In my blood [Dylmas AU]

7. Kitten

Abrí la puerta de mi casa después de varios intentos de meter la llave en la cerradura, había vuelto a temblar. Pensé que me había recuperado totalmente de mi ataque en el taxi, pero al ver las miradas preocupadas de Thomas, Kaya y Ki, sentí como mi corazón se aceleraba. Sabía que estaban preocupados por mi, pero realmente necesitaba estar solo.

—Dylan —escuché la voz de Kaya atrás mío. La puerta estaba abierta, pero estaba tan concentrado en mis pensamientos que ni si quiera había entrado—. ¿Estás bien?

«Algo así».

—Si, pasen —dije entrando a mi acogedor hogar y dándoles espacio para que pasaran.

El hombre que había contribuido para crearme, me daba una gran suma de dinero mensual y pagaba por todos los gastos de mi hogar —luz, agua— y de mi universidad, aunque yo trabajara. Mi apartamento era un poco antiguo, pero yo lo veía perfecto. No era pequeño, pero tampoco tan grande ni ostentoso como el de ellos. Tenía una pequeña sala, con un televisor, tres sillones y un gran librero. Mi cocina poseía lo básico y era uno de mis lugares favoritos. Todos los días agradecía por el precioso, pero pequeño balcón que miraba hacia el gran "Queen's Park" que tan solo estaba a unas cuadras de la universidad. Había planeado estudiar en ella, como había echo mi madre, desde que tenía apenas diez años y había echo todo lo posible para lograrlo.

Ellos ya habían venido bastantes veces, en especial Thomas. Pero aún así tenía el constante sentimiento de querer sacarlos a patadas. Este era el único lugar donde me sentía completamente seguro, aunque ahora el sentimiento era todo lo contrario.

—Bueno... —dije al ver a todos sentados en la sala con cara de preocupación. Rodé los ojos, estaba completamente bien, no tenían porque ponerse así—. ¿Quieren algo de beber?

—Dylan. Somos tus amigos y nos preocupamos por ti —dijo Ki tratando de... ¿abrir los ojos? No podía decir.

—Eso lo sé, pero en serio necesito estar solo.

—Dyl —dijo Thomas. Levanté una ceja, ¿ahora se dignaba a hablarme? Y todavía con su "apodo especial". Había pedido mi dignidad al enviarle treinta mensajes después de que me haya ignorado. ¡Treinta mensajes! Y el muy desgraciado me dejo "en entregado".

—¿Qué cosa Thomas? —dije perforándolo con la mirada. Vi como hizo una expresión de dolor al escuchar su nombre, no lo había llamado así nunca.

—¿Thomas?

—¿Ese no es tu nombre? —tal vez estaba exagerando, pero realmente me había dolido que me ignorara. Pensaba que en verdad le importaba. Thomas no respondió, pero tampoco apartó su mirada de la mía. Rodé los ojos y me concentré en un punto en la pared. Se formó un silencio incómodo. La tensión de podía cortar con un cuchillo. "Si alguien está escuchando, por favor ayúdeme" pensé, esta situación me estaba estresando.

—Lo siento —dijo Kaya repentinamente rompiendo el silencio. Vi como sus ojos volvían a cristalizarse.

—Kaya, ¡mírame! —dije señalándome con las manos—. ¡Estoy enterito y bien!

—Pero te hice pasar por algo horrible. —dijo mirándome a los ojos. Sus hermosos ojos azules estaban llenos de tristeza.

—Ya pasó —dije tratando de sonreírle. Ella me devolvió la sonrisa y se paró.

—¿Te puedo abrazar? —pregunto extendiendo sus brazos. No le respondí, solo la abracé de vuelta.

—¿Qué les parece si vemos una película? —dije separándome de Kaya lentamente, sabía que ellos no se irían fácilmente, pero el tiempo pasaría más rápido y evitaría sus preguntas de esa manera. Ellos asintieron con la cabeza—. Prendan el televisor y busquen alguna en "Netflix" mientras tanto, voy a tomar una corta ducha. Estaba sudado y necesitaba cambiarme a algo más cómodo urgentemente.