NO SOY DUEÑO DE INUYASHA
INEVITABLEMENTE...
CAPITULO 113
La bestia se retorcía a medida que avanzaba, a su paso muerte y desolación. Las aldeas diezmadas, los humanos le sirvieron de alimento. Su tamaño era aterrador. Su aura causaba repugnancia, no había nada en el mundo que fuese peor que ese monstruo insaciable. La cabeza de Náraku ya en su lugar, los innumerables brazos y piernas, los miles de ojos y la maldad brotando como torrentes purulentos , corrompiendo todo a su marcha.
La conciencia de Shikkon repetía el nombre de Kagome como un mantra una vez más, ciegamente avanzaba hacia donde detectaba su aura y la de Sesshomaru. Obligaría a la sacerdotisa a formular el deseo y después la ultrajaría frente a su pareja para luego destajarla y devorarla, al Lord del Oeste lo dejaría vivir con la amargura, una vez roto, sería su sirviente por la eternidad, jamás pensó en el resto de la manada como una amenaza, eran controlables, ningen sin poder o youkai de fuerza cuestionable, según recordaban las cabezas cortadas de los enemigos del Oeste. El cachorro de Kagome era una asqueroso hanyou, insignificante, lo devoraría si se volvía molesto, en cualquier sentido.
Todo estaba a su favor, Las mentes de Kikyo, Ryusenki, las hembras y machos de la corte castigados con la muerte debido a su traición a Occidente, los ancianos muertos con resentimientos hacia Inu no Taisho y su descendencia, Náraku y la misma maldad del inframundo la naturaleza corrupta de la perla, todos aumentaban el rencor y la ira de la masa globulosa que se desplazaba arrastrándose por el suelo. Su vista fija en la aldea de Edo, allí se desarrollaría la batalla, allí cambiaría la historia.
Sesshomaru estaba sentado afuera de la cabaña de Kaede, mirando las estrellas, pensando en su cachorro que estaba con su madre y Krisstal en el palacio de la luna. Habían decidido dejarlo allá, por su seguridad, pero la idea de no verlo más le carcomía el alma, Kagome sintió la fluctuación en su aura y salió a ver qué le sucedía. El resto de la manada sólo esperaba, contemplaba, dormitaba...
-"Qué es mi amor?"
El Daiyoukai se daba vuelta y atraía a su mujer hacia él, le daba un beso profundo y posesivo
-"Sesshomaru?"
-"Has sido lo mejor que me ha sucedido en la vida, Kagome, y yo...Te amo."
Ella sonreía y acariciaba los cabellos de Sesshomaru, acunando sus mejillas en sus manos
-"Yo también te amo, cielo...Estás preocupado...Debemos tener fe, confianza en nosotros, cariño. Derrotamos a Náraku una vez, o no?, podremos hacerlo de nuevo, sólo tenemos que idear un plan, una estrategia de lucha"
Sesshomaru apoyaba su frente en el vientre de la Miko
-"Eso sería genial, si supiéramos contra qué nos enfrentamos"
Kagome sabía que él tenía razón, pero no pensaba dejarse aplastar por pensamientos negativos
-"Daremos un paso a la vez, y cuando lo enfrentemos...pues...pues...lo estudiamos un rato y vemos con qué lo atacamos, te parece?"
El Lord Inu la miraba a los ojos. Ella lo veía con esperanza en su mirada, y él sonreía con sus ojos brillantes enternecidos por la dulzura de su hembra. Echándose hacia atrás la sentó a horcajadas sobre sus piernas hundió su nariz en el cuello de Kagome y aspiró profundo
-"Tu aroma me embriaga...Eres tan dulce, mujer, tan suave, te amo tanto...Y a nuestro cachorro. Me has dado tanto en este corto tiempo que hemos estado juntos, que no puedo entender, cómo dejé que estuvieras tanto tiempo lejos de mi"
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MIKO DE MI CORAZÓN (Original).
RomanceEl Lord del Oeste necesita la asistencia de un humano para solucionar asuntos que él no comprende, va en busca de la miko de Inuyasha, y se encuentra con una escena impensada, ella abandona el grupo, Sesshomaru intenta encontrarla en el pozo, solo q...