Capitulo 73

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NO SOY DUEÑO DE INUYASHA

ESTOY FELIZ POR TODOS SUS COMENTARIOS.

HOY ESCRIBIRÉ DESDE MI CORAZÓN

CAPITULO 73

La luz azulada estaba rodeándolo, caía vertiginosamente y no podía aferrarse a nada. La sensación de hormigueo en los dedos, el latido frenético de su corazón... Cuántas cosas pasaban por su mente ahora...Cuántas preguntas por responder.

Cerrando los ojos por un instante, suspiró para recuperar su control. El viento se detuvo, sólo estaba el frío fondo del pozo devorador de huesos.

-"No funcionó...Demonios!"

Mirando hacia arriba, notó que no había cielo, y que en vez de enredaderas había una escalera.

-"Pero qué mierda...?"

Tomando unas respiraciones, el olor del aire lo hizo retroceder. Olía muy mal y ácido, pero el aroma de Noriko estaba entremezclado, era aquí.

Asomándose al borde, se encontró con el famoso cobertizo del pozo que Inuyasha le había descripto, lentamente salió.

Dentro de la casa el abuelo bajaba las escaleras a gran velocidad, en sus manos llevaba un puñado de sutras exorcistas y otros conjuros, un rosario y un boken.

-"Carajo, carajo esta energía sólo puede pertenecer a un verdadero monstruo! Se siente casi como la energía de Sesshomaru. Ellos no están, debo proteger el santuario!"

El regreso de los paseantes compradores se realizaba sin novedades, las risas y comentarios en el automóvil eran muy animadas. Habían pospuesto el día de campo para otra vez, ya que Kagome se notaba cansada y sus piernas se veían un tanto hinchadas. Luego de guardar el auto, se dispusieron a subir las escaleras.

-"Vaya si Kaede las viera..."

-"Sí, todavía están aquí"

-"Son las escaleras originales?"

-"Pues no lo sé, creería que han tenido un par de reparaciones a lo largo de los siglos, pero básicamente son las mismas"

Fascinados con cada cosa de su época que encontraban, ya se les notaban las ganas de regresar.

De éste mundo se llevarían la vida sin Náraku, las medicinas, tal vez algunas comodidades para el hogar, ropa interior femenina y el chocolate; Pero sólo eso superaba a la vida sencilla y limpia que llevaban en el Sengoku Jidai. No les gustaba la idea de vivir aquí. Al principio todo eran luces y asombro, pero lentamente, añoraban las praderas, los cursos de aguas claras y puras, el aire fresco, cosechar su alimento.

El fogón en el campamento...Sabían que algún día tendrían que vivir en este tiempo de todas maneras, así que para qué apresurar las cosas.

Subían pesadamente, Miroku tomó sorpresivamente la mano de Sango, Kagome sonrió y miró al Lord que asintió de manera cómplice, Sesshomaru subía a Kagome en brazos y a su lado Noriko le hablaba de lo hermosa que la había parecido esa colina en el tiempo pasado, ahora no tenía flores, sino construcciones y árboles de reforestación. De pronto Sesshomaru se detuvo en seco, Kagome y Miroku veían hacia arriba de la escalera.

-"Sesshomaru, ese aura es gigantesco"

-"Hn. Vamos con cautela, quédense detrás. Miroku y Sango, no traen sus armas ni báculo, también quédense detrás"

-"Mi Lord, aún tengo mi kazaana..."

-"No podemos arriesgarnos a absorber demasiado de este mundo, sin consecuencias tremendas"

MIKO DE MI CORAZÓN (Original).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora