In my blood [Dylmas AU]

21. Depression and love

Ok, antes que nada quiero aclarar algunos puntos:
1. Si eres sucesible al tema, lee desde donde salga ":)", porque el capítulo es "importante"
2. Hice una GRAN investigación para el capítulo, y me base en experiencias personales para hacerlo lo más parecido a como una persona con depresión se siente.
3. Me dolió escribirlo, bai.

Ahora si, disfruten de la lectura :) 

Desperté, y supe que iba a ser un mal día cuando me di cuenta que el otro lado de la cama estaba vacío. No tenía nada de ganas de si quiera moverme, quería quedarme en la cama sin hacer nada, y no era por pereza u otra razón patética, era por algo mucho peor.

Miré al techo y suspiré, no tenía ni idea de porque abrí los ojos sin los usuales besos con los que Thomas me despertaba desde hace un largo tiempo me había afectado tanto, pero sentía un gran vacío en mi, un profundo dolor.

«Seguro que no es nada» traté de convencerme mientras hacia un gran esfuerzo por levantarme de la cama y dirigirme al baño, no tenía la energía suficiente para hacerlo. Me sentía cansado tanto física, como emocionalmente.

Cepillé mis dientes —de tanto estar en la casa de Sangster, ya tenía mi propio cepillo en su baño— y miré mi reflejo en el espejo: mis ojos estaban rojos, la noche anterior no había dormido mucho a pesar de tener a Thomas rodeándome con sus brazos, tenía grandes ojeras bajo mis ojos. Bajé la mirada tratando de evitarme. Escupí y con todas fuerzas que pude encontrar, me decidí por buscar al rubio, era sábado y no podía estar trabajando.

Agarré una manta de la cama y me arropé con ella, hacía muchísimo frío. Caminé hacia la sala y escuché su hermoso acento proveniente del segundo piso de la casa. Subí las escaleras y lo vi hablando por teléfono en la terraza.

Estaba usando solo su pantalón de pijama y unas pantuflas, debería estar muriéndose de frío. Empecé a caminar donde él para cubrirlo del frío, hasta que su gruñido me detuvo: "¡Maldita sea Isabella, no hables así de él!" medio gritó golpeando la pared al frente suyo.

Supe que se refería mi, pero ni si quiera me inmuté, realmente no me importaba que Thomas hablara con la rubia que claramente era mucho mejor que yo en todos los sentidos. Ya me había acostumbrado a ser menor que todos.

El británico arrojó el aparato al piso y trató de calmar sus respiraciones. Estaba seguro que no era un buen momento para acercarme a él, pero tenía que hacerlo. Todavía no me había visto, estaba de espaldas a mi.

Caminé lentamente, no había ningún apuro—. ¿Tommy? —dije con la voz un poco temblorosa.

—Ahora no, Dylan —ni si quiera volteo a mirarme. Debí haberlo escuchado.

—Te vas a resfriar —dije poniendo sobre sus hombros la tela que anteriormente había rodeado mi cuerpo. Thomas se la quitó con furia.

—¡Dije que ahora no, Dylan! —ahora si volteó, y hubiese prefiero que no lo hiciera. Sus ojos que siempre me miraban con amor, ahora lo hacían con enojo.

Me aparté rápidamente, solo quería ayudar. Quería hacer algo.

Mi corazón empezó a latir fuertemente, no tenía ni idea de cómo había pasado de no sentir nada, a que me doliera una cosa tan simple como eso. Mis ojos se nublaron, amenazaban con estallar en cualquier segundo.

—L-lo siento —dije sintiendo como una lágrima caía por mi mejilla. La expresión de Thomas cambió en un santiamén, ahora mostraba arrepentimiento.

Quería desaparecer del mundo de cualquier manera, no tenía ninguna razón para ocupar un espacio en el universo. No había pensando en suicidarme pero tampoco quería vivir, ni si quiera sabía si estaba vivo realmente.