MIKO DE MI CORAZÓN (Original).

Capitulo 104

NO SOY DUEÑO DE INUYASHA

MUY, MUY MALO...MUY, MUY BUENO...

CAPITULO 104

-"Danaka puede aplastarme si quiere pero no me quedaré para hacer el ridículo"

-"No seas infantil Inuyasha, dime una cosa...¿Sabes cómo seducir a una hembra youkai?"

-"No debe ser tan distinto a seducir a una mujer"

-"Lord Kouga, ha estado emparejado con hembras de ambas razas"

Miroku bombardeaba al mestizo y Sesshomaru hundido en su copa de sake levantaba una ceja al lobo que sonreía con malicia

-"Pues es muy diferente, si he de decir algo..."

Inuyasha muy molesto respondía el fuego enemigo con golpes bajos...Muy bajos.

-"Yo cuidaría mis comentarios frente a tu SUEGRO y PADRE EN LEY, lobo rabioso"

Era verdad, él estaba unido a Rin, humana e hija de Occidente y su suegro lo observaba atentamente desde su escritorio; El sake quemándole la garganta, no terminaba de pasar por el esófago. El Ookami tosió nervioso.

Sesshomaru no podía permitir que Inuyasha se saliera con la suya, si debía suprimir el instinto asesino para lograrlo, lo intentaría.

-"Creo que todos somos conscientes del previo emparejamiento de Lord Kouga con Lady Ayame. No puedo ofenderme, si él aún no formaba parte de la vida de mi hija, Hanyou"

El aura del Lord Inu era un tanto errática, preocupando un poco al lobo.

Otra bomba explotaba sobre Inuyasha, él no se dejaría

-"Tú también sabes de hembras youkai, o no, Sesshomaru? Crees conveniente hablar del tema teniendo pareja, cachorro y siendo ella una Miko tan poderosa?"

El Daiyoukai gruñía en respuesta. Touché, de nuevo Inuyasha tenía razón. Shimaru en su interior gruñía en advertencia

"No te atrevas a insultar a nuestra pareja, o te dejaré encerrado en mi lugar un mes entero, mirándome disfrutar de ella, por mi cuenta, y sin dejarte participar"

"No serías capaz, éste Sesshomaru es más fuerte que tú"

"Tal vez...Siempre puedes intentarlo. Comienza a hablar si lo deseas..."

No era tan tonto como para pensar que Shimaru era otra cosa que él mismo en su forma más primitiva, no se arriesgaría, por las dudas, y menos a hablar de hembras que no despertaron en él, más que la necesidad de descargar tensiones, y de paso intentar procrear a sabiendas de que la maldición de Náraku se lo impedía. No. Callaría. Kagome era todo lo que él deseaba en una hembra y mucho más.

-"No estaba en mis planes hablar de asuntos tan antiguos y sin importancia, pero tienes dos machos muy viriles que han de tener algunos datos y consejos para darte"

-"Créeme, que o me interesa en absoluto. Prefiero sorprenderme la noche de la ceremonia"

-"Pues esa noche deberás demostrar mucho poder y dominio, sobre todo porque te unirás a un General de la guardia del Norte, y Ookami además. Hay pasos a seguir ya sabes"

La duda estaba clavada en la mente del mestizo de Occidente. Cuánto más extraño se podría volver todo esto? Era sólo un emparejamiento o no? Y luego la cena banquete la celebración y luego...El apareamiento. ¡El apareamiento! Kibò, lobo, soldado, youkai pura sangre. Sólo sabía de mujeres humanas, dos para ser más exactos y con ninguna llegó demasiado lejos, pero al menos sabía cómo y donde tocar, besar, acariciar para que esos hermosos cuerpos como instrumentos musicales, desnudaran las más dulces melodías...La sonrisa de oreja a oreja...Sabía cómo escapar definitivamente de esta charla, horrible y vergonzosa, objetivo: Sesshomaru Taisho. La sonrisa perversa y el brillo en los ojos, fijos en los de su medio-hermano, erizándoles la piel a los presentes. Miroku conocía muy bien esa mirada.