38. I missed you

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Disartria: algunos pacientes después de despertar de un coma (cualquier sea su grado) lo hacen con transtornos de habla. Depende del grado de este, pueden desde no hablar hasta tan solo balbucear.

•••

Durante este tiempo me imagine más de mil diferentes escenarios donde Thomas despertaba. Desde unos donde yo simplemente lo abrazaba, hasta otros donde él se disculpaba. Pero este no se comparaba en nada a lo que mi mente se había imaginado. No estaba ni si quiera un poquito cerca. Jamás pensé que él despertaría y simplemente fuera como si el tiempo no hubiese pasado, como si el anterior mes se hubiese borrado de la historia de nuestras vidas y desapareciera en lo más profundo de nuestra memoria; estando allí sin estarlo por completo. Aunque sabia que en algún momento u otro tendríamos que hablarlo, eso no sería mientras él seguía en esa camilla. Ahora tan solo me iba a concentrar en quererlo y mimarlo todo lo posible.

Todos estos pensamientos llenaban mi mente mientras que mi cerebro trataba de procesar lo que Tommy acababa de preguntar. Sin esperar ni un segundo más, volteé con mucho cuidado hacia el único rubio que se encontraba en la habitación. Ví como hacía una mueca de dolor al acomodarse en la cama y sentarse en ella.

Nuestras miradas chocaron.

La suya cansada y un poco más brillante de lo normal, de mi color favorito, chocolate. La mía compartiendo el sentimiento y finalmente sintiendo como un peso me abandonaba.

Me acerqué con pasos vacilantes hacia él, tratando de conseguir caber en mi mente todo lo que estaba pasando. Había esperado tanto por poder verlo tan de cerca, sin rencores ni dolores de por medio. Había esperado tanto por poder tocarlo, abrazarlo, y ahí lo tenía. Allí estaba Sangster a tan solo unos centímetros de distancia, mirándome con una sonrisa fingida, ocultando tras ella el miedo de mi rechazo.

Una vez que llegue a su costado, sin dudarlo acerqué una mano a su mejilla. Acariciando con los dedos temblorosas. Tenía miedo de hacer un movimiento en falso y que toda esta burbuja mágica que nos envolvía se rompiera. Pero eso no ocurrió, Thomas cerró los ojos contra el contacto y besó cómo pudo mi mano.

—Dyl...

Y no pude aguantarlo más. Había estado un mes y algo sin probar sus labios, necesitaba sentirlos contra los míos otra vez. No me importaba que Kaya y Ki estuvieran presente, ni que él estuviera hospitalizado y que en cualquier momento podrían entrar las enfermeras, simplemente me senté en una esquina de la cama y pegué nuestras frentes.

Dicen que en los ojos se pueden visualizar el alma de las personas, y teniendo los de Thomas tan cerca a los míos pude ver como él se sentía igual.

—Nunca vuelvas a darme un susto así —susurré cerrando los ojos tratando de olvidar las memorias de los pasados días.

—Te amo, Dylan.

Y eso fue suficiente para que torpemente una nuestros labios en un beso lleno de dolor reprimido, miedo, nerviosismo, imperfección, pero sobretodo, amor. A pesar de no ser el primero, se sintió como el inicio de algo nuevo, algo mejor. Fue tierno, sin desesperación ni otros tocamientos que no fueran sus manos en mis mejillas tratando de unirnos aún más —como si fuera humanamente posible—, o mis dedos acariciando su suave cabello. Él trataba de transmitirme su perdón a través de este, mientras yo trataba de confiar de nuevo en él.

Costaría, costaría mucho. Pero lo lograríamos, teníamos que lograrlo.

—Te amo, Thomas —dije al separarnos.

Me sentí completo al ver la hermosa sonrisa que se formó en el rostro de Brodie al escuchar mis palabras. Sin esperar ni un segundo más, trató de pegarme más a él en la camilla, pero los cables que lo conectaban al suero y al monitor cardiaco, a parte de la poca fuerza que tenía, no lo permitieron, haciendo que formara un movimiento raro con su cuerpo y una mueca de dolor apareciera rápidamente.

In my blood [Dylmas AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora