4. Just have a drink

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Miré —aún desde el carro— al gran edificio donde vivía Ki. Se veía realmente caro, parecía que todos en este grupo eran ricos y modelos. No sé como planeaba encajar, tal vez tenía bastante dinero, pero no era tan atractivo como todos ellos; parecían sacados de una maldita película de Hollywood.

—¿Estás bien? —preguntó el rubio a mi costado. Will, Kaya y yo habíamos venido en su carro, pero yo era el copiloto.

—Es un poco grande —dije riendo nerviosamente.

—Tom también vive ahí —dijo Will atrás mío, luego se escuchó un golpe—. ¡Kaya! —dijo inmediatamente después con un gemido de dolor.

Lo miré con los ojos muy abiertos. Definitivamente el edificio era el estilo de Ki, ostentoso y lujoso, pero jamás pensé que era el de Thomas.

—Él lo eligió —habló Thomas rápidamente—. Ki y yo nos conocemos desde que tengo memoria, así que desde pequeños decidimos vivir en el mismo edificio cuando creciéramos.

Asentí con la cabeza. Ellos vivían en el mismo edificio, pero no en el mismo apartamento, según tenía entendido.

Thomas bajo del auto primero, luego los demás lo siguieron. Antes de bajar, solté un gran suspiro e imite su acción. Al parecer el otro pequeño grupo que había venido en el carro de Ki, había llegado primero y ya estaba en su apartamento.

Caminé al lado de Kaya mientras Will y Thomas iban por delante. Llegamos a la lujosa recepción y me quedé estático, si vendieran todo lo que estaba ahí, podrían darle de comer a todo una familia por el resto de sus vidas. Thomas saludó al recepcionista y se dirigió hacia el ascensor. Kaya, Will y yo lo seguimos.

—¿Qué te parece Dyl? —preguntó Thomas apretando el botón y rompiendo el incómodo silencio que se había formado.

—No tengo palabras —dije riendo.

El ascensor llegó y me salvó de otras preguntas: subimos y, esta vez, Will apretó el botón del penúltimo piso. El trayecto fue rápido y nadie dijo nada, cuando llegamos al piso, solo se veía una puerta y se escuchaba música a alto volumen. Kaya tocó la puerta fuertemente y se escuchó como apagaban la música para luego oír unos pasos acercándose. En el momento en el que se abrió la puerta, aprendí el significado de riqueza. Ni mi boca, ni mis ojos podían abrirse más. Era gigante. El piso estaba echo de mármol y habían cientos de cuadros y adornos por todo el lugar, un gran televisor que ocupaba casi toda la pared, en frente de él dos largos sillones en forma de "L" y la cocina, a pesar de ser pequeña, probablemente costaba más que mi humilde apartamento, incluyendo todos los muebles.

—Bienvenidos a mi humilde hogar —dijo Ki con una sonrisa—. ¿Quién quiere vodka?

—¿Ustedes cagan dinero? —pregunté sin una pizca de sarcasmo.

—Algo así —respondió Kaya—. Sus padres son los dueños de "Sangster & Lee".

Asentí con la cabeza fingiendo saber a que se refería y me dirigí hacia el balcón. Traté de concentrarme en la hermosa vista que tenía al frente, pero no podía, ese nombre me sonaba demasiado. Suspiré, necesitaba eliminar esos pensamientos de alerta en mi cabeza y concentrarme en lo que tenía al frente.

«¿Es en serio Dylan? Estás en la casa de un amigo tuyo ¡Un maldito amigo! Habías eliminado esa palabra de tu vocabulario hace años. Concéntrate y haz algo bueno por tu patética existencia por una vez en tu vida».

—¿Estás bien? —preguntó una voz que, a este punto, reconocía perfectamente.

—Si, Tommy —fingí una sonrisa al mismo tiempo que se le borraba la suya.

—Dylan, en serio lamento por asustarte con todo esto —dijo señalando a su alrededor.

—No me asusta, solo me sorprende —dije con una mueca.

—¿Quieres ir adentro? —dijo tomándome de la mano y llevándome hacia la sala sin esperar una respuesta de mi parte. Sentí como los nervios regresaban.

—Estábamos jugando "Yo nunca" —dijo sentándose al lado de Rosa. Lo miré extrañado, jamás había escuchado de ese juego en mi vida. Él notó el signo de interrogación gigante en mi cara y sonrió—. Una persona dice algo, por ejemplo "Yo nunca he tomado agua" y los que lo han hecho, sin incluir a la persona que lo dijo, toman un shot. ¿Quieres jugar?

Asentí y me senté en medio de Kaya y Thomas. Necesitaba alejarme de mis pensamientos y, ¿que mejor que el alcohol para olvidarte de tus pensamientos?

—Todo lo que se dice acá, se queda acá. No se puede mentir —dijo Kat con dos botellas de Vodka en la mano llenando lo que supongo que sería mi vaso.

—Yo nunca he ido a un bar —dijo Ki. Todos lo miramos como diciendo "¿es enserio?" Hasta yo había ido a un bar: tomé un shot y sentí como mi garganta quemaba un poco y después de eso, mi estómago. Había olvidado la sensación, hacia meses que no tomaba.

Llenaron todos los vasos, incluido Ki, quien había insistido en tomar aunque según las reglas, no debería.

—Yo nunca me he acostado con una profesora o un profesor —dijo Will. Ki y Rosa tomaron.

—Yo nunca he pensado en alguien de este grupo como más que un amigo. —dijo Kaya, para luego guiñarme un ojo "disimuladamente". Me sonrojé y tomé de mi vaso. Casi me atoro cuando vi que casi todos tomaron, excepto por Kaya.

—¿De quién estará enamorado el inocente Dylan? —preguntó Ki con una ceja levantada. Me sentí con la confianza suficiente para sacarle el dedo medio. Todos se rieron y Ki rodó los ojos con una pequeña sonrisa.

—Yo nunca he tenido el corazón roto —dije con una sonrisa tonta. Todos tomaron y algunos rieron como estúpidos, consecuencia del alcohol que habían consumido.

[...]

Así pasamos la noche, luego jugamos verdad o reto y Ki terminó bailando sobre una mesa mientras Rosa se dejó maquillar por Will. El tiempo pasó volando y a las tres de la mañana, todos habían tomado demasiado para manejar, por lo tanto Ki nos ofreció quedarnos a dormir ahí. Estaba a punto de acomodarme en el sillón para descansar, cuando Tommy me agarró del brazo, era el que había bebido menos, por lo tanto, casi estaba en sus cinco sentidos.

—Me voy a mi apartamento, ¿preferirías dormir ahí? —preguntó con una sonrisa. Yo me sonrojé notoriamente. Tenía un mechón de su cabello rubio en su frente y sus ojos de color chocolate me miraban esperando una respuesta.

Era jodidamente perfecto.

—Eres demasiado hermoso —dije acariciando una de sus mejillas—. ¿Dije eso en voz alta? —pregunté riendo.

—Vámonos pequeño borracho —dijo dándome una mano para que me levante del sillón.

—Nopi —dije haciendo un puchero—, Cárgame —dije con una pequeña risita.

Asintió con la cabeza riendo y me cargó estilo nupcial. Me apoyé en su pecho y aspiré su aroma, olía a vainilla.

—Hueles rico —dije riendo. Él rodó los ojos—. Gracias Tommy.

—Eres mi amigo y me preocupo por ti Dyl.

—¿Entonces por qué no haces lo mismo con los demás? —él paró para tocar el botón que llamaba al ascensor— ¡No me ignores!

—Duerme Dyl —dijo para luego luego darme un beso en la frente.

—No quiero —dije cuando las puertas del ascensor se abrieron. La fuerte luz de este hizo que soltara un pequeño gemido y que ocultara mi cabeza en el pecho del rubio. Podía escuchar los latidos de su corazón y me concentré ellos. Luego deje un pequeño beso en su pecho. Advertí como Tommy se tensaba gracias a la acción.

—Hasta mañana Tommy —dije con un bostezo.

—Hasta luego Dyl.

Después de eso, sentí como el sueño me ganaba haciendo que cerrara los ojos lentamente. Por un momento traté de resistirme, pero al final terminé cediendo, dejándome caer en los brazos de Morfeo, cuando realmente estaba en los brazos de un rubio que me miraba con ternura.

In my blood [Dylmas AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora