!

CAPITULO 32

-"Miroku?"

Inuyasha no podía creer que el monje estuviera aquí, Kikyo lo observaba con rabia y curiosidad, los habían dejado por ir detrás de Sesshomaru?

"Qué traidores, y dónde estaba Sango?"

Sango estaba frente a ellos del otro lado del altar junto a Kouga y Shippo, se veía tan bella, parecía una hime de la más alta clase, no la habían reconocido...

-"Inuyasha ¿Qué es esto? ¿Qué está sucediendo aquí?"

-"No lo sé, no puedo imaginarlo..."

Sesshomaru no le respondería, Kouga tampoco, tal vez Rin...

-"Rin..."

-"No puedo decirte nada tío Inuyasha, pero es algo bueno, espera, ya lo verás"

El anciano mayor tomó su lugar en frente al altar ceremonial, y levantó los brazos, los youkai frenéticos, Miroku a la vista y subiendo las escaleras la mujer más hermosa que pudo haber visto jamás, a Sesshomaru le dio un vuelco el corazón cuando la vio llegar y tomar su lugar frente a él, jamás se imaginó que se sentiría tan feliz, su cara no decía nada pero sus ojos brillantes, dos brasas ardientes por la onna que estaba mirándolo, Miroku retrocedió, y se posicionó al lado de Sango, Kouga y Shippo pasaron al otro lado parándose junto a Rin, quedaron lado a lado con Inuyasha, que no podía articular palabra.

Era Kagome, era la mujer más perfecta que había visto, su belleza era increíble, no podía creer que ella se emparejara con su medio-hermano! No lo soportaría, no lo haría, la ira, los celos y la rabia descontrolada hacían sangrar sus ojos, fue a saltarles encima, Shippo gruñó y le saltó a Inuyasha, inmediatamente Danaka le colocó una daga en el costado, discretamente la clavó un poco para impedir que el Lord secundario de Occidente se moviera, Kouga hizo lo propio en el otro costado, inmovilizándolo

-"Mi Lord, quieto, no se mueva, sólo serán unos instantes"

-"Ahora serás un buen cachorro y no te moverás de tu lugar, aliento de perro... o sino...te mataré como la lacra que eres"

El ookami le susurraba al oído, Inuyasha rechinaba los dientes y se clavaba las garras en sus manos, sangraba a más no poder, Kagome, su Kagome, se entregaba a Sesshomaru, su peor enemigo...

D e pronto las imágenes de los golpes, patadas, insultos y malos tratos pasaron por su cabeza, el corazón se estrujaba en el pecho.

Él había causado esto, nadie más, era culpable sólo él.

Kikyo estaba pasmada, cómo podía ser que Sesshomaru, se fijara en Kagome?

Habiendo tantas hembras youkai y todas eran hermosas, se fijó en Kagome?

Tan desabrida y sencilla, una roca en bruto, torpe, y una Miko, unirse a un youkai?

No a un youkai ordinario, al Señor del Oeste, Sesshomaru Sama, el asesino perfecto, acaso no había intentado matarla? ¡ Y cuántas veces? ¿Tres, diez, veinte? Si tal vez unas veinte veces... El Señor de Occidente se veía como un dios, blanco brillante, su armadura de oro lo iluminaba, y ella, Kagome, tan desabrida, con su atuendo rojo y dorado y sus joyas... el oro y las piedras... Se veía hermosa, más que ella, muchísimo más que ella, no es justo, no era justo, desde que se fue, Kikyo había tenido que lavar, cocinar, coser, preparar los refugios, juntar leña, malnacida y se las da de Señora de occidente no lo permitirá no lo hará, ni muerta que estuviera...pero lo está, y mirando hacia el altar y luego a Inuyasha, vio que él tenía los ojos vidriosos, sangraban sus manos, aún deseaba a su reencarnación.

MIKO DE MI CORAZÓN (Original).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora